Efraín Polar
¿Dónde estás? no te veo en el desierto inmenso,
atribulado del olor a muerte, la sangre chamuscada,
irreverentes trozos de madera y hierro…
crueles retorcimientos y de quema.
Luces de día, y de noche lumbre…
Invisible visión irrelevante…
encuentra madera y carne donde parece inexistente
No te veo, dice la otra primavera sin contienda,
el crío reciente mama apenas,
no hay agua, menos leche,
el parece y no parece…y no entiende.
Arriba…el sol se oscurece,
el humo y la metralla se confundían,
la fas de la tierra se envilece….
¡Hay muerte en lugar de vida!,
En la terrena tierra.
Suenan las campanas a través del ruido,
a veces callar quieren,
y no suenan porque de nada sirve:
¡Ha fracasado la inteligencia y el amor en la pradera!
Arriba el ruido con cola de cometa, luces a la derecha,
y a la izquierda,
y adelante el rugir sibilante de los truenos,
rumbo al infortunado suelo…
Al mar, en la rivera inquieta y amarradas
las olas y carnada, reciben la “razón” de estas historias,
salpicando “razones” en montaña,
y besando tierra y cielo en la batalla,
pues la pradera se incendio
cuando fracaso el amor y la inteligencia en gente ajena.
Arriba el sol se pone de repente,
la tierra se despierta en andanadas,
el mar se hunde cada vez que aprieta
algún gatillo y lo convierte en nada
al pasajero en la mar calmada.
Allá, lejos aparente,
aparece una bufanda en el invierno,
y una camisa manga corta en el verano,
se dice que es gente que piensa en la guerra…
en ganarla.
Pero nadie piensa en acabarla y cerrar una página
siquiera…
y establecer la Paz por donde quiera….
Hasta ahora es algo así…
mañana algo quizá se salvará en la gigante aldea,
pues esta es otra faz de aquella guerra
conocida que…
¡Será quimera!
Y quizá no habrá quien pregunte… ¿Dónde estás?
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