Evaristo
Fuentes Melián
Las fiestas del Señor del Gran Poder y de la
Virgen del Carmen han tenido este año un hito excepcional: la actuación, con
música y canto, de la denominada Banda de Guerra de la Brigada de Infantería,
Canarias XVI, que ya había venido el año pasado, recuperando una antigua
tradición que hace medio siglo se había perdido.
Por primera
vez recorrí toda la procesión del mediodía del lunes de las Fiestas, que este
año cayó el 10 de julio, para presenciar un espectáculo excepcional: la
actuación de esta Banda, que sin duda sobresalió en la popular y alegre fiesta principal del Puerto de la Cruz.
Esta Banda la
componen unos treinta miembros, con la actuación sonora de cornetas, trompetas,
tambores, gaitas y algún otro instrumento de viento. Es una banda militar
profesional, compuesta de gente seleccionada-- al menos de infantería y
artillería, según observé en los rombos de sus solapas-- que recorrió todo el
trayecto acompañando a la tradicional procesión de mediodía. Destacaron
especialmente cuando en la marcha procesional fueron entonando y cantando en
grupo una célebre canción dedicada al
Señor del Gran Poder, con voces igualmente marciales. Una gozada para quienes,
sin tener ninguna aspiración militar ni militarista (todo lo contrario, al
menos en mi caso), nos gustan estos unísonos y acompasados, bien concentrados
sonidos de las bandas de música y percusión con ritmo marcial de calidad. En
consecuencia, lograron que la gran cantidad de público que se agolpaba
alrededor de la Parroquia al final de la procesión prorrumpiera en aplausos tan
espontáneos como multitudinarios. En especial, cuando culminó la entrada final del Señor del Gran Poder a la Iglesia
Mayor, y el corneta guía alzó su instrumento en señal de ordenar el cambio del
compás, el lento procesional, a la marcha
rápida de desfile militar.
Fue impresionante.
Espectador
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