Lorenzo de Ara
La política con mayúsculas muchas veces se ejerce en el
municipalismo. Desde un ayuntamiento puede llegarse a lo más alto de un partido
político. Basta con ser eficaz, transparente, cercano, tener personalidad
propia y no prestada y, por encima de todo, llevar siempre un equipaje ligero,
muy ligero, evitando en todo momento que la mochila cargada de piedras impida
seguir avanzando.
El Valle de La Orotava, nuestro valle, está hoy en el
epicentro de la política insular y, me atrevería a decir, que también en el
cogollo de la política regional. Tres alcaldes, tres líderes. Tres hombres que
dirigen los destinos de sus ciudades, pero que al mismo tiempo están situados
en lo más alto de sus respectivas formaciones.
Y esas responsabilidades que ahora ostentan o van a
ostentar en poco tiempo, no tienen por qué impedir que el papel como regidores
municipales decaiga o cause merma en el trabajo para el que fueron votados
abrumadoramente.
Manuel Domínguez es el presidente insular del Partido
Popular en Tenerife y alcalde de Los Realejos. Domínguez está llamado a seguir
escalando posiciones y sus aspiraciones, legítimas, pasan por más protagonismo
en la política insular (sobre todo) y regional (aunque esta última con menos
números ganadores). Su éxito al frente del consistorio realejero es innegable.
Francisco Linares es el hombre más poderoso de Coalición
Canaria en este norte de Tenerife. Comarca la nuestra que ha visto como el
sello nacionalista ha ido perdiendo fuerza y frescura. Su triunfo electoral en
las municipales le sirvió para enterrar cualquier atisbo de duda sobre su
musculatura en el partido. Está llamado, ahora que ha hecho firme su
candidatura a la secretaría general insular, a recuperar gran parte del poderío
y la influencia de las siglas por las que se presenta y, al mismo tiempo, a
perseverar en la defensa de su tierra desde una atalaya aventajada.
Lope Afonso es hoy el que más rango tiene de los tres
alcaldes del Valle. Su carrera no ha hecho más que comenzar. De él se espera
–esperan los populares- una huella muy profunda. Asier Antona no se equivocó al
nombrarlo Coordinador General del PP en Canarias. Asimismo, en calidad de
alcalde de la ciudad más importante del norte de Tenerife, la gestión al frente
del gobierno que preside queda fuera de toda discusión. A quienes pretenden
socavar su imagen con injuriosas acusaciones de pleitesía ante Carlos Alonso,
solo cabe recordarles una cita de Séneca: “Es una práctica de multitudes ladrar
a hombre eminentes, como los perros pequeños ladran a extraños.”
El Valle de La Orotava debería aprovechar este tren. O
subimos todos a él, o desgraciadamente se perderá tal vez la última oportunidad
de ser claves en el devenir de los acontecimientos de Canarias.
P.D. El periodista no debería ser jamás protagonista de
ninguna noticia o entrevista. En ello creo con absoluta firmeza. Hace unos días
entrevisté a David Hernández, líder de Asamblea Ciudadana Portuense. Un
servidor preguntó, mientras el invitado respondió con absoluta libertad. Me
ahorré toda opinión. Pero en este espacio expreso lo que pienso. Y por esa
razón vuelvo a repetir que mientras la izquierda del Puerto de la Cruz esté en
manos de políticos con un mensaje tan caduco y sectario (David Hernández o
Marco González), lo mejor para la ciudad es que PP-CC no abandonen el poder.
Pero eso sí. Bastará un minuto de desconcierto, un ápice de soberbia, un signo
de vagancia, para que critiquemos con fiereza el error. Por encima de cualquier
cosa creo en la alternancia. Lo que no quiere decir que si la alternancia en el
Puerto de la Cruz pasa por este PSOE y esta ACP, que Dios nos coja confesados a
todos.
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