Javier
Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL
La
historia de Los Realejos nos sitúa ante un municipio cuya trayectoria
representa la imagen de un lugar con numerosas personalidades sobresalientes,
siendo objeto de estudio y análisis por parte de diversos historiadores. En esa
nómina de hijos ilustres y bajo el contexto de la figura representativa de la
Ilustración en Canarias, el realejero José de Viera y Clavijo (1731-1813),
encontramos el nombre de Dámaso Antonio de Quesada y Chaves, cuya vida se pudo
desarrollar entre los años 1728 y 1805 según algunos autores.
Ciertas
aproximaciones sobre tal realejero se llegarían a generar en investigaciones de
José Antonio Cebrián Latasa o María Rosa Alonso, que, junto a otros estudios,
conforman todo lo que conocíamos sobre su legado.
Afortunadamente,
el año 2007 sería el momento en el que el Instituto de Estudios Canarios, como
parte de su colección Fontes Rerum Canariarum, editaría la obra Canarias
ilustrada y puente americano. Se trata de una edición muy bien diseñada y
estructurada gracias al trabajo desarrollado por parte de Paz Fernández
Palomeque, Carmen Gómez-Pablos Calvo y Rafael Padrón Fernández. En tal
aportación, Rafael Padrón Fernández reflexiona en torno a algunos apuntes
biográficos que permiten situar su origen como hijo del matrimonio formado por
el alférez Agustín Hernández de Quesada y Beatriz Josefa de Chaves, analizando
su formación y desarrollo en atención a las pocas referencias biográficas
presentes al respecto. Por su parte, Juan Manuel Bello León contextualizaría el
periodo en el que escribió y vivió el propio Dámaso, determinando que el mismo
publicaría su obra coincidiendo en el tiempo con la labor desarrollada por
Viera y Clavijo. Al mismo tiempo, Carmen Romero Ruiz llegaría a incluir una
aportación sobre la visión geográfica del realejero, profundizando en la
actividad volcánica y la representación cartográfica desarrollada por el mismo.
El apartado de aspectos lingüísticos sería objeto de análisis de Dolores
Corbella Díaz con atención a la ortografía y fonética, aspectos gramaticales y
el léxico. El estudio introductorio sería finalizado por Rafael Padrón
Fernández con una descripción del manuscrito empleado localizado en la
Biblioteca Nacional de España, ofreciendo algunos apuntes sobre las
características y particularidades de tal obra y las referencias de otros
autores respecto a Quesada y Chaves.
La
obra se estructura en doce capítulos. El primero de ellos se sitúa en torno al
origen mitológico de las islas, así como los primeros habitantes y
descubridores. A partir del capítulo dos centra su atención en el análisis de
algunos datos de cada isla de nuestro archipiélago, aunque llama la atención la
diferencia que destina a cada una. De Lanzarote ofrece algunos datos sobre su nombre,
siendo también objeto de su interés el ámbito religioso. Por otra parte, en
torno a Fuerteventura proporcionaría algunos apuntes de la conquista y también
sobre la religión. Un análisis que sería prácticamente similar para otras islas
como El Hierro, con la exposición de algunas ideas sobre sus pobladores. Por su
parte, respecto a La Gomera tendría presente datos de sus primeros habitantes,
el ámbito religioso y otros hechos asociados a su nombre. Una circunstancia muy
similar a lo que desarrolla en torno a Gran Canaria y La Palma, siendo evidente
su mayor atención a Tenerife, isla a la que dedica un estudio en mayor
profundidad. Características generales de las islas, aspectos sobre la mítica
isla de San Borondón, relación de reyes que tuvieron conocimiento de las islas
e incluso una cronología de hombres y mujeres relacionados con la religión,
cierran una aportación de notable importancia e interés respecto al
conocimiento de nuestro pasado gracias al legado de un realejero.
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