Juan Calero
El significativo poeta, narrador, periodista y
dramaturgo canario Julio Tovar, nace en Güines, La Habana, Cuba, en 1921,
descendiente de una familia de emigrantes canarios. Contando catorce años, sus padres lo envían a
Tenerife a estudiar el bachillerato, pasando luego a estudiar en la Escuela de
Comercio. En su avatar, se convierte
en un importantísimo poeta, promotor cultural, dramaturgo, crítico cultural y
periodista en la cultura canaria y en específico de Santa Cruz de Tenerife de
los finales de la década del cincuenta hasta que muere muy joven en 1965 por
una afección cardíaca.
Sin haber estudiado periodismo, comienza a
publicar en la prensa en 1945, cultivando la página literaria Gaceta Semanal de las Artes hasta su
muerte, mientras quemaba sus horas en la oficina de una firma comercial.
Otra vez en mi casa.
Todas las cosas viven,
con los años, muriendo.
Todas las cosas son
nada más que la niebla,
el abandono,
el polvo que cubre,
totalmente, los libros,
los muebles enfundados,
un cierto olor lejano
de niñez o de muerte.
Fue uno de los novísimos poetas de la generación de los sesenta, con un lenguaje
directo e insoslayables prosaísmos, de contenido regionalista sin dar cabida al
folklorismo propio de otros tiempos.
Después de unos inicios con poesía rimada en
sonetos, bastaron para revolucionar los medios culturales santacruceros, su
libro de relatos Crónica de una calle
tranquila, un testimonio de la vida vulgar y monótona; y su sobrio y
emotivo poemario Un hombre solo, uno
de los más bellos libros de poesía urbana; coloquial y sincero, lleno de una lírica
dramática transida de calofríos humanos, con aparente desaliño, sin juegos de
metáforas.
Sufría una dolencia al corazón, como la luz
ámbar de un semáforo, avisando el color rojo inevitable, que ocurrió en la
madrugada del 9 de septiembre de 1965, a los cuarenta y tres años.
Has llegado ahora,
precisamente ahora que
ya no te esperaba,
que estaba a punto de
marcharme
y has dicho “¡Hola!”.
Sus palabras quedaron encerradas en los
recintos donde presentó exposiciones, veladas culturales y conferencias; y un
par de obras de teatro experimental, quizás no más allá de las tablas donde
fuera estrenada.
Yo soy
el espectador de la
fila cuarta.
Sí, soy ese hombre
ignorado,
ese espectador que huye
cada tarde
entre las bambalinas y
las luces,
De momento, la obra de Julio Tovar -lo importante de un escritor- solo podemos encontrarla en
bibliotecas y en antologías publicadas en Canarias, como Poetas cubanos en Canarias, 2016, y no en compendios de la
literatura española, quizás por su corrosiva modestia o la desconexión con los medios
editoriales peninsulares.
LO QUE IMPORTA NO ES LA
MUERTE;
lo que importa es ir
muriendo cada tarde,
alargada la vida por
los sueños,
vencida por las horas
de café,
por esos hombres
tristes que gritan en la noche
su rencor y su miedo;
por una fiebre lenta
que deja por las manos,
por la sangre y el alma
un sudor pegajoso.
Lo que importa no es la
muerte;
lo que importa es el
miedo, el frío de las luces,
el no sentir ya nunca
el perfume del aire,
el quedar para siempre
ya olvidado de todos,
sin saber si existimos,
sin no saber ya nada;
sin que grite la piel
su condición de hombre,
sin un ansia rebelde.
Lo que importa es ir
muriendo poco a poco;
ir muriendo de pie,
sin nadie que acompañe
nuestras horas perdidas,
sin nadie que recuerda,
sin nadie que repita
nuestro nombre.
En su lucha constante contra el tiempo y la
certidumbre de anticipada muerte, Julio Tovar, volcó desinteresadamente su
frustrada vocación de escritor en destacar otros valores más jóvenes en el
arte, convirtiéndose en motor y faro del movimiento intelectual de su época.
En
definitiva, nos toca a nosotros recordarlo para que no muera, como dice su
verso sin nadie que repita nuestro nombre.
Nos recuerdan su nombre una calle, la calle Julio Tovar, en Santa Cruz de Tenerife y
uno de los más importantes concursos literarios canarios, el Premio de Poesía Julio Tovar,
obteniéndolo importantes poetas, no solo españoles, sino también de otras
nacionalidades, dándose el caso de dos poetas compatriotas suyos en el exilio:
José Kozer, en 1974, y Ramón Fernández Larrea, en 1996.
Este concurso ha tenido sus altibajos con largas temporadas sin
convocarse, por ejemplo, quedó
suspendido en 1974 hasta que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife lo
retomó en una segunda etapa en 1991 hasta su suspensión en 2010 y posterior
tercera etapa que supuestamente se inicia en 2017 en que los
concursantes enviaron sus trabajos en el tiempo establecido, pero el jurado no
fue nombrado por la concejalía de Cultura hasta fines de diciembre, ya en
tiempo navideño y como terminaba el ejercicio, nunca llegó a deliberar. Cosas
de políticos, de cómo se cargan la cultura.
Otros ganadores de este concurso han sido el poeta maldito de la
literatura española, el palmero Félix Francisco Casanova contando tan solo
dieciséis años y un veinteañero Luis León Barreto, con su único libro de poesía.
Esperemos que la nueva etapa iniciada en 2018 con su entrega de premio en 2019 ganada por
el poeta Coriolano González Montañez, nacido precisamente el mismo año que
muere Julio Tovar, tenga al fin un largo recorrido.
Esto sirva de recuerdo como profundo homenaje.
Rescatamos dos homenajes de los grandes poetas
canarios Pedro
García Cabrera y Rafael Arozarena:
EPITAFIO A
JULIO TOVAR
El silencio no es tumba.
Es una mano que recuerda
a un hombre solo,
cruzando una calle
tranquila,
a esa hora en que todo
va caminándose por dentro.
El hombre solo no es el
hombre a solas;
conciencia de la angustia
es soledad poblada
si se escucha pisar la hierba,
y en ella sabe sus
palabras,
los rasgos de su rostro,
de un rostro que adivina
nuestro espectro de pájaros
heridos.
Ahora, sí.
Desnacido en la nieve de andar solo,
ya no eres tú,
ya somos nosotros.
(Pedro García Cabrera)
No te gana la tristeza de la tarde
cuando las cosas se recuerdan
Julio Tovar
Hombro con hombro
te nombro y me asombro.
Sombra de otoño, tan dueña del sueño.
Tiempo que llevas las manos tan llenas
con un hombre solo.
Hombro con hombro
te nombro y me asombro.
Pájaro tiempo con ganas de buitre
pájaro listo, voraz picahojas
¿vuelves adónde con un árbol solo?
Pájaro tonto.
Pajaro listo, te llevas la única
sombra de bobos, de niños y globos
de pálidas, rotas, tristes mujeres.
Sombra que daba,
sombra que unía los pies a la calle,
las manos amigas,
el canto a los niños, llanto a los ojos.
Hombro con hombro
te nombro y me asombra,
sombra la luz que en tu sitio se vierte.
¡Pájaro tiempo, destruye la sombra!
es vida lo que nace de su muerte.
(Rafael Arozarena)
Obra publicada:
Primavera en tu ausencia (1946) Ed. Mástil, S/C de Tenerife. Poesía.
Poesía olvidada (1948) Ed. Nivaria, La Laguna. Poesía.
Crónica de una calle tranquila (1961) Gaceta Semanal de las Artes. S/C Tenerife. Narrativa.
Hombre solo (1962),
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Estudios
Canarios. La Laguna. Poesía.
Noche y día de verano (1964) Teatro. Estreno.
Cita en las cuatro esquinas (1966) Teatro. Estreno.
Desvelada
soledad (1966) Ediciones Nuestro Arte. S/C de Tenerife. Poesía.
Diálogos (1968) Ediciones Nuestro Arte. S/C Tenerife. Crítica y Ensayo.
Julio Tovar Pedro García Cabrera (1971)
Centre de Hautes Etudes Afro-Ibero-Americaines de L'Universite de Dakar.
Poesía.
Cotidiana [Antología] 1977. Taller de ediciones JB. Madrid. Poesía.
Dame mis sueños (1991) Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
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