En sus impresiones finales, “pone el dedo en la
llaga” refiriéndose a la tragedia mundial que estamos soportando, y a sus
terribles consecuencias. Para muchísimos será al fin del mundo. Otros ya no lo
podrán contar lamentablemente porque la situación de los ha llevado por
delante.
Dice Fernando: Aún sin tener una perspectiva clara de lo
que va a suceder, esta pandemia del COVID-19, replanteará a nivel global
la forma, no solo de como vemos el turismo, sino todas las actividades humanas.
Creo que el futuro se encuentra en una verdadera innovación de la sociedad en
todo el mundo, y no solo del cliente y de las empresas, sino en toda su
estructura socio-económica y social.”
Efectivamente, no hace falta ser un
experto analista, para ver con claridad, que nada va a ser igual. Que
reconstruir todo lo que se ha arrasado es una tarea de gigantes.
La situación no puede estar mas
clara cuando vemos como la actividad turística de la cual vivían en el mundo
millones de personas, con los aditamentos colaterales que todo este entramado
significaba, se ha venido a la ruina, sin que nada lo pueda remediar. Ya lo
estamos viviendo de cerca y aún casi no ha hecho sino empezar.
La pregunta del siglo – hasta ahora
sin una respuesta concreta y lúcida – seguirá siendo si esas “medidas
preventivas” contra una enfermedad calificada como leve, han sido las
correctas, y mas todavía si se habían estudiado lo suficiente para saber que
iban a acabar con un aparato socio-económico cuya desaparición sería el fin del
mundo conocido de la calidad de vida y la prosperidad individual del individuo.
No sirven las ayudas económicas por
muy grandes que sean cuando se ha perdido el empleo y la productividad en la
magnitud que se ha producido. No sirven por carecer del mercado y de la
actividad de la sociedad de consumo en la que estábamos viviendo. No sirven de
ninguna manera, aunque se las quiera disfrazar de grandes soluciones., El daño
está hecho y sin posibilidad alguna de repararlo.
Los aeropuertos y los hoteles
cerrados, significan millones de desempleados, no solo los directos sino los
indirectos. Es el fin del mundo conocido por lo que tenemos que ir de frente en
busca de una solución eficaz, que no solo mitigue el daño causado, sino que nos
ofrezca una perspectiva de nuevo desarrollo con bases suficientes para su credibilidad.
Ante este panorama, sin ninguna
duda, debemos de presentar una imagen optimista si queremos subsistir.
El estudio y análisis de la
situación por gentes de la mejor competencia, parece una necesidad urgente.
No podemos seguir en manos de
quienes nos han llevado a esta dramática situación, sin ningún género de
paliativos ni disculpas. Es evidente que ha existido un fallo relacionado con
la capacidad y el conocimiento operativo de todo un entramado mundial que ha
afectado por completo a la humanidad. Alguien ha actuado mal por
desconocimiento e insuficiencia de la pericia necesaria para no dejarnos caer
el precipicio en que hemos caído. Esto
no tiene ninguna duda para nosotros ni para nadie que quiera verlo con toda la
realidad que lo estamos viviendo. Algo se ha hecho mal.
Nefastas consecuencias que como
dice Fernando
Gutierrez , no sabemos a donde van a llegar, asolan ya al
mundo entero, donde hay que actuar con la urgencia del caso para que la pobreza
no nos azote de la forma que lo hizo la segunda guerra mundial, algo que
conocimos y padecimos directamente y cuyas imágenes nos han perseguido, y nos
persiguen, toda la vida.
Ungidos en sus poltronas,
disfrutando del caviar y del Moet Chandón, nos hemos preocupado mas en
fabricar, vender y comprar, armas de guerra, que, en buscar una estabilidad y
unos elementos eficaces para salud de la humanidad, y ahora estamos pagando las
consecuencias.
Mientras seguimos empleando millones
en las guerras, en las sucias políticas que tienen al mundo convertido en un
campo de corrupción, y en otra serie de actividades injustificables ahora,
cuando una leve enfermedad ha acabado con el mundo entero.
¿Qué dice de esto Donald Trump o
Vladimir Putín? Nos gustaría discutir el tema con ellos.
Hay que seguir, hay que hacer como
el Ave Fénix, no queda otro remedio.
Del grupo de Expertos de la Organización Mundial
del Turismo, OMT, de las Naciones Unidas. ONU:
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