Agustín Armas Hernández
¡Estos señores progresistas y feministas no paran! Está
claro que han aprendido muy bien la lección. Saben ellos que moverse con
rapidez, y haciendo mucho ruido, es la forma más exitosa de obtener fruto en el
empeño. De esta forma de protesta humana masiva logran no solamente el objetivo
deseado —con insistente presión sino algo mucho más importante que es —al menos
se lo creen ellos— aplacar y humillar a conservadores y tradicionalistas, y
como objetivo principal, contradecir a la jerarquía eclesiástica católica,
defensora tradicional del derecho a nacer y vivir. Pues bien, como decía al
principio, estos señores tan progresistas y afines todos a su vera, quieren
hacer ver, lograr del gobierno de la nación, que no es suficiente con lo ya
logrado sobre la ley del aborto.
No obstante, noticias periodísticas y entendidos en estas
lides nos dicen que se han practicado en nuestro país, España, muchísimos
abortos legalmente ejecutados: perdón, legalmente practicados. Suena mejor a
los oídos de algunas personas. Como decía y cogiendo el hilo de este escrito el
partido político y señoras arriba aludidos quieren que se amplíe a todos los
supuestos, o sea: interrupción voluntaria del embarazo dentro —y libremente— de
los primeros meses de gestación, pero... además ¡entiendan! que dichos abortos
se lleven a efecto dentro y a cargo de la red sanitaria pública.
Pregunto yo ¿qué piensa de todo este tinglado la otra parte
de españoles –mayoritaria sin duda— que ni siquiera aprueba la anteriormente
concedido sobre la ley abortiva y mucho menos intervenir en los mismos mediante
las cuotas monetarias exigibles a la seguridad social?
Pues bien, llevado por la curiosidad y ansias de saber,
quise indagar en el pasado o principios de los tiempos, sobre este asunto tan
espinoso del aborto.
¿Dónde, a quién recurrir? es obvio que a los teólogos y a
las sagradas escrituras pensé, sí; a las sagradas escrituras, pues es en ellas
donde efectivamente se puede llegar a la verdad. (Claro que no todo el mundo
puede llegar a ver en la Biblia cosas espirituales, si no es poseedor o
partícipe, de lo espiritual). Sobre todo, en estos tiempos en que muchos han
perdido la fe.
¿No estuvieron las generaciones pasadas más cerca del
comienzo de la existencia humana, o sea, de la verdad?
El Génesis en su primera parte comienza con la historia del
género humano, y más concretamente con la creación —«por Dios»—, del mundo
universo. En seis días o fases —como todos sabemos— materializó Dios todo lo
que nuestros sentidos pueden percibir. Fue en el sexto día, precisamente y como
remate de su obra cuando el omnipotente Hacedor concibió y produjo al hombre,
hecho —sin duda— a su imagen y semejanza al igual que todas las potestades
celestes.
Varón y hembra El los creó. Los bendijo a continuación (o
sea los «unió en matrimonio» y les dijo: «procread y multiplicaros, henchid la
tierra», someted y dominad todo lo que habita en ella y bajo sus aguas.
Nótese que Dios no puso límite a la procreación humana. No
dijo multiplicaos ahora y después más tarde —cuando estéis cansados— daos gusto
solamente, y si quedan embarazadas echarlo fuera, abortar, matadlo.
¿Hasta cuándo el supremo y divino Hacedor va a tolerar esta
barbarie? ¿Cambiamos nosotros? o nos corrige El.
Dirán algunos que sobra gente en el mundo; que es necesario
el control de nacimientos. Si hubiese justicia y caridad en la tierra, todos
tendríamos que comer por muchos que fuéramos. ¿Qué hacer pues? Cumplamos ante
todo las leyes naturales. Si no queremos o no podemos tener más prole,
abstengámonos y no seguirán problemas, ni para los esposos ni para los médicos.
Que lo cumplan progresistas y pro feministas, y no tendrán que salir con
pancartas. Nadie piense que soy pesimista o rigorista. Según las predicciones
está inminente esa época de amor y justicia, en que ya no veremos más pancartas
callejeras, sino personas devotas y buenas.
Agustín Armas Hernández
Puerto de la Cruz
Posdata: sobre la población mundial, ya lo estamos viendo.
Nosotros, sólitos, nos estamos castigando con nuestro malévolo proceder,
contrario a la ley de Dios. Están muriendo muchas personas, Q.E.P.D. sin que
nadie pueda hacer nada por evitarlo, aunque muchos doctores y entendidos están
trabajando en ello para erradicarlo. Este Corona-virus, que nadie esperaba, se
está encargando de diezmar la población mundial. ¿Terminaremos con este
diabólico virus? ¿O, el virus terminará con todos nosotros? ¡Claro que, con la
ayuda de Dios, acabaremos con el!, al menos, de momento, (Todo depende de
nuestro proceder en relación con nuestro Hacedor) Estamos en cuaresma. Muchas
cuaresmas y Semana Santa han pasado y nadie se enteraba, bueno no querían
enterarse, de ahora en adelante seguro que se lo pensarán mejor y, en vez de
irse a la playa o al campo, se harán asiduos de los templos sagrados
estamos en tiempo de abstinencia y penitencia, recomendado
para todos los cristianos católicos. Estamos a las puertas de La Semana Santa.
Dicha semana nos llevará a lo verdaderamente importante, a la Pascua de
Resurrección. Roguemos, todos, a Jesús Resucitado, para que nos libre de esta
enfermedad que nos asola y entristece. ¡Recemos!...
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