Antonio-Pedro
Tejera Reyes
UN AÑO MÁS
PARA CELEBRAR
Si, hay que
celebrarlo. El que el turismo internacional haya crecido en setenta millones más
en los diez primeros meses de este año que se nos va, es para celebrarlo a lo
grande. Son setenta millones de personas que han contribuido a que se vaya
acabando la pobreza en el mundo, teniendo en cuenta lo que asegura con toda
rotundidad la Organización Mundial de Turismo: “El turismo en riqueza para la
persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero.”
Habrá que
analizar en profundidad, el amplio espectro donde el turismo ha crecido en este
periodo que señalamos, ya que, conociendo el poder multiplicador de su
dimensión, esos setenta millones de nuevos turistas internacionales, tienen que
haber supuesto un desarrollo importante para las regiones donde se hayan
producido sus llegadas repartiendo su riqueza en esos lugares, elevando el
nivel de vida de sus habitantes y mejorando sus estructuras sociales y
económicas. El turismo produce todo eso.
Una noticia
para celebrarla, más todavía cuando, según todas las perspectivas indicativas,
este señalado aumento del turismo internacional va a continuar su avance, pese
a todos los inconvenientes que tenemos que soportar, sin que nos quede otro
remedio, los que propiciamos la paz, la comprensión, la justicia, etc. etc.,
Sumidos en la más
espantosa y horrible – habrá otras palabras más fuertes – crisis moral en la
que se encuentra el mundo, es esperanzador ese movimiento social cuya evolución
parece imparable e inaudita toda vez que la corrupción que aparece por todas
partes, nos hace casi increíble este espectacular avance de un movimiento que
solo produce la paz, la comprensión y el entendí-miento de toda la comunidad
mundial.
Una lucha
tenaz en la cual parece una cuestión de tiempo el poder acabar con el flagelo
que nos tiene atormentados, ante la presencia de las más esenciales carencias
que en una gran parte del mundo todavía persisten, a las cuales el poder del
turismo les está haciendo frente con esta evolución sostenida que estamos
presenciando, aunque todavía en demasiadas regiones del mundo, se estén viendo
muy de lejos.
El turismo es
fuerte. No solo a su nivel internacional. Este desarrollo se multiplica con una
fuerza insistente con el turismo nacional, cuya dimensión alcanza cotas
especialmente relevantes para el aumento del nivel de vida de la población
mundial.
Los
gobernantes de todos los países del mundo tienen que tener en cuenta esta
“revolución social de nuestra época” – como diría el sabio experto Arthur
Haulot – para aplicar con urgencia las medidas necesarias para que su nación se
incorpore a la mayor brevedad a ella en beneficio de su población, sin mirar
hacia los lados, sino con la vista al
frente y empleando todo el poder posible para auspiciar de la forma más clara y
precisa, que el movimiento turístico se instale con toda urgencia y rotundidad
en su país.
La visión de
un mundo solidario, justo, necesario y posible, nos la está dando ese
movimiento de personas que cruzan las fronteras con una sorprendente evolución,
en lucha permanente con ese otro mundo donde se están descubriendo las más
cruentas acciones con fines deshonestos e injustificadas apetencias personales,
que van contra la sociedad mundial con los más viles injusticias y acciones
amparadas en poderes políticos, sin otras razones, para manipular los hechos y
las realidades, que las que les dan su
mal obtenido estatus.
El turismo
está acabando con toda esa maraña que hoy conmueve al mundo entero. Es cuestión
de tiempo conseguir el mundo en paz que todos deseamos, acabando con los
deshonestos infieles de forma persistente y pacífica. Que la razón y la
justicia triunfen y que en la actividad diaria podamos dialogar y convivir con
personas que sepan aplicar, y apliquen, en su modo de vida, esa “prueba
cuádruple” que expande por el mundo Rotary Internacional: ¿Es la verdad? ¿Es
equitativo para todos los interesados? ¿Creará buena voluntad y mejores
amistades? ¿Será beneficioso para todos? Ese es nuestro más persistente deseo.
* Del Grupo de
Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas.
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