UNAS REFLEXIONES PARA MEDITAR
La espeluznante situación en la que se encuentra el mundo
en estos tristes momentos, si bien no tiene antecedentes, está sirviendo a unos
y otros, para comprobar la suficiencia de los poderes públicos mundiales, y su
grado de inteligencia.
Decía un desaparecido periodista amigo nuestro hace ya
muchos años, que los hombres nos vestíamos todos por los pies. Hoy seguro
diría, los hombres y mujeres.
Se refería él a que el poder no hacía mas inteligente al
que lo ostentaba, que al que no lo tenía. Algo claro y preciso que con esta
situación mundial que nos tiene asombrados, angustiados, asustados,
desesperados… se pone muy de manifiesto, según la panorámica que nos formamos
en nuestra mente. Una mente de un hombre que se viste por los pies igual que lo
hace Donald Trump con todo su poder y sus millones…
Como una clarificación de lo que en estos desgraciados
momentos estamos viendo y viviendo, copiamos unos párrafos de una carta abierta
que hemos enviado y que tiene un contenido analítico personal sobre la que estamos
soportando.
Antes hagamos un inciso para mencionar, la tremenda
tragedia que con situación actual de la maldita “cuarentena” se vislumbra en el
entorno familiar de las parejas jóvenes que – como bien dice Elenita – no están
acostumbradas a vivir en el hogar y si en oficinas y empleos de mas de ocho
horas fuera de sus viviendas, sin tener que “soportar” las vicisitudes diarias
de familiares y niños en su entorno. No se han preparado para eso. Esto es
evidente. Lo que seguro va a ocurrir será una muy seria consecuencia de esas
históricas “medidas preventivas” que a esas autoridades políticas mundiales se
les ha ocurrido poner en práctica y que, en algún caso – afortunadamente
aislado – hemos visto anunciar con un ímpetu y “un entusiasmo” propios de un mitin
político.
Creemos que las medidas que se han tomado para prevenir
esta enfermedad que se ha catalogado como leve, van a producir miles de muertos
que no tendrán ningún punto de comparación con las que podría haber causado el
maldito virus, insisto, una enfermedad catalogada como leve.
La tragedia mundial en la sociedad y en la economía, ha
creado un cisma que está comenzando con la pérdida de millones de empresas
productivas y con ello a la propagación ¿sin límites? de la pobreza. Serán
millones los que no podrán soportar la carencia de recursos económicos para
sobrevivir, alimentarse adecuadamente y pudiendo adquirir los medicamentos
necesarios para sus dolencias, caso agravado en las personas de mas edad, donde
estas carencias son visibles a simple vista, como es el desgraciado
espeluznante caso de Venezuela donde se ve en las colas de los bancos – a veces
de mas de 500 personas – donde hasta se mueren en ellas.
Las absurdas medidas que se han tomado para prevenir el
contagio de este virus, tienen un matiz de ignorancia, precipitación y falta de
estudio, que son realmente alarmantes y que han colocado al mundo entero al
borde de un precipicio en el cual no se le ve la forma ya de conseguir
frenarlo, por desgracia gracias a la moderna inigualable tecnología de la
comunicación digital, que muy bien podía haber sido utilizada de una manera
mucho mas inteligente y positiva. ¿En manos de quienes estamos? ¿Qué hay detrás
de todo esto?
Una pandemia que apenas produce unas fiebres y una sequedad
en las vías respiratorias de los seres humanos, está acabando con la vida
laboral – e incluso física – de miles de personas. ¿Quiénes son los
responsables de esto? Las medidas que se
han tomado para prevenir la expansión del coronavirus, van a producir miles de
muertos mas que los que dicha enfermedad podría haber producido, sin entrar en
el caso del drama socio-económico mundial que adquiere caracteres de tragedia
descomunal, imprevista, impen-sable… dramática… nunca vista…
Nombrar el turismo como la actividad mas afectada por esta
increíble situación, parece también propia de la poca sagacidad e ignorancia de
quienes opinan así, pues si bien el movimiento turístico diríamos es
tremendamente afectado, toda la industria mundial – muy en especial la de la
alimentación – experimenta una sacudida de consecuencias imprevisibles, desde
el propio nacimiento del producto hasta su manipulación para llegar hasta la
mesa del turista, por poner el ejemplo mas claro y vulgar, en el cual están
impla-cados hasta los fabricantes de manteles y servilletas de papel…
Nuestra visión se va al componente humano, como es natural
por el lugar en que vivimos.
¿De que forma se va a poder atender a un personal sin
medios económicos para adquirir lo necesario para alimentarse, si se les
cercena la posibilidad de ejercer alguna actividad lucrativa confinándoseles en
sus casas? Las muertes por las carencias de medicamentos – que ya suman - se
van a multiplicar.
Este es el escenario aterrador al que nos han llevado esas
“medidas preventivas” ante una leve enfermedad, de las que nadie querrá en un
futuro hacerse responsable.
Difícil, complicado y sencillamente trágico el panorama, en
al cual a los creyentes solo nos queda confiar en la misericordia divina. Que
Dios nos ampare.
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