El Consejo Canario de Turismo se reúne hoy con carácter de
urgencia para tratar la situación, que es de color hormiga, con la crisis del
coronavirus. Las informaciones sobre cancelaciones fluyen a cierta velocidad y
el sector se enfrenta a una de las coyunturas de mayor incertidumbre de los
últimos tiempos. Si los casos de 'Thomas Cook' y el brexit pusieron a prueba la
capacidad de resistencia y el poder de reacción, ahora se trata de jugar cartas
decisivas, a sabiendas de que no será fácil y depende, sobre todo, de preservar
la salud o integridad física de los humanos, en una escala casi universal. El
Consejo, recordemos, está compuesto por representantes de todas las
administraciones públicas y agentes económicos y sociales del sector. Y la
respuesta no va a ser sencilla: chocan los ámbitos local o regional del destino
con la dimensión global o universal del escenario convulso.
La cancelación de la feria ITB, en Berlín, una de las citas
promocionales europeas más importantes del año, a la que hay que acudir
obligatoriamente pues junto a Londres y Madrid concentran el interés y las
tendencias de los mercados, la cancelación -decíamos- ha supuesto un duro
impacto que los sectores público y privado están aún asimilando.
Así las cosas, entre las prioridades para la restitución de
la normalidad figura la reorientación de la promoción. Ahora sí que están
condenados a entenderse el sector público y los operadores que configuran la
iniciativa privada. Reorganizar la actividad promocional no es sencillo cuando
se parte de presupuestos inciertos. Pero el gran desafío es acertar con la
información y los mensajes en los mercados emisores.
Hay que hacer, pues, un ejercicio de imaginación en todos
los sentidos. Empezando por la unidad que hay que acreditar para afrontar las
alternativas. Que nadie olvide las fortalezas, como la excelente respuesta del
sistema sanitario español, el diligente y positivo comportamiento de las
administraciones y servicios públicos y hasta el el factor humano, contrastado
en las conductas generosas, comprometidas y solidarias tanto de los
profesionales como de los trabajadores del ramo, en algún caso, sobresalientes
para determinar la atención y la confianza con tal de salir del trance.
Canarias sigue siendo un lugar seguro para disfrutar de una
estancia vacacional. Esta es la idea principal que hay que cultivar, transmitir
y demostrar. Nunca antes el sector atravesó coyuntura tan incierta. Solo es
superable con las cualidades citadas. Canarias ha de ser consciente de lo que
se está jugando. En el Consejo de hoy, en las reuniones, en todos los foros,
hay que obrar con pragmatismo, a partir de bases sólidas -por ejemplo, conocer
el nivel de cancelaciones para calcular o estimar las alternativas- y de la
experiencia que se ha acumulado.
Lo ocurrido, en cualquier caso, que sea un punto de
inflexión, que sirva de aprendizaje. Que aún quedan vacíos por llenar y la
gestión plural y coordinada del sector es perfectible
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