Antonio-Pedro Tejera Reyes
UN PRÓLOGO NECESARIO
La alta sensibilidad de la Maestra en Turismo peruana
Elenita Villar, recoge en su revista digital TURISTA MAGAZINE DESTINOS, un
sentido y maravilloso artículo sobre la Semana Santa, de la nicaragüense
Josefina Haidée Argüello, escritora, investigadora, maestra
en literatura española, la cual, con inspirada maestría, evoca la obra del
poeta Juan de Dios Venegas, en su ensayo “Piedras Preciosas” donde le adjudica
una de ellas a cada día de la Semana Santa… El Martes Santo es amarillo como el
topacio. Semeja lágrimas de dolor, que cuando penetra la luz llegan al corazón…
Una pieza literaria de mucho valor con un sentido
melancólico que nos ha traído a la mente innumerables pasajes de nuestra
azarosa vida en la isla de Tenerife, concretamente nuestros recuerdos de
aquellas vivencias de una Semana Santa mítica, marcada por una devoción
impuesta por las circunstancias políticas que nos tocó vivir, pero que no
quitan en absoluto el valor espiritual que las mismas emanaban.
Las celebraciones tradicionales de los lugares que sean destinos turísticos, deberán tener una especial atención de los poderes públicos para que cumplan su finalidad como atractivos con sus propias señas de identidad.
Hace tantos años que los recuerdos se fusionan con el
tiempo…
Corrían los años cuarenta del pasado siglo cuando los
recuerdos nos llevan al popular barrio santacrucero de El Toscal, con su
irregular trazado de su vía principal, La Calle de La Rosa, y sus polvorientas
callejuelas de tierra, o de callados, como le decíamos a aquellos pedruscos con
los que estaban acondicionados sus pavimentos. Eran estos los caminos que
recorría la procesión del “Señor de las Tribulaciones” en martes de la Semana
Santa, como un preludio de sus procesiones mayores, los siguientes días. Una
banda de música acompañaba esta procesión, junto a los numerosos fieles que
venían de todos los barrios de la pequeña capital.
El espléndido marco histórico de las construcciones de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, ofrecen una pura sintonía acorde con la celebración religiosa de la tradicional y fervientemente acogida Semana Santa, referenciada con las más prestigiosas obras de los célebres imagineros canarios.
Más tarde se impondría en este mismo barrio, lo que supuso
una auténtica revolución con la presencia del sacerdote D. Jesús Cabrera,
párroco de la nueva Iglesia de San José que se construyó por esas fechas en la
Calle de Méndez Núñez. Este maestro del populismo consiguió crear unas procesiones
que marcaron una época en la ciudad, y en toda la isla, por la impresionante
asistencia de fieles que asistían a ellas. Una de ellas, llamada “El encuentro”
hacía coincidir la imagen de la Virgen María con el Cristo Crucificado, que
saliendo de la referida iglesia y por distintos caminos llegaban de encontrarse
en plena Calle de la Rosa, donde desde un balcón de una de las pocas casas que
tenían dos plantas – casi frente al desaparecido cine Royal Victoria – lanzaba
D. Jesús su imponente discurso de exaltación a la Semana Santa, y donde también
intervenían algunos devotos fieles.
Presentación del afiche promocional de la Semana Santa
2017, en la Ciudad de San Cristóbal de La Laguna, una clara muestra de la
vocación turística que se está aplicando a esta celebración típicamente
religiosa. Junto al cartel, el presidente de la Junta de Hermandades y
Cofradías, Pedro Arturo López, y la concejala, Flora Marrero. Foto/Internet.
EL ADIÓS A LA VIDA
Tiempos memorables, cuyas huellas perviven en la capital de
la isla, aunque ya no sin aquellas multitudes símbolo de un recogimiento y una
devoción religiosa que ha ido desapareciendo con el tiempo.
La Semana Santa en Santa Cruz de Tenerife, tenía unas características
muy peculiares, con aquellas organizadas cuadrillas para visitar las estaciones
que recorrían sus calles en silencio, algunas con alumnos uniformados de los
colegios religiosos, las bandas de música militares acompañando las
procesiones, y el toque lastimoso de las campanas de las iglesias…
De notable recuerdo para nosotros la procesión del “Santo
Entierro” que salía de la Iglesia de la Concepción, y que, al llegar a la Plaza
de La Candelaria, ante los bares “4 Naciones y La Peña”, en la parte superior
de la plaza, y con sus puertas y ventanas cerradas, la Banda Municipal de
Música entonaba, invariablemente todos los años, con sordina y ante un silencio
publico sepulcral, el “Adiós a la Vida”, de la Opera Tosca, del inmortal Guía como
Puccini.
Momentos emocionantes que nos traen el memorable recuerdo
de cuando nos tocó “cubrir calle” con el uniforme militar del servicio
obligatorio, que entonces existía en España, y donde en una esquina de la
céntrica Calle del Castillo, cubríamos los militares la mayoría de sus
esquinas, el paso de las procesiones.
SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, HOY SEMANA SANTA TURÍSTICA
El Cristo de La Laguna, un referente religioso de la
ciudad Patrimonio de La Humanidad, visitado cada año por miles de fieles
La Semana Santa de La Laguna, siempre fue otra cosa. La
devoción religiosa de los laguneros, tiene su máxima representación en el
célebre “Cristo de La Laguna”. Allí, a su santuario, invariablemente, año tras
año, subían los fieles a orar todos los viernes. Una constante que en algún
momento de nuestra niñez seguimos, acompañando a familiares, en aquellas
guaguas rojas que salían de la llamada popularmente, Plaza Militar.
El Cristo de La Laguna tiene su protagonismo importante en
la Semana Santa de la ciudad, hoy convertida en una atracción turística que ha
dado lugar hasta que en estos momentos se esté inaugurando en ella un hotel de
cinco estrellas.
Las decenas de cofradías que se encuentran en la ciudad
tienen su punto álgido en la celebración litúrgica de su Semana Santa, donde
lucen en todo su esplendor sus impresionantes atuendos, ofreciendo una
vistosidad y un colorido que van más allá de la devoción religiosa que las
mismas contienen.
Imponente paso de una cofradía en la célebre Procesión de
Madrugada, del viernes ¨Santo, en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, cuna
del Santo José de Anchieta, fundador de la ciudad de Sao Paulo. Brasil.
Los recuerdos se nos agolpan en los sentidos rememorando aquella
Procesión de Madrugada, que cantaba el poeta Manuel Verdugo –“Procesión de
Madrugada / como brillan los luceros /
que los ángeles encienden / por el Cristo lagunero” – donde en el
imponente silencio de la fría noche lagunera, el Viernes Santo, las calles de
La Laguna, solo recogen el sonido de las pisadas de los fieles y del roce de
las cadenas en el piso, de los penitentes que acompañan las imágenes.
Un panorama
imborrable que durante muchos años disfrutamos, acompañándonos con las visitas
a sus más típicas casas de comidas, donde se disfrutaba de los clásicos menús
caseros de Semana Santa, entre ellos Casa Maquila, el Dos y Una, Las Moneditas,
Rancho Grande…
*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del
Turismo. OMT.
LO QUE DICE WIKIPEDIA:
“La Semana Santa en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna
(en la isla de Tenerife, Canarias, España) es considerada “un auténtico museo
al aire libre” que recorre las calles laguneras con pasos de gran valor
histórico y artístico, con piezas de imaginería y verdaderas obras de
orfebrería isleña con más de cinco siglos de historia. La Semana Santa lagunera
ha bebido de tradiciones y culturas como la andaluza, la castellana o la
portuguesa. Pero destaca también por sus elementos puramente tradicionalistas
canarios. Lo dice WIKIPEDIA:
Esta Semana Santa ostenta el honorable título de ser la más
antigua de Canarias y en la actualidad se ha redactado un expediente para su
declaración como Bien de Interés Turístico Nacional. La Semana Santa de La
Laguna, es además considerada como la más importante del Archipiélago Canario.
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