Antonio-Pedro Tejera Reyes*
Decía mi sabio
amigo-profesor Leoncio Afonso Pérez, que cuando en la universidad le hablaban
de provocar una “tormenta de ideas”, él les decía que a él no la hacia falta,
que me tenía a mi.
Haciéndonos eco de
estos recuerdos, son varias la ideas que ya pululan por nuestra mente sobre
como se puede salir de la tragedia en la que desgraciados seres ignorantes, prepotentes
y obnubilados en sus afanes de poder y riqueza, nos han llevado al mundo.
Una de las principales
medidas que el sector político-empresarial debe de tomar con carácter de
urgencia, es propiciar a la mayor brevedad posible la expansión de esa economía
colaborativa, que ha ya se comenzaba a vislumbrarse desde hace algunas fechas.
Las donaciones de
capital o de instrumentos para paliar la crisis del Covid-19, son “pan para hoy
y hambre para mañana” parafraseando el dicho popular.
Hace falta una acción completa que apoye a los modestos
empresarios y a los trabajadores autónomos para que no pierdan sus fuentes de
ingresos que les permiten subsistir.
Se impone una economía colaborativa, que multiplique la
inversión, y nada más claro que distribuir los recursos de la mayor manera
posible para mitigar la carencia de empleo, y la pérdida del poder adquisitivo.
Sin duda, un millón
repartido entre diez personas producirá más bienestar, que si se lo entregamos
a una solamente. Eso es lo que hay que pensar y valorar, sin acciones para la
galería como ya estamos viendo por todas partes, de quienes se aprovechan hasta
de las desgracias para hacerse publicidad.
Trabajamos ya en un
proyecto donde esa economía colaborativa es la estrella. Una idea
nacida precisamente por el terrible estado en que nos encontramos, en al cual
tienden a desaparecer muchas pequeñas y medianas empresas que son las que
necesitan apoyo Ese apoyo que solo lo puede generar la causa común y la visión
estratégica de una “economía de guerra”, nacida con el ajusten y estudio al máximo
de las ayudas, para que se hagan precisamente donde se necesiten y tengan el
suficiente currículo y fe de vida, que demuestre su utilidad, su honradez y su honestidad en el trabajo que
desempeñan que debe ser, sin mácula, en beneficio de la sociedad.
Estamos ante un nuevo
mundo donde tenemos que imbuir en la mente de los pode-rosos que los mas
débiles necesitan de una ayuda precisa para subsistir, siempre basados en la utilidad
de sus aportaciones a la sociedad, su equilibrada gestión, y la validez de su
trabajo.
Ese nuevo mundo donde
la colaboración, la comprensión y los más compromisos valores humanos deberán
estar muy presentes.
“El aprecio a toda
ocupación útil y la dignificante de la propia en servicio de la sociedad” Dice
Rotary Internacional.
Se hace necesario hoy, aplicar de forma inmediata una
economía colaborativa globalizada que agrupe en todo lo posible aquellas
actividades que sirvan como sustento de la mejor calidad de vida de la
comunidad, para lo cual hay que apoyar al máximo a todas las empresas
involucradas en los sectores productivos.
La comunidad nos necesita. Servir es mi ocupación
*Del Grupo de Expertos
de Organización Mundial del Turismo. OMT. De las Naciones Unidas, ONU.
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