Dime, amor…
¿Hay algo más
allá de la pálida luna de octubre,
cuando se mira
con ojos llenos de nostalgia…?
¿Hay algo más
allá del universo,
cuando sólo la
fuerza del loco sueño de un poeta
es capaz de
traspasarlo hacia un destino imaginado…?
Y si son tus
besos, o tus caricias, o es tu cuerpo, o es tu corazón,
entonces,
dejaré los páramos desolados de mi espíritu
y cogeré las
trémulas flores de su paisaje agreste,
irremediablemente
yermo por tu ausencia.
De nuevo mi
pasión danzará a través de la arboleda inexistente
y nuevos
sonetos brotarán ufanos de mi pecho
portando alas,
más allá de las constelaciones,
y reclamando
lo tuyo en un poema:
aquello tuyo,
tan ansiado, que al otro lado espera.
Pero… ¿podrán
alguna vez sentir siquiera
el beso de tus
labios anhelantes…
la mirada de
tus ojos penetrantes…
el roce de tu
cuerpo suplicante…
un latido de
tu corazón amante…?
Respóndeme,
amor, arranca el manto gris de mi desdicha
y baña mi
cuerpo desnudo en el sereno mar... de tu presencia.
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