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sábado, 17 de octubre de 2015

TODO PASÓ EN LA PLAZA DEL CHARCO


José Melchor Hernández Castilla, Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler.


La Plaza del Charco del Puerto de la Cruz fue construida por el alcalde Real Francisco Gervasio Ventoso en 1835, según el diseño de José Agustín Álvarez Rixo, como así nos cuenta el historiador portuense Antonio Ruiz Álvarez; y se hallaba rodeada por una magnífica doble fila de árboles (platanus orientalis) y de bancos de piedra. En 1880, se construyó su pila de agua. A comienzo del siglo XX, se sustituyeron paulatinamente los árboles de la plaza por Laureles de indias (ficus nítida) y por Palmeras canarias (Phoenix canariensis), además de la aparición de un kiosco. Dicha plaza era un lugar donde, en los días fiesta y de los santos, se exhibían bebidas y comestibles, y en la que las personas de los alrededores estrenaban sus mejores galas.

La Plaza del Charco es, sentimentalmente, el sitio de las miradas furtivas de los enamoramientos de nuestros padres y abuelos, cuando se dedicaban a dar vueltas a la misma plaza en grupos separados de chicos y chicas; como también, el espacio de las tertulias personales o sociales del desaparecido Bar Dinámico. Actualmente, La Plaza del Charco sigue siendo el lugar de reunión de los portuenses y el centro neurálgico de la ciudad. Desafortunadamente, todos estos recuerdos podrían ser eliminados por un proyecto del Plan Especial del Casco, y aprobado parcialmente por el actual alcalde Marcos Evangelista Brito Gutiérrez, que quiere dejar dicha Plaza a ras del suelo.


Toda esta situación de renovación de los espacios o mala renovación de los mismos, según se mire, contrasta con el mal mantenimiento que se pone en el Jardín Histórico de la Plaza del Charco. Así, algunas de sus palmeras sirven de soporte eléctrico, e incluso en una de ella hay colocado un cuadro eléctrico; y esto mismo sucede con los laureles de indias. De igual manera, el piso de la Plaza es resbaladizo, lo que conlleva un peligro en los días de lluvia o de riego de los jardines.

Desde nuestra humilde opinión, La Plaza del Charco sólo necesita renovar su piso, sustituir su luminaria, cuidar mejor sus árboles y cambiar las piezas del Parque Infantil de vez en cuando. Gastarse 2 ó 3 millones de euros en hacer desaparecer La Plaza del Charco se nos antoja un atentado contra el Patrimonio Biográfico, Social e Histórico del Patrimonio del Puerto de la Cruz.


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