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sábado, 10 de octubre de 2015

LA EDUCACIÓN EN LOS REALEJOS A INICIOS DEL SIGLO XX


Javier Lima Estévez. Graduado en Historia por la ULL

Como tantos otros puntos de Canarias, Los Realejos, a finales del siglo XIX, reclamaba ciertos cambios atendiendo a las transformaciones políticas, económicas y sociales que se iban generando en el contexto español. En ese marco, merece especial atención el plano educativo, atendiendo a las disposiciones establecidas en la conocida Ley Moyano de 1857, pero especialmente significativo sería la creación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, a inicios del siglo XX. Sin lugar a dudas, a partir de ese hecho, aumentó la preocupación de las corporaciones locales por la educación con la finalidad de ir reduciendo las altas tasas de analfabetismo que, por entonces, alcanzaba cifras preocupantes.

Ante esas circunstancias, analizamos como en sesión del 22 de marzo de 1903, celebrada en el Ayuntamiento del Realejo Alto, se vio la Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes del 31 de diciembre, dictando la necesidad de determinar el número de escuelas y la distribución de las mismas en la localidad. Después de un detenido examen sobre tal asunto, se acordó, por unanimidad, que los grupos escolares que se formaran fueran los del casco del pueblo con todas las entidades que permitieran cómodamente asistir a los niños a las escuelas.

Asimismo, se establecieron ciertos aspectos relacionados con las zonas menores de quinientos habitantes, con la finalidad de facilitar la asistencia de los escolares a los espacios educativos, en vista de las distancias que separaban los grupos y casas en los extensos campos de la jurisdicción, así como los profundos barrancos y demás accidentes del terreno que dificultaban la comunicación, elevándose, además, instancia al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, en súplica de que al dictar la resolución que trata el número cuarto de la citada Real Orden se establezca de nuevo, solamente en este pueblo, una escuela atendiendo al grupo en que más probabilidades exista para que los campesinos envíen sus hijos a recibir enseñanza.

Lo cierto es que, en sesión del 3 de diciembre de 1905, se dio cuenta del acuerdo adoptado por la Junta local de primera enseñanza, analizando los grandes prejuicios que recibía el pueblo con la clausura de su única escuela completa de niños, y la municipalidad, ahondando en la mismas ideas de dicha Junta, acuerda por unanimidad de votos, autorizar al presidente para que, en su nombre, elevara respetuosa instancia al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, suplicándole declarar la vacante de la expresada escuela y proceder a su inmediata provisión por haber guardado fuera del magisterio el maestro sustituido, don Temístocles Díaz Llanos y Hernández, con arreglo a la legislación vigente.


En definitiva, hemos expuesto una breve visión del panorama educativo realejero que, a inicios del siglo XX, nos deja múltiples detalles para comprender la posterior evolución experimentada en ese sentido, atendiendo a las diversas soluciones que se fueron generando con la finalidad de ir resolviendo los problemas de escolaridad en el lugar.

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