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lunes, 9 de diciembre de 2019

EL BUCIO EN CANARIAS


Javier Lima Estévez. Historiador

El profesor universitario ligado durante décadas a la ULL e investigador con un amplio número de publicaciones, Manuel J. Lorenzo Perera, posee una extensa trayectoria en el estudio del campo de la cultura tradicional de las Islas, con análisis que nos aproximan ante diferentes realidades históricas, arqueológicos y, especialmente, etnográficas. Sobre el bucio, un elemento tan arraigado a la cultura canaria y, a la vez tan desconocido, Lorenzo Perera posee un libro de 250 páginas. El primer problema al que se enfrenta es la carencia de fuentes escritas. Sobre ello recurre, como en obras anteriores, a un fecundo trabajo compuesto por entrevistas en Tenerife, La Gomera, El Hierro, Lanzarote y La Palma, todo ello en diferentes momentos temporales.

Un primer apartado lo dedica a la cultura del bucio. Entre sus páginas reflexiona respecto a las diferencias entre las caracolas y los bucios, las particularidades del lenguaje buciado como un tipo de lenguaje que no es oral ni escrito y las circunstancias asociadas a su uso. A ello añade referencias históricas sobre el bucio en Canarias tomando en consideración relatos como el de Tomás Marín de Cubas, así como entrevistas y otros testimonios que permiten reconstruir, de forma breve, tal aspecto. El profesor universitario también realiza un rastreo sobre las diferentes denominaciones que recibe el bucio en el panorama canario, extendiendo su análisis a las islas de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote, La Palma y El Hierro.

Sobre la utilidad del bucio como elemento “para llamar, avisar o convocar” en toques dirigidos a colectivos y toques dirigidos a particulares, así como las particularidades de cada señal, reflexiona el autor durante el segundo capítulo de apenas diez páginas.

En el tercer capítulo es también objeto de su atención el bucio ligado a la economía, atendiendo a las actividades que su toque abarca, incluyendo la agricultura, la ganadería, la recolección, la apicultura, la pesca, la cacería, la práctica comercial, las actividades complementarias y la industria. Una serie de ámbitos relacionados con el toque del bucio que, con su sonido, marcaba o limitaba la jornada de trabajo en diferentes tramos temporales. A ello se une su significado en el transcurso de la vida cotidiana, siendo curioso advertir la influencia en la convocatoria de actos festivos, así como su utilidad -a modo de advertencia- ante la presencia de un determinado personaje, llegando incluso a combinarse, tal y como advierte Lorenzo Perera, el toque del bucio con el silbo. Junto a su utilidad como alerta también era empleado para realizar la llamada a personas y animales, la visita al enfermo y otros hechos asociados a posibles amenazas. 

Las páginas que ofrece a las escenas de control social son sumamente curiosas, correspondiendo a la descripción de diferentes actos protagonizados por caracoladas o caracoliadas como acto de crítica social ante determinados “comportamientos que se apartaban de la norma social establecida”, incluyendo, entre otras cuestiones, desde ladrones a hombres acusados de infidelidad. Siguiendo el ciclo festivo anual y, a partir de las celebraciones familiares, locales e insulares o mayores, estudia las particularidades de quince actos con el uso del bucio, desde la antigua representación realizada en el barrio de El Palmar, conocida como los gritos del Oso, hasta la quema del rabo al año viejo, siendo también una práctica que se realizaba en el mismo barrio del municipio de Buenavista. Cierra el capítulo con algunos apuntes históricos respecto a su pérdida e influencia actual con un uso extendido en diferentes celebraciones, tanto insulares como mayores, su representación visual (tal y como ocurre con el gran mural ubicado en La Matanza de Acentejo), o el protagonismo que alcanza en eventos como el Resonar del Bucio (San Juan de la Rambla).

Otro capítulo profundiza en el folklore, realizando una serie de valoraciones respecto a los topónimos, las voces, los dichos, los apodos, las anécdotas, las formas de entretenimiento infantil y creaciones poéticas.   

Ilustrativo es el breve vocabulario compuesto por trece términos asociados al bucio e instrumentos musicales afines, así como una serie de páginas en las que, de forma breve, establece una serie de consideraciones respecto a su uso y continuidad en el tiempo, siendo de notable interés apreciar la presencia del bucio en diferentes contextos espaciales y temporales “donde se sintió y escuchó la bocina de caracol” tal y como describe su autor. El oportuno apartado final sobre la bibliografía cierra un estudio que destaca, por una parte, en atención a las pocas fuentes documentales existentes para su conocimiento y, por otra, por la labor de su autor para reunir un notable número de entrevistas cuyo resultado le permite realizar un ameno y riguroso recorrido por un novedoso aspecto ligado a la cultura tradicional canaria.

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