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lunes, 23 de marzo de 2020

EL FIN DEL MUNDO


Antonio-Pedro Tejera Reyes

Fernando Gutiérrez, uno de los técnicos en turismo que ejerce como profesional de éxito en Posadas, capital de la Provincia de Misiones Argentina, nos comenta en profundidad el desarrollo del turismo en su país, en una seria entrevista que acabamos de dar a la luz está misma semana.

En sus impresiones finales, “pone el dedo en la llaga” refiriéndose a la tragedia mundial que estamos soportando, y a sus terribles consecuencias. Para muchísimos será al fin del mundo. Otros ya no lo podrán contar lamentablemente porque la situación de los ha llevado por delante.

Dice Fernando: Aún sin tener una perspectiva clara de lo que va a suceder, esta pandemia del COVID-19, replanteará a nivel global la forma, no solo de como vemos el turismo, sino todas las actividades humanas. Creo que el futuro se encuentra en una verdadera innovación de la sociedad en todo el mundo, y no solo del cliente y de las empresas, sino en toda su estructura socio-económica y social.”

Efectivamente, no hace falta ser un experto analista, para ver con claridad, que nada va a ser igual. Que reconstruir todo lo que se ha arrasado es una tarea de gigantes.

La situación no puede estar mas clara cuando vemos como la actividad turística de la cual vivían en el mundo millones de personas, con los aditamentos colaterales que todo este entramado significaba, se ha venido a la ruina, sin que nada lo pueda remediar. Ya lo estamos viviendo de cerca y aún casi no ha hecho sino empezar.

La pregunta del siglo – hasta ahora sin una respuesta concreta y lúcida – seguirá siendo si esas “medidas preventivas” contra una enfermedad calificada como leve, han sido las correctas, y mas todavía si se habían estudiado lo suficiente para saber que iban a acabar con un aparato socio-económico cuya desaparición sería el fin del mundo conocido de la calidad de vida y la prosperidad individual del individuo.

No sirven las ayudas económicas por muy grandes que sean cuando se ha perdido el empleo y la productividad en la magnitud que se ha producido. No sirven por carecer del mercado y de la actividad de la sociedad de consumo en la que estábamos viviendo. No sirven de ninguna manera, aunque se las quiera disfrazar de grandes soluciones., El daño está hecho y sin posibilidad alguna de repararlo.

Los aeropuertos y los hoteles cerrados, significan millones de desempleados, no solo los directos sino los indirectos. Es el fin del mundo conocido por lo que tenemos que ir de frente en busca de una solución eficaz, que no solo mitigue el daño causado, sino que nos ofrezca una perspectiva de nuevo desarrollo con bases suficientes para su credibilidad.

Ante este panorama, sin ninguna duda, debemos de presentar una imagen optimista si queremos subsistir.

El estudio y análisis de la situación por gentes de la mejor competencia, parece una necesidad urgente.

No podemos seguir en manos de quienes nos han llevado a esta dramática situación, sin ningún género de paliativos ni disculpas. Es evidente que ha existido un fallo relacionado con la capacidad y el conocimiento operativo de todo un entramado mundial que ha afectado por completo a la humanidad. Alguien ha actuado mal por desconocimiento e insuficiencia de la pericia necesaria para no dejarnos caer el precipicio en que hemos caído.  Esto no tiene ninguna duda para nosotros ni para nadie que quiera verlo con toda la realidad que lo estamos viviendo. Algo se ha hecho mal.

Nefastas consecuencias que como dice Fernando Gutierrez, no sabemos a donde van a llegar, asolan ya al mundo entero, donde hay que actuar con la urgencia del caso para que la pobreza no nos azote de la forma que lo hizo la segunda guerra mundial, algo que conocimos y padecimos directamente y cuyas imágenes nos han perseguido, y nos persiguen, toda la vida.

Ungidos en sus poltronas, disfrutando del caviar y del Moet Chandón, nos hemos preocupado mas en fabricar, vender y comprar, armas de guerra, que, en buscar una estabilidad y unos elementos eficaces para salud de la humanidad, y ahora estamos pagando las consecuencias.

Mientras seguimos empleando millones en las guerras, en las sucias políticas que tienen al mundo convertido en un campo de corrupción, y en otra serie de actividades injustificables ahora, cuando una leve enfermedad ha acabado con el mundo entero.

¿Qué dice de esto Donald Trump o Vladimir Putín? Nos gustaría discutir el tema con ellos.

Hay que seguir, hay que hacer como el Ave Fénix, no queda otro remedio.

Del grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, OMT, de las Naciones Unidas. ONU:  

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