Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

sábado, 10 de octubre de 2015

CINE FRANCÉS VERSUS CINE ESPAÑOL


Evaristo Fuentes Melián

Se cumplen ahora 25 años de la imperecedera e inolvidable película francesa ‘El marido de la peluquera’, dirigida por Patrice Leconte en 1990, e interpretada magistralmente–valga el tópico—por Jean Rochefort, que culmina con una de las mejores secuencias del cine de humor de todos los tiempos, cuando Rochefort baila en su peluquería, al compás de un cliente moruno,  una danza espontánea con música africana, secuencia digna de quedar enmarcada en los anales del universo del buen cine.

Últimamente, Jean Rochefort ha interpretado en ‘El artista y la modelo’ (Fernando Trueba, 2012)  el papel de un escultor desganado y viejo, que, en 1943, vive en la Francia ocupada, muy cerca de la frontera española, en un pueblito de montaña, cuando aún los maquis seguían actuando, con más fe que esperanza, desde el Pirineo contra el régimen franquista. Y entonces aparece, como una escultura virginal y al mismo tiempo sensual, una bellísima muchacha española escapada de un campo de concentración, interpretada por la actriz catalana Aida Folch.   Aida reanimará la vocación del artista interpretado por Rochefort, y le va a servir de modelo desnuda, en un habitáculo sito en pleno paraje montañoso, muy cerca de la residencia del escultor. La esposa de Jean viene a ser una maquillada irreconocible Claudia Cardinale, junto a una mujer de compañía, Chus Lampreave.

Ambas películas, ‘El marido de la peluquera’ y ‘El artista y la modelo’, vienen a rubricar y confirmar que el cine francés y en ocasiones el español de Trueba cabalga en cotas máximas de calidad. Algunos críticos ven en ‘El artista y la modelo’ la tercera parte de una trilogía con ‘El año de las luces’ (1986) y ‘Belle Epoque’ (1992).  Pero a las salas comerciales llegan pocas producciones de calidad, por la enorme influencia comercial capitalista del cine norteamericano, ‘Made in USA’, con tanta porquería belicista, gansteril y de efectos especiales ruidosos con que nos hunde en la miseria cultural y abotarga demasiadas veces a las nuevas generaciones.


Espectador

No hay comentarios:

Publicar un comentario