Antonio Pastor Abreu
A pesar del aparente interés que nos produce, leer y
escribir sobre turismo, aun ejercitando la actividad de manera rutinaria, como
negocio, olvidamos los factores básicos que nos posicionaron como el destino
más deseado. Al focalizarnos tanto en la planta hotelera, hemos olvidado,
consolidar la oferta complementaria, “EL OCIO”, que, como nuevo horizonte
turístico insular, está pidiendo su espacio, siendo desarrollado a su vez, con
el Big Data. También urge la implementación, renovación o construcción, de
nuevos establecimientos hoteleros y extra-hoteleros, a medio plazo. Tampoco
hemos ahondado en la penetración del mercado de las Grandes Empresas y sus
clientes potenciales o cliente interno.
El Cabildo de la isla puede implicarse, en la búsqueda
de nuevos inversores potenciales, externos, y apoyar sus iniciativas de ocio,
dentro del marco legal, debido al agotamiento percibido en el inversor local.
Ahora, se nos presenta la fusión de Thomas Cook con un inversor chino, y
tampoco estamos preparados para recibir a los nuevos clientes potenciales. Pues
habrá que comprar Apps, con traductor, chino-español-chino, para poder
atenderlos.
Lo más importante ahora es, aglutinar a empresarios,
juristas y expertos en turismo, con el fin de descargar al subsector turístico,
de leyes inservibles, que apolilladas, sólo paralizan la creación y el
crecimiento del empleo. De no existir esta posibilidad, habrá que plantearle al
Gobierno de Canarias, la posible deslocalización de algunas empresas foráneas,
al ser inviable el crecimiento y desarrollo económico de la isla, estrangulado
por leyes caducas y obsoletas. ¿Dónde están los datos estadísticos que reflejen
los ingresos que generan, los foráneos en nuestra isla? ¿Y dónde está el
esfuerzo, en impuestos, que hacen los canarios para mantenerlas? ¡Eso es lo que queremos conocer!
Puede que cambiar de óptica, nos ayude en momentos de
crisis, a potenciar la oferta. El Ocio, con mayúscula, es el contrapeso de la
balanza, implementando acciones como: La ruta de los Casinos, restaurantes y
cafeterías de medio recorrido, en el sur. Puertos Deportivos. Un Parque de
atracciones. Potenciar los Congresos y Seminarios. (Buscar a los clientes en
las industrias, laboratorios, empresas automóviles...). Construcción de un
Hipódromo. (En Agaete, Gran Canaria, hay carreras todos los domingos con gran
afluencia de público, atraería a inversores y turistas). Finalizar el circuito
en Granadilla, (Ultimar su finalización a falta de inversión externa). Activar
el Campeonato internacional de Pesca deportiva de altura en Puerto Colón,
Adeje.
Y no hemos hablado de construir una sola cama, como
podría ser aquella iniciativa de los Condhoteles (Rentable desde su
construcción, para el inversor y viajeros con alto poder adquisitivo)
garantizando las crisis con la venta y explotación de las habitaciones. Esto no
es nuevo. Estamos inmersos en una nueva crisis y hay que recordar lo que queda
pendiente de hacer.
Es la oferta de OCIO la que necesitamos poner en
marcha. El OCIO con mayúscula, y no una tienda de ferias.
Y si además incluimos los Conciertos nocturnos y macro
conciertos, mejor aún.
Ampliaremos, con la atracción, progresivamente la
oferta hotelera en relación al incremento de la demanda que se genere, gracias
al ocio y no al revés. Nuestra oferta hotelera y el destino serían más
consistentes, y no tan frágil, etérea o difusa, como la actual. ¿Alguien sabe
lo que pasará?
Decíamos entonces que, desafortunadamente sólo
dispondremos de cuatro años para su ejecución. Lo que sigue: presenciaremos la
peor crisis turística que hayamos conocido, al mantenernos como un destino maduro,
pasando de la euforia generada por la bonanza económica, a la caída o
estancamiento, en la llegada de viajeros. Y aunque existe un cambio de
tendencia en la captación de futuros clientes, implementar el Big Data y el
neuromarketing como estrategia de comercialización turística, es lo que toca,
debido a la dificultad, que no digo pereza, por captar al cliente potencial.
¡Falla el turoperador y hasta luego Lucas!
Seamos de nuevo, actores directos, junto a los
turoperadores; facilitando la ocupación de sus aviones colaborando con un
precio hotelero ilusionante, pues el transporte de pasajeros es su negocio, no
el nuestro. Lo nuestro, la renovación, de la planta hotelera.
Recuerdo un
método antiguo que todavía se utiliza como una receta de la abuela, en los
hoteles americanos basado en los costes de inversión, por habitación desde su
construcción, o posterior renovación, del hotel. Se establece un coste por
habitación que representa el 1 por 1.000 del coste de construcción, por
habitación. Claro que a veces la práctica y la necesidad, van en contra de las
teorías económicas, en especial, cuando se comenta que existe una desmedida
fiscalidad, y que ello nos puede llevar a la ruina.
El turismo, aparte de fenómeno social, es una
complejidad que, solamente, lo viven y perciben los empresarios y profesionales
a lo largo de muchos años, logrando que esta actividad, en Tenerife, sea una de
las más importantes en el concierto mundial. Ahora como testigos apoyamos al
Subsector Hotelero, a que desarrollen y consoliden sus objetivos, como sólo
ellos saben hacerlo.
*AIPET
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