Salvador García Llanos
Una estación depuradora, localizada en el término municipal
de La Laguna, entre Tejina y Valle Guerra, lleva desde hace unos días el nombre
de Pedro Ayerra Balduz (Tafalla-Navarra, 1938), perito agrícola, agente de
extensión agraria, medalla al Mérito Agrícola en 1969, de cuyo eficaz y
emprendedor quehacer saben en Icod de los Vinos, Los Llanos de Aridane,
Granadilla y La Laguna, así como en otras localidades del archipiélago. A punto
de cumplir 82 años, el próximo mes de junio, y en espléndida forma, Ayerra
recibe otro merecido reconocimiento a su compromiso con el agro isleño, a su
trabajo incesante con tal de mejorar las condiciones de la producción y a su
amor por la tierra en la que ha desarrollado una tarea acreedora de respeto,
aprecio y credibilidad. Allí donde Ayerra aparecía, se vislumbraba
automáticamente una alternativa.
Y eso es fruto de querer mucho el medio
natural donde se desenvuelve. Desde 1994 asumió en el Cabildo Insular la
coordinación de las agencias de la isla. Y aunque se jubilara, al cumplir 60,
cuatro años después, ha seguido vinculado a tareas relacionadas con el campo,
incluidas las de investigación.
“La profesión de agente de extensión agraria -explica-
marcó mi forma de ver la vida y me parece que tuve mucha suerte en ejercerla pues
no hay nada mejor que ayudar a los demás sin cobrar nada a cambio. Por eso, doy
las gracias a todos los que de una u otra forma, hicieron que esta profesión
fuese para mí un auténtico regalo de la vida”.
Con esta filosofía ha ido recorriendo durante décadas
terrenos, fincas y áreas de cultivo de la isla. Le ha dado tiempo hasta de
escribir: tiene varias publicaciones. Una, sobre vinos en colaboración con
otros agentes; otras dos sobre rosas y pepinos; una cuarta, junto a Ángel Tena
Morales, en la que plasma un análisis económico sobre el cultivo de la
platanera; y la última, con María del Carmen Cid, sobre poscosecha de flores. O
sea, que deja su sello. También por su trabajo concebido para chicos con alguna
minusvalía, que mereció el premio SEREM 1976 a Investigación y Tesis
Doctorales, realizado junto a Carlos Navarro García.
Pedro Ayerra Balduz es consciente de las dificultades en la
vida del campo: “Sencillamente no llueve -dijo durante el sencillo acto de la
dotación de su nombre- y las aguas son cada vez más escasas, lo que debe
motivar a nuestros políticos para evitar que ni una sola gota se vaya al mar.
Que se creen cuantas depuradoras sean necesarias, pero que nuestros campos
puedan seguir recibiendo el agua necesaria para proporcionar el sustento de los
agricultores”.
Emociona que un sabio de los cultivos y de la producción
agrícola se acuerde los jóvenes. “Me dicen que, según un sondeo hecho en la
Escuela de Ciencias Agrarias de La Laguna, más de la mitad de los alumnos del
último curso no quieren ser funcionarios. Ahí tenemos una mina sin explotar.
Vamos a hablarles de lo que pueden hacer y démosles los medios necesarios para
ello. Está bien formados, son jóvenes, quieren comerse el mundo y nosotros,
impasibles. No puede ser. Y lo mismo diríamos de los capataces agrícolas”,
manifestó, antes de abogar por más dotadas y provechosas líneas de
investigación.
Una depuradora de la isla lleva su nombre. Una prueba
perdurable del reconocimiento a una persona para la que el campo lo ha sido
todo. ¡Enhorabuena!
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