Lorenzo Soriano
Sé que me meto en charcos y soy consciente que este es de
los más fétidos, pringosos y pantanosos, pero creo que se lo debemos a la
humanidad. No solo como aviso, sino como prevención y por higiene mental.
Abducida toda oposición al hecho de la carnicería comunista por la propaganda
"roja", que prohíbe toda crítica al mayor genocidio jamás perpetrado
en nombre de una idea, teoría u ocurrencia, aceptamos cosas espantosas como
hechos inevitables.
Hemos tratado de convivir con el horror, y lo que se ha
conseguido es que los defensores y propagandistas de la maléfica idea, se
crezcan, nos den lecciones y traten de repetirlo una y otra vez. No solo eso,
sino que aun, gran parte de la humanidad viva bajo la opresión de dictadores
asesinos, torturadores y destructores de generaciones completas, como si aún
fuera posible instaurar sus "interpretaciones" a la teoría de la
"idea más bella del mundo". Y es así, porque son distintas
interpretaciones de una misma cantinela fúnebre y macabra. Marx, en la cúpula
de la pirámide o en la base del poliedro, jamás se hubiese imaginado, cuánta
sangre ni horror iba a producir su manifiesto, interpretado por mentes
preclaras en su momento, pero tan decididos a que no fracasara que les importo
nada que, para intentar aplicarlo, los muertos necesarios fueran centenares de
millones "reales" de ciudadanos. Sacrificio de generaciones,
opresión, indignidad, hambre y miseria.
Y ahí continúan, predicando sin dar
trigo, e interpretando teorías, alegando disparates, y negándose reiterada,
empecinada y torticeramente a reconocer que jamás ha prosperado y que siempre
ha resultado un trágico fracaso. POl Pot, Castro, Mao, Stalin, Lenin, Kim, Ho Chi,
y tantos otros que me dejo, han muerto en la cama y sus defensores, cómplices o
sicarios, jamás se han arrepentido en serio, ni entonado siquiera un inútil Mea
Culpae, o acto de contrición. Ni hablar. Siempre habrá un Psicópata que esto le
parezca bien y que tenga tan poco de humanidad que no quiera, siquiera,
recordar a las decenas de millones de asesinados, esto sí, en el HOLOCAUSTO
comunista. El drama es tragedia cuando
aparece la sangre, y aquí, aun hoy, están entre nosotros. Porque negociamos,
comerciamos y hacemos turismo donde los "chacales", a los que se les
aflojan los esfínteres de reírse de nosotros por nuestra tremenda estupidez y
cobardía.
Cuando Jean La Couture, pidió, con la boquita pequeña, perdón al
mundo por su desaforada, apasionada y vehemente defensa del Khemer Rouge, a la
vista de los millones de cráneos que acumulaba su pupilo y protegido, debió,
como un noble Daimio o Samurái, hacerse un público Sepukku, real, por haber
contribuido al horror tan bestial que durara generaciones en borrar. Los que
"echamos " a los Yankees de Vietnam, somos absolutamente responsables
de los 12 millones de muertos, quien sabe si más, que los que se quedaron han
provocado y siguen aún provocando con sus inacabados regímenes de Terror. Los
Maradonas con Castro y Teocracias varias, García Márquez, y un largo etc. de
"personalidades”, son responsables directos de la barbarie roja, siendo
brillantes en sus tareas, sus mentes podridas y malolientes, les han llevado a
apoyar a los tiranos y acogerse a los beneficios que proporciona ser de esa
cuerda maldita.
¿Para Cuándo un “Núremberg Comunista”? A Reflexionar.
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