Antonio-Pedro Tejera Reyes
LOS ESTUDIOS DEL TURISMO, ARMAS VITALES PARA SU DESARROLLO
“Nada subsiste en la vida, sin los hechos relevantes de sus
históricos protagonistas, a quienes los mortales debemos rendirles el tributo
que se merecen por sus logros. Nada perdura sin el registro testimonial del
escritor. (Juselino Kubitscek de Olivera. Creador de Brasilia)
COMIENZO DE LA HISTORIA
Corría el año 1965, cuando irrumpieron en las Islas
Canarias los estudios del turismo, inspirados en la reciente fundación, en el
año 1963, de la Escuela Oficial de Turismo creada en Madrid, bajo la tutela del
Ministerio de Información y Turismo.
Aquellos ilusionados momentos de esta relevante aventura
para el turismo de las islas, tuvieron algunos personajes de excepcional
importancia, uno de ellos del mayor relieve, fue el eminente sabio profesor
recientemente fallecido, Leoncio Afonso Pérez.
1971. Llegada a la ciudad de Maturín, del grupo de profesores del Centro de Estudios Turísticos de Canarias, que impartirían el histórico, I Curso de Estudios Turísticos de América Latina, en dicha capital. De izquierda a derecha, Pedro Álvaro Herrero, Leoncio Afonso Pérez, José Manuel Pérez Borges, José Guillermo Rodríguez Acosta, y Antonio-Pedro Tejera Reyes.
A él le tocó dirigir técnicamente la instalación y el
desarrollo de estos estudios, directamente en la Escuela de Turismo de
Tenerife, y en la distancia, en la de Las Palmas.
Se trataba entonces de crear unos estudios nuevos que
dieran respuesta a un movimiento de la sociedad mundial cuya actividad estaba
transformando España, y de forma violenta las Islas Canarias. Era un reto en el
cual Leoncio Afonso Pérez, estaba involucrado directamente como pionero con su
participación en la creación de un nuevo hotel, cuatro estrellas, en Bajamar
- zona norte de la isla de Tenerife - lo
cual le vinculaba a la gestión de la empresa turística y a sus necesidades internas
y externas, un conocimiento que cimentó su eficaz y brillante labor en el
desarrollo de los estudios turísticos en las islas.
Acto inaugural de los estudios de turismo en las Islas Canarias, en el año 1965. con la intervención del profesor Leoncio Afonso Pérez, y la presencia de la primera autoridades políticas y académicas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
Años memorables, en los cuales hubo que formar al
profesorado, mentalizar al alumnado a un tipo de enseñanza desconocido hasta
esos momentos, en los cuales había que crear los textos ya que no existían
materiales adecuados, y estar en una constante formación personal sobre las
incidencias que el turismo iba generando para integrar en los modelos de
formación, todo aquello que redundara en beneficio del conocimiento necesario
para lograr crear lo que se llamó un “Técnico de Empresas Turísticas”.
UNA EMPRESA EN DESARROLLO
“La primera de las condiciones que toda empresa debe de
rendir, es tener fe en lo que se está haciendo y en los beneficios sociales que
se derivan de nuestros trabajos”. Una de las máximas que el profesor Afonso
Pérez, luchaba por inculcar en la mente de nuestros alumnos, como el verdadero
talismán para entender que los estudios del turismo, anteponían decididamente
el humanismo frente a la técnica. Una y otra vez, repetía las palabras del
representante de la Organización Mundial de Trabajo, Mr. Baroncini, ante la
UIOOT – máximo organismo mundial del turismo en aquellas fechas – cuando
recordaba: “de nada sirven las sábanas de hilo, los cristales de Bohemia, las
alfombras persas, o los mejores manjares, si el personal que nos atiende no nos
muestras sus mejores signos de amistad, de limpieza, de pulcritud y de profesionalidad,
en todos sus actos.”
Visita de la Escuela de Turismo de Tenerife, en el año 1966, a la Delegación de Obras Públicas. De izquierda a derecha, los alumnos María Cordovés, María. Carmen de León, Salvador Borges – el autor de este reportaje, secretario y propietario del centro – la alumna Marta Cuartero, Leoncio Afonso Pérez, Director Técnico, y el delegado del Ministerio de Obras Publicas en la Provincia, Juan Amigó de Lara.
Costó. Costó mucho sacar adelante estos principios y
pasamos muchas horas juntos elaborando programas analizando actitudes, y
aptitudes, de profesores y alumnos, para configura una empresa de estudios
turísticos que pudiese ser modelo de eficacia. Leoncio Afonso ponía todo su
interés, experiencia y sabiduría para conseguirlo y ello daba unos óptimos
resultados convirtiéndonos en un equipo en el cual, él como entrenador y
director, dictaba unas directrices que raramente no conseguían los mejores
resultados.
“A la teoría por la práctica” Solía repetir continuamente,
lo cual convertía sus clases, y las de todos los que seguían sus métodos - que
se convirtieron en un modelo - en auténticos talleres donde se analizaban las
vivencias del alumnado en sus lugares de prácticas empresariales, hoteles, apartoteles,
agencias de viajes y oficinas públicas. Era lo que había, en esos inicios del
desarrollo del turismo en las islas.
La madurez y el trabajo bien hecho, pronto obtuvo sus
beneficios y era raro el día en que no llegasen a las escuelas de turismo en
las dos provincias canarias, peticiones de las empresas del sector solicitando
personal para sus más diversos puesto de trabajo, lo cual provocó una extraña
situación ya que los alumnos que enviábamos a estas empresas motivados por las
necesidades de las mismas, comenzaban a obtener sus beneficios económicos y la
necesidad hacia que abandonasen poco a poco, sus estudios, algo que se resolvió
cuando aquel modélico Ministerio de Turismo, resolvió por decreto, que para
dirigir una empresa turística en España, era necesario poseer el título que se
otorgaban a través de las escuelas de turismo. Algo lamentablemente
desaparecido hoy para desprestigio del sector turístico español.
El profesor Afonso Pérez, interviene, en 1970, en el IV Curso de Divulgación Turística de Las Palmas, con el tema “Problemas que Plantea la Infraestructura Turística”
LA AVENTURA AMERICANA
En el año 1967. acuciados por la avalancha del turismo que
visitaba las islas, con una frenética construcción de camas hoteleras y extra hoteleras, ideamos unos cursos de divulgación turística,
abiertos al público en general, que se celebraban todos los veranos en Tenerife
y Las Palmas, con Leoncio Afonso como planificador y director de los mismos,
con el aporte de singulares profesores y conferenciantes, auténticos
personajes relevantes en aquella memorable época del turismo insular y
español, e incluso del ámbito internacional. Más de diez celebraciones de estos
brillantes cursos, iban a abrir unas puertas internacionales.
La estrecha relación de las Islas Canarias con el hermano
país de Venezuela, y nuestras vinculaciones familiares, trajo en el año 1970,
la oportunidad de crear unos cursos breves sobre turismo, en cuya elaboración
se emplearon unos veinte profesores bajo la dirección de Leoncio Afonso, cuyos
cursos tenían por objeto despertar el interés por el movimiento del turismo y
capacitar al personal, elementalmente, sobre cómo conseguir un desarrollo
turístico armonioso que produjese óptimos beneficios socioeconómicos en la
población.
La ciudad de Maturín, capital del Estado Monagas, en el
oriente del país, y la ciudad de Barquisimeto, capital de Estado Lara, en la
zona central del país, fueron las beneficiadas de estas presentaciones, donde
Leoncio Afonso era su principal figura directora del histórico I CURSO DE
ESTUDIOS TURÍSTICOS DE AMERICA LATINA.
Este fue el comienzo de una andadura americana sin
precedentes conocidos hasta hoy, que nos llevó a recorrer Colombia, por expresa
invitación de la Corporación Nacional de Turismo – Bogotá, Cali, Medellín,
Cartagena de Indias y Popayán – y más tarde Sao Paulo y Río de Janeiro en
Brasil y Asunción, capital de Paraguay, en todos cuyos lugares el éxito
cosechado en las sabias intervenciones de Leoncio Afonso, dejaron una marca
para la historia.
UN EPILOGO PARA EL RECUERDO
Pasajes ilustres de la vida de un maestro, que siempre
llevó su discreta sonrisa en su rostro, y la bonhomía y trato afable en su
estampa, que, muy bien podemos catalogarla como el modelo del hombre de
esperanza que decía Arthur Haulot, tenía que ser el que se dedicara al mundo
del turismo.
Los cientos de anécdotas y momentos transcendentales
vividos al lado de este querido personaje, van desde la isla de Barú, en
Cartagena de Indias, las riberas de Laguna Grande, en Maturín, las playas de
Guarujá, en Sao Paulo… Copacabana, en Río de Janeiro, las reservas de los
indios maka, o las cataratas de Iguazú, en Paraguay, sin poder olvidar sus
sabias lecciones sobre los valores de la naturaleza y la historia de Canarias y
su posible aprovechamiento como atractivo turístico.
Recuerdos imperecederos, que como decimos en nuestro poema
“sueños turísticos de América” son algo que nadie ha de quitarnos. Leoncio
Afonso Pérez, hoy un querido recuerde imborrable.
Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del
Turismo.
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