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sábado, 23 de diciembre de 2017

MEMORIAS COTIDIANAS

Esteban Domínguez

El que quiera uvas que plante la cepa.
El que quiere trigo y harina, que lo siembre.
El que quiera gofio, que baja al molino.
El que quiera vino, que vaya al lagar.

El que quiera información sobre Viera y Clavijo, que consulte las bibliotecas, así se dejara de preguntar algunas personas, sin necesidad de armando la “mari morena”.

El en libro de don Guillermo Camacho, titulado: “La Hacienda de Los Príncipes” se recoge amplia información de cuantos “personajes” pasaron por este lugar.

No estoy autorizado para dar información, sin embargo, algunos insisten en el tema, pero hay otras personas que pueden informarse., ya que son sabios en la materia.

Y sin querer ponerle la cuerda a algunos, será mejor, que todos aquellos que piden información, consulten los archivos que para ello están.

Recuerdo en estos momentos a personajes muy humildes que nos han dejado gratos recuerdos. entre ellos, a Santiago y Margarita, ha Candita y Melchor, o al “latonero” –Manuel- o a Pepe el “rubio” quién a tan larga edad, recuerda muchos personajes nacidos en el Realejo de abajo.

Esta tierra está cargada de tanta gente humilde decía don Guillermo Camacho, que poder nombrarlos a todos de un plumazo era totalmente imposible.

Con él aprendí muchas cosas que desconocía. Unas que se pueden nombrar, y otras no.

En un momento me comento, que había escrito unos folios muy importantes de cómo se celebraba la Semana Santa, en Santiago Apóstol y la Concepción, y que lo prestó para que realizara una copia, y nunca se lo devolvió. Así de fácil, la gente se apodera de la “ajeno” y me viene a la memoria, que le di una copia del “sermón” que Viera y Clavijo realizó en la Catedral de Las Palmas, antes de morir. 
Y aunque nadie lo crea, se las presté a un “amigo” y nunca me las devolvió. La gente, es así, unos cumplen y prometen y otros se olvidan de lo que piden.

Al paso de los años, me he dado cuenta, que ya cada cual pide lo que le conviene incluso fotografías, libros y material histórico.

De don Guillermo Camacho se muchas cosas, de los administradores que pasaron por la “Hacienda de Los Príncipes”.

Entre ellos “Juan Barroso” quién ordeno que se plantara olivos eliminando la caña de azúcar y la vid, “frutos” que dieron mucho que hablar a los historiadores.

Juan Barroso se equivocó, al igual que muchos historiadores, de ayer y de hoy.

Pero la vida sigue, estamos a las puertas de la Navidad.

En resumen, la vida está hecha de un barro, y que si no nos damos cuenta se nos cae de las manos. Un barro que amasaron con total cariño y con sacrificio, nuestros mayores.

Hablar de Don Guillermo Camacho y de todo lo acontecido en la “Hacienda de Los Príncipes”, sería muy largo, y amplio comentar, y menos este que suscribe, ya que los archivos el igual que en las hemerotecas, podemos encontrar infinidad de datos sobre esta “histórica “Hacienda de los Príncipes”.

Espero que algún día podamos encontrar en los archivos muchas más cosas que don Guillermo a su edad, no encontró, y que sirva de ejemplo a los estudiosos y licenciados en historia.

Y tantos “intelectuales” que últimamente, parecen saberlo todo, pobre de mí, porque noto un vacío que dejo don Guillermo Camacho, así como doña Manuela Marrero entre otras muchas personas que solían visitarlo.

También recuerdo a don Antonio Luque Hernández, a don Manuel Rodríguez Mesa, personas, que acudían con frecuencia a su casa.

Pero la vida sigue, y en estas fechas de la Navidad, notamos su ausencia, ahora y siempre.

Muchas gracias y hasta la próxima si Dios Quiere.

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