Juan Antonio Gómez Jerez
La amistad es una relación interpersonal y afectiva entre
dos o más personas. Probablemente sea una de las relaciones interpersonales más
comunes entre los seres humanos, por no decir la más importante, eso claro,
depende desde el punto de vista que se vean las cosas, y como no, desde el
ámbito cultural y religioso al que pertenezcamos; que siempre producirá algún
tipo de influencia en nosotros.
Evidentemente, la amistad, hace que estemos rodeados de una
serie de personas con las que podemos tener inquietudes y sentimientos comunes,
los cuales, harán que se afiance el sentimiento mutuo de amistad. A veces basta
con un simple contacto para saber que esa persona que acabamos de conocer va a
ser nuestro amigo, otras veces pasarán años hasta encontrar ese punto común.
Como tal, la amistad, es quizás una de las más perfectas
formas de amor, ya que a diferencia de las relaciones familiares, la amistad no
se hereda sino que se elige, lo que da, cierta forma de libertad y cierta forma
de compromiso que nos hace estar en relación con alguien sin llegar al
compromiso profundo que se debe de tener en una relación de pareja/familiar.
Los amigos de verdad, los buenos amigos de verdad, dicen
que son un tesoro, otros dirían que pueden llegar a ser un bálsamo para
nuestras vidas y a veces pueden ser hasta un antídoto contra algunas
enfermedades: especialmente, del alma. Aquí llega una reflexión que no me gusta
nada expresar, pero que, no queda más remedio que dejarla escrita, y que no es
otra que, aquella que dice que ni todas las personas pueden ser nuestras amigas
ni todos nuestros amigos lo son de verdad… de ahí que muchas personas pensemos
que las amistades de verdad, sinceras y profundas sean de una escasez
escandalosa.
Vamos a plantear algunos puntos, que a lo mejor, nos dejan
ver un poco de luz a la hora de valorar nuestras relaciones de amistad, siempre
habrá que recordar el carácter subjetivo de este tipo de valoración.
- Un amigo se preocupará por nosotros, o sea, será una
persona que va a estar presente en nuestra vida y lo hará de forma que no haga
falta que le digamos que estamos de una manera u otra, porque estará ahí
siempre de una forma desinteresada. Va a querer siempre lo mejor para nosotros
y por supuesto sin buscar ningún tipo de relación de otro tipo, sólo está.
- Un amigo va a intentar siempre entendernos y no juzgarnos
y dejará a un lado la actitud crítica sin cuestionar nuestras vidas, para pasar
a intentar entender nuestras posiciones. Será una de las personas con las que
podamos ser nosotros mismos, por ese mismo detalle de no sentirnos juzgados.
- Un amigo sabe perfectamente que no es nuestra madre o
padre ni mucho menos nuestro psicólogo, así que, intentará compartir con
nosotros nuestros problemas, incluso, siendo de muchísima ayuda a la hora de
resolver nuestros propios entuertos. Si
sabe que sufrimos por algo o por alguien, intentará estar sin invadir.
- Un amigo, dentro de lo posible, sabrá escucharnos, que es
casi siempre, una de las mejores terapias a la hora de resolver problemas. Con
su atención y escucha, casi sin querer, hará que nos sintamos más
reconfortados, siempre y cuando, la escucha sea real, respetuosa y cálida.
- Un amigo de verdad, procurará ser sincero con nosotros ya
que la confianza establecida entre las dos personas, hace que cada uno sepa
hasta dónde puede llegar con el otro sin fingir ni demostrar nada que el otro
no sepa ya.
Evidentemente surgirán conflictos en la relación de dos
amigos, es normal, como normal sería que, ese conflicto se diluyera sin
perjudicar ni un poco a ninguno de los dos.
Podemos empezar a valorar que cantidad y calidad de amigos
tenemos a nuestro lado, pero lo que creo que deberíamos hacer, no es otra cosa
que, valorar que tal amigo somos nosotros mismos en relación con los demás.
Igual descubrimos cosas.
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