Esteban Domínguez
Después de los carnavales llega la Semana
Santa, momentos para reflexionar y comenzar una
nueva vida. Es una vieja costumbre de nuestros antepasados que debemos
conservarla.
Algunos dicen que es la fiesta de
los “curas”, pero no es así, pues todo cristiano tiene derecho a hozar de su
Semana Santa, una vez concluidas las “carnavalengas”, en Los Realejos, la
Semana Santa hoza de gran esplendor y no ti ene motivos para dejar en el arelo,
esta tradición tan centenaria.
En todas partes del mundo, el cristiano, si la
navidad la celebramos, en familia, de igual manera, deber ser la Semana Mayor,
en la cual, todo aquel creyente acude a los actos religiosos y procesiones, como
no podía ser de otra manera. Sin lugar a dudas, este municipio desde hace
siglos viene celebrando con toda Solemnidad, su Semana Mayor en todas su
Iglesias y Ermitas, con bastante concurrencia de público, en las cueles podemos
encontrar, Bellísimas imágenes, que han hecho que la Semana Santa en Los
Realejos, guarde todo su esplendor, y que no tiene nada que envidiar, ni a La
Laguna, ni a La Orotava.
Una pesa es., que, tras el
incendio de la parroquia matriz de la Concepción del Realejo de Abajo, aunque
ha perdido tantas bellas imágenes, que en estos días de la Semana Santa
llamaban poderosamente la atención de todos aquellos, que llegaban a Los
Realejos.
En programa aún, lo desconocemos
por el momento, pero nos suponemos que poco variará por respecto a otros años.
Lo que, si estamos seguros, es
que la Semana Santa en Los Realejos, brilla por su esplendor.
Sus monumentos son muy visitados,
y llaman la atención de los fieles, entre ellos, destacamos entre otros, el de
la Parroquia de Santiago, el de la parroquia de La Cruz Santa, en de La
Concepción y El Carmen, entre otros.
Se nota como no podía ser de otra
manera, que la Hermandades y Cofradías, han dado un gran impulso a estas fechas
de la Semana Mayor, en Los Realejos.
También notamos que los jóvenes
acuden como no podía ser de otra manera, a celebrar como lo han venido
realizando, a los actos religiosos especialmente el Jueves Santo y el Viernes
Santo, a participar de estas solemnidades, y a distintas procesiones. De
especial manera, el Domingo de GLORIA o de Resurrección.
Todo ello, nos lleva a seguir por
la genta de nuestros antepasados, pero siempre siguiendo los consejos de nuestros
mayores, y como es natural, celebrando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor
Jesucristo que nación en Belén, y dio su vida, por salvar al mundo.
Tradiciones estas que nunca se
deben de perder en todo aquel que se considere cristiano.
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