Lorenzo de Ara
¿Has tenido alguna vez la sensación (¿el miedo?) de que lo
que te rodea es muy pobre? Pero no pobre en el sentido material, no, qué va,
hablo de una pobreza diferente. Es que no quiero emplear la palabra
mediocridad, pero la cosa va por ahí. ¿No has pensado muchas veces que la
hipocresía puede llegar a matar? Ahora estoy en un momento de mi vida en que
recurro más que nunca a la hipocresía a todas horas. También a la falsedad, la
mentira, el tosco engaño. Ni siquiera creo que El Príncipe de Maquiavelo tenga
algo que ver con lo estoy contando.
La pobreza extrema llega sin avisar. ¿No lo sabías? Pues ya
lo sabes. Las personas que la experimentan tienen varias formas de apechugar
con la realidad que está llena de nada. Son dos, creo. El suicidio es una de
ellas. Para mí es pura cobardía. La otra es escribir en un cartel que se pasa
hambre, que la familia pasa hambre, que no tienes trabajo, o que tienes trabajo
pero que en él pagan una miseria y cosas así, y luego sentarte a ver pasar a la
gente poniendo en el suelo un cacharrito para que pongan monedas (nunca
billetes), pero ignorando (qué locura) que muchas de esas personas que pasan a
tu lado también están en la misma pobreza, pero se duchan, se visten con ropa
limpia, hacen teatro durante horas y más horas, para luego volver a la casa (ya
no es un hogar) y derrumbarse en la mierda que las rodea. La persona del
cacharrito no soy yo. Esta opción, la que ejercen personas anónimas pero sin
crispación ni atisbo de locura, es la que está envuelta en hipocresía. La que
muestra un caparazón de hombre duro, cabal, centrado, irreductible. La
hipocresía que hace que rías, que empatices con el que te promete ayuda, pero
en realidad pasa de ti, y en el fondo tú pasas de él, vamos, ¡que te importa un
pito si muere o vive! La puta hipocresía que te obliga (porque tú la obligas) a
responder con educación, con encanto, con simpatía, con blablablá, y más
blablablá. Escribo sobre esa hipocresía. ¿La conoces? ¿La has palpado alguna
vez? ¿Te has acostado con ella? ¿Has follado con ella?
Millones de españoles sí.
El Estado de Bienestar es cojonudo si funciona. Quienes
trabajan para acabar con la justicia social no quieren oír hablar de él.
Argumentan que los jóvenes preparados tienen toda la vida por delante para
poder triunfar. Que ser becario y no cobrar, pero por el contrario recibir
información y sabiduría es más que suficiente. Y los viejos que siguen en el
mercado laboral con experiencia y la testosterona aún por las nubes, pues si
ganan cuatro euros y el resto en negro para pagarse la guagua, la gasolina o
las latas de sardina, atún y caballa, preferentemente, pues que tampoco tienen
derecho a quejarse.
Oye, que pensándolo bien, la hipocresía, la mía, es una
compañera de viaje que también estaba ahí cuando en la cartera había vida. Pero
la vida no es solo dinero. El dinero no da la felicidad, aseveran los que lo
tienen, o lo roban, o pasan la lengua por el escroto para ganarlo.
Pero lo que sí da el no tener dinero es mucha rabia, una
pena infinita, sobre todo cuando hay familia, y los mediocres tienen que
pagarte y otros mediocres reciben la sonrisita de tu parte, y haces que les
escuchas, y haces como que el hedor a mendacidad no te molesta, etc.
Leer libros conduce al fracaso. Eso sí que lo tengo muy
claro.
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