Teresa González
No hay estímulo en cuatro paredes que trinar
hagan mis palabras, nada hay de aquel
sentimiento
que mis alas quemó cuando quiso con el viento
volar mi sueño que no ha dejado de llorar
desde que asustado se escondió en algún
lugar
de mi cuerpo… Hoy extiendo mis alas nuevamente
secando tus lágrimas, porque en luz se
convierte
hoy el horizonte aquel donde hemos de llegar.
El tiempo se ha marchado con el
verdugo
de las hadas hasta el limbo de asesinos
de donde nunca volverá… El rumbo han
encontrado
en la antesala mis palabras de un verano
que se alfombra y perfuma con los años míos
de una era que esencia de la vida nunca tuvo…
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