Javier Lima Estévez. Historiador
El profesor universitario ligado durante décadas a la ULL e
investigador con un amplio número de publicaciones, Manuel J. Lorenzo Perera,
posee una extensa trayectoria en el estudio del campo de la cultura tradicional
de las Islas, con análisis que nos aproximan ante diferentes realidades
históricas, arqueológicos y, especialmente, etnográficas. Sobre el bucio, un
elemento tan arraigado a la cultura canaria y, a la vez tan desconocido,
Lorenzo Perera posee un libro de 250 páginas. El primer problema al que se
enfrenta es la carencia de fuentes escritas. Sobre ello recurre, como en obras
anteriores, a un fecundo trabajo compuesto por entrevistas en Tenerife, La
Gomera, El Hierro, Lanzarote y La Palma, todo ello en diferentes momentos
temporales.
Un primer apartado lo dedica a la cultura del bucio. Entre
sus páginas reflexiona respecto a las diferencias entre las caracolas y los
bucios, las particularidades del lenguaje buciado como un tipo de lenguaje que
no es oral ni escrito y las circunstancias asociadas a su uso. A ello añade
referencias históricas sobre el bucio en Canarias tomando en consideración
relatos como el de Tomás Marín de Cubas, así como entrevistas y otros
testimonios que permiten reconstruir, de forma breve, tal aspecto. El profesor
universitario también realiza un rastreo sobre las diferentes denominaciones
que recibe el bucio en el panorama canario, extendiendo su análisis a las islas
de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote, La Palma y El Hierro.
Sobre la utilidad del bucio como elemento “para llamar,
avisar o convocar” en toques dirigidos a colectivos y toques dirigidos a
particulares, así como las particularidades de cada señal, reflexiona el autor
durante el segundo capítulo de apenas diez páginas.
En el tercer capítulo es también objeto de su atención el
bucio ligado a la economía, atendiendo a las actividades que su toque abarca,
incluyendo la agricultura, la ganadería, la recolección, la apicultura, la
pesca, la cacería, la práctica comercial, las actividades complementarias y la
industria. Una serie de ámbitos relacionados con el toque del bucio que, con su
sonido, marcaba o limitaba la jornada de trabajo en diferentes tramos temporales.
A ello se une su significado en el transcurso de la vida cotidiana, siendo
curioso advertir la influencia en la convocatoria de actos festivos, así como
su utilidad -a modo de advertencia- ante la presencia de un determinado
personaje, llegando incluso a combinarse, tal y como advierte Lorenzo Perera,
el toque del bucio con el silbo. Junto a su utilidad como alerta también era
empleado para realizar la llamada a personas y animales, la visita al enfermo y
otros hechos asociados a posibles amenazas.
Las páginas que ofrece a las escenas de control social son
sumamente curiosas, correspondiendo a la descripción de diferentes actos
protagonizados por caracoladas o caracoliadas como acto de crítica social ante
determinados “comportamientos que se apartaban de la norma social establecida”,
incluyendo, entre otras cuestiones, desde ladrones a hombres acusados de
infidelidad. Siguiendo el ciclo festivo anual y, a partir de las celebraciones
familiares, locales e insulares o mayores, estudia las particularidades de
quince actos con el uso del bucio, desde la antigua representación realizada en
el barrio de El Palmar, conocida como los gritos del Oso, hasta la quema del
rabo al año viejo, siendo también una práctica que se realizaba en el mismo
barrio del municipio de Buenavista. Cierra el capítulo con algunos apuntes
históricos respecto a su pérdida e influencia actual con un uso extendido en
diferentes celebraciones, tanto insulares como mayores, su representación
visual (tal y como ocurre con el gran mural ubicado en La Matanza de Acentejo),
o el protagonismo que alcanza en eventos como el Resonar del Bucio (San Juan de
la Rambla).
Otro capítulo profundiza en el folklore, realizando una
serie de valoraciones respecto a los topónimos, las voces, los dichos, los apodos,
las anécdotas, las formas de entretenimiento infantil y creaciones
poéticas.
Ilustrativo es el breve vocabulario compuesto por trece
términos asociados al bucio e instrumentos musicales afines, así como una serie
de páginas en las que, de forma breve, establece una serie de consideraciones
respecto a su uso y continuidad en el tiempo, siendo de notable interés
apreciar la presencia del bucio en diferentes contextos espaciales y temporales
“donde se sintió y escuchó la bocina de caracol” tal y como describe su autor.
El oportuno apartado final sobre la bibliografía cierra un estudio que destaca,
por una parte, en atención a las pocas fuentes documentales existentes para su
conocimiento y, por otra, por la labor de su autor para reunir un notable número
de entrevistas cuyo resultado le permite realizar un ameno y riguroso recorrido
por un novedoso aspecto ligado a la cultura tradicional canaria.
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