Lorenzo de Ara
Amanece. Canta un gallo. En la plaza de Europa. Aparece
otro gallo. Gallinas por doquier. Bostezan las gallinas. Polluelos que ya
juegan. Y entonces aparece el carruaje del alcalde. Y entonces aparece el
trineo del segundo teniente de alcalde. Y más coches de concejales. Alberto
llega montado en un folelé.
Amanece.
Reunión a puerta cerrada y con los bares cerrados. Todavía.
Un sinvivir.
“No puedo más”, se oye.
El concejal que bajó del folelé reparte fotos y anima el
cotarro: “¡A vivir, a vivir, que son dos días!”
“Cuatro años, tú”, responde el alcalde que no se ríe.
Y el alcalde da miedo, mucho miedo, cuando no ríe.
El segundo teniente de alcalde se pone en pie en el
despacho de la autoridad y habla como si recitara de memoria un Salmo.
Una fuente en dicha reunión de “trabajo” me confirma que el
segundo teniente de alcalde es más del Cantar de los Cantares.
Y habla así: “Quede claro, camaradas, que la derecha tiene
ganas de entrar en una pelea cuerpo a cuerpo. O sea, que nos quiere abrazar,
pero no nos confundamos, se trataría de una pelea cuerpo a cuerpo. Gary Cooper
en “Solo ante el peligro”. Nosotros somos Gary Cooper”.
La fuente se guarda el nombre, pero dice que tras las
primeras palabras del segundo teniente de alcalde se oye exclamar a un concejal:
“Soy Grece Kelly”.
El alcalde pone orden.
Las 6 y veinte minutos de la mañana.
Se asoma al balcón del ayuntamiento. Contempla el ir y
venir de gallos, gallinas y polluelos. Respira profundo. Vuelve a entrar.
Sentencia.
“De aquí no nos moverán durante doce años, como dice
Lorenzo de Ara, nuestro periodista de cabecera. Esta ciudad es roja. Los
portuenses no pueden volver a caer en las garras de Pedro González, porque eso
significaría que les habríamos fallado. Hemos ganado las elecciones. A cien
votos de conseguir 9 concejales. Aquí todos como piñas (¡como trancas!). No
quiero oír una voz discordante. Y tú, Carolina, que no se te pase por la cabeza
dejarme tirado a los siete meses. ¿Me oyes? Y tú, Alberto, deja de coger el
puto folelé y acércate al ayuntamiento todos los días montado en un abejón de
culo blanco, pero el folelé de los cojones es demasiado aparatoso. ¿Vale? Y a
los demás, tú también segundo teniente de alcalde, a currar como Dios manda.
Pero eso sí, a los que toman nota de mis palabras, escriban Dios con minúscula,
que para eso somos la izquierda atea-verdadera-y-única”.
Por fin abre un bar.
Salen en desbandada.
Café, cortado, barraquito.
“un guisqui solo, por favor”, pide Carlos Cruz, que no
estaba citado y llega al trabajo porque le sale de los cojones y punto en boca.
A los quince minutos el grupo de gobierno ve llegar a Pedro
González, que tiene la desfachatez de entrar al bar y saludar como si no pasara
nada.
Pide un colacao.
Ni coche. No cohete, ni animal mitológico. Pedro González
entra en la ciudad en una alfombra voladora.
El alcalde discute con el segundo teniente de alcalde sobre
quién de los dos tiene más autoridad moral para invitar a Pedro González.
-¿Cómo va todo, Pedro?, pregunta Marco González
-Muy bien alcalde. ¿Podemos hablar a lo largo de la mañana?
-Por supuesto. ¿Te preocupa algo?
-Perdí las elecciones y me preocupa todo.
-Natural. Si quieres hablamos a la hora del Ángelus.
-Me viene bien.
-Yo pago, ¿vale?
-Muchas gracias.
Carlos Cruz susurra al acalde, pero también al segundo
teniente de alcalde, que el Cabildo de Tenerife retirará los dos gallos, las
gallinas y los polluelos esta misma tarde. ¡La plaza de Europa no puede
aguantar tanto peso!
“Progresamos”, concluye agresivo el alcalde.
Montada sobre un corcel blanco llega Sandra Rodríguez.
“¡Sooo!”
Entra sin pistolas, porque cumple con la ley que dicta que
las armas de fuego hay que dejarlas a la entrada del pueblo-ciudad-motor
económico del norte-y-yo-que-sé-cuántas-cosas-más.
-¿Tú que estás tomando, Sinese?, pregunta Sandra.
-Café solo.
-Lo mismo, por favor.
Y besos vienen, besos van.
“Todo un buen rollito que medio estropea el frío que lleva
consigo Pedro González-PP fachita” piensa Jonás Santana
Juntos se dirigen al ayuntamiento. Suben las escaleras
juntos.
”Reservois Dogs”.
“Un policía le pone una multa al corcel de Sandra.
El folelé de Alberto tiene autorización para colarse en
todas las dependencias municipales.
Llaman desde la Cope, la Ser, la Televisión Canaria, Radio
María.
El periódico Diario de Avisos pide una foto del alcalde en
el pico del Teide. “¡La tenemos!”, se oye vociferar a Carlos Cruz.
El periódico El Día puentea al gabinete de prensa y
pregunta directamente al segundo teniente de alcalde si es verdad que para
Podemos dos y dos no siempre son cuatro.
Pedro González y Sandra Rodríguez esperan la llegada del
hombre a Marte.
Comienza el programa de Lorenzo de Ara en Gente radio. Dan
las ocho de la mañana. El alcalde ordena silencio absoluto.
¡Pero el folelé no hace caso!
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