Cristina Tavío
Una cosa es
predicar y otra dar trigo o en todos sitios se cuecen habas son dos refranes
que me sirven como introducción para el tema del que les quiero hablar hoy, en
la línea del último artículo que escribí también en este periódico hace dos
semanas: el uso de las redes sociales.
Me refiero a
la viñeta que el consejero de Podemos del Cabildo de Lanzarote, Carlos Meca,
publicó en su propio medio digital El Agitador, manipulando el cartel de la
película de Manuel Gómez Pereira titulada Por qué lo llaman amor cuando quieren
decir sexo.
En dicho
fotomontaje, quién también es secretario general de Podemos en la Isla, utiliza
las caras tanto de mi compañera y diputada, Astrid Pérez, como del presidente
del Cabildo lanzaroteño, Pedro San Ginés, como mero instrumento para hacer
campaña sucia contra dirigentes de otros partidos políticos sin el más mínimo
respeto a su integridad personal.
El propio
consejero se justifica amparándose en la libertad de expresión, pero se olvida
que si antes sus sátiras no tenían esta repercusión mediática era porque no
ostentaba cargo público. Debería ser consecuente, máxime cuando es su propio
partido el que va dando lecciones de moralidad y exigiendo a los demás ser
ejemplo de honestidad y conducta.
De hecho, no
quisiera recordarle que fue su propio Grupo Parlamentario quién hace un año
presentó una Proposición No de Ley solicitando que no se utilizara el cuerpo de
la mujer como reclamo publicitario en eventos deportivos y pidió al Gobierno de
Canarias que no subvencionara actividades que realizara esta práctica sexista y
discriminatoria.
Es más, su
propia compañera de Lanzarote, la diputada María del Río, argumentaba en su
presentación que este tipo de actos “cosifican a las mujeres como meros objetos
sexuales reduciéndolas a la categoría de adorno”. Las mismas palabras me
valdrían para referirme a esta viñeta.
Como suele ser
habitual en la vara de medir de Podemos, primero nos acusaron de oportunismo
político cuando solicitamos la dimisión de su consejero. Porque también lo recoge
nuestro refranero: es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el
propio.
Pero tras las
manifestaciones públicas y condenas de otros partidos, como Coalición Canaria o
Ciudadanos, algunas asociaciones como por ejemplo Tiemar, e incluso el
Instituto de Igualdad de Canarias, los podemitas recularon y enviaron este caso
de viñeta sexista – según sus propias palabras-, a la Comisión de Garantías del
partido. Supongo que ahí se quedarán, impunes, como todos los ejemplos que ya
hemos visto en el seno de esta formación, donde el insulto sale tan barato.
Aún así han
reconocido que la crítica política se puede hacer de otra manera dándonos la
razón en nuestras quejas, que no eran otras que poner en evidencia que es
intolerable que el también portavoz de Podemos en el Cabildo de Lanzarote
utilice este tipo de prácticas denigrantes y totalmente ofensivas para la
dignidad personal y la imagen pública de mi compañera, como mujer y como madre,
que tanto denuncian como partido político.
Lo he dicho
cada vez que he tenido oportunidad de hablar sobre este asunto. En las redes
sociales y en política no todo vale, independientemente de quién lo haga. No
hay excusas ni justificación cuando hablamos de respeto. El mismo que yo le
profeso al señor Carlos Meca sin conocerlo, aunque él parece que no lo tenga
hacia sus compañeras de Corporación, ni al propio Cabildo que representa, ni a
sus votantes.
En estas
fechas, y tal día como hoy, donde celebraremos la Nochebuena me hubiera
encantado escribir de otro asunto y desearles a todos unas felices fiestas,
pero entenderán que no podía dejar de condenar enérgicamente este tipo de
actitudes intolerables que vulneran la imagen y los derechos de las mujeres. De
las personas.
Aún así no
quisiera despedirme sin transmitirles mis deseos: Amor en la mirada, sinceridad
en el alma, humildad en los actos y un corazón abierto en 2018 y siempre.
A todos
ustedes, queridos lectores, Feliz Navidad.
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