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sábado, 10 de octubre de 2015

DE NIÑOS NOS CONDICIONAN


Rita Altamirano

De niños sufrimos abusos de distinta índole. Hay tantas formas de abuso de los adultos hacia los menores. Los padres por ejemplo con sus hijos: prohíben a sus hijos varones llorar, obligan a estudiar carreras que no quieren, a hacer tareas que les corresponden a ellos, como cuidar sus hermanos, a trabajar de pequeños  para ayudar en la manutención de la casa, niegan a su padre o madre el derecho a que los vean cuando se han separado, no velan por su alimentación, vestido, educación, vivienda, heredar los juguetes, ropa, zapatos de sus hermanos mayores, negarles comida porque hicieron alguna travesura. 

He visto cosas tan degradantes en el trato a los infantes. Recuerdo a una mujer adulta acusarle a gritos  a un pequeño de seis años de ser el motivo por el que el padre abandonó el hogar. He visto maltratos tan fuertes como lanzarles objetos que los lastiman. Aún enseñarles a decir palabras groseras considero un abuso. El hecho de hacerlo sentir incapaz ya es maltrato. En fin, se podría enumerar mil y mil maneras de lastimarlos.

El abuso sexual es uno de las peores formas de violencia, esos niños tendrán dificultades para establecer y mantener relaciones especialmente de pareja. Según las estadísticas el índice de abuso sexual es muy alto.

Lo más probable es que esas personitas en el futuro sufrirán  de baja autoestima, depresión crónica, pocos deseos de vivir la vida, desmotivación permanente,  y muchos problemas  a nivel psicológico.

Creo que el abuso emocional, sexual, material, intelectual debe ser tratado. Se hace indispensable buscar apoyo terapéutico cuando se es consciente de que hemos tenido algún tipo de maltrato. Es más creo que de pequeños todos hemos sufrido algún tipo de abuso de parte de quienes estuvieron en nuestro proceso de crecimiento, educación  y crianza.

Personalmente creo que una de las terapias que mejor impacto causan es la sanación del niño herido. Considero también que Constelaciones Familiares pueden ayudar mucho. Y no descarto algo más new age pero profundamente efectivo el hopponopono. Por supuesto un buen profesional con estudios en Psicología podrá ayudar a modificar los sistemas de creencias implantados en nuestro subconsciente.


Recomiendo un hábito que yo practico y sé que  sana nuestras heridas infantiles y consiste en  recordar que dentro de nosotros hay un niño al que debemos cuidarlo, consentirlo y dialogar con nuestro niño interno para hacerle saber que aquí está el hombre o mujer adulto que le proveerá de lo que no tuvo y lo protegerá de aquello que lo lastimó

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