Teresa González
Germinan en tu cuerpo fresco rosales
de suspiros exhortándote al amor.
Tierra virgen que de mirar tu flor
no dejas ante los senderos cruciales
de crecer y no crecer. Selva impenetrable
hecha de luz y delatora pureza
que cual diadema sobre tu cabeza
invita al gusano a lo indecible…
Claridad eres de aquellos mis pasos
ahora tuyos que en la hegemonía
se bañan al vaivén de tus deseos…
Quiere verte mi pupila, niña mía,
soberana siempre en tus caminos…
cual golondrina cantando de alegría.
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