Javier Lima Estévez. Historiador
En el transcurso del XXII Coloquio de Historia Canario-Americana, desarrollado en la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canarias entre los días
3 al 7 de octubre de 2016, acudimos con una ponencia que llevó por título Los británicos en el Valle de La Orotava
según Osbert Ward.
En primer lugar, mostramos algunas características del
Valle de La Orotava, describiendo su situación geográfica y analizando algunos
aspectos claves para comprender su evolución histórica en el tránsito de los
siglos XIX-XX. Una pequeña síntesis en la que destacamos el testimonio de
múltiples viajeros que, atraídos por las condiciones climáticas o el interés
hacia la investigación, difundieron las características únicas del lugar.
A
continuación, anotamos la importancia que las guías de viaje han supuesto en la
difusión del archipiélago, con especial atención al testimonio de Olivia Stone,
la viajera irlandesa que recorrió nuestro archipiélago plasmando sus
impresiones en la obra Tenerife y sus
seis satélites. Dentro de esa labor propagandística incluimos el testimonio
de Alfred Samler Brown. A su persona le debemos la creación de una guía que, en
el momento de su muerte, había alcanzado numerosas ediciones, convirtiéndose en
un documento de gran importancia para la difusión de Canarias. Junto a esos
autores ubicamos el nombre de Osbert Ward. Su guía, publicada en inglés en
1903, presenta una serie de limitaciones (espaciales y geográficas) si la
comparamos con los testimonios anteriormente expuestos. Sin embargo, a ese
aspecto podríamos unir el hecho de que su finalidad no era –ni mucho menos-
imitar la actividad desarrollada por A. Samler Brown. Tal y como manifiesta el
autor en el prólogo, The Vale of Orotava es
un documento que pretende destacar el Valle en el que su autor encontraría el
remedio para curar su maltrecha salud, tras recorrer sin éxito otros núcleos
del continente europeo.
En esa labor incluye múltiples datos asociados al Valle de
La Orotava, realizando una descripción del auge de La Orotava como health resort, referencias históricas
sobre la iglesia (incluyendo el cementerio) y la biblioteca inglesa, así como
una descripción de los principales jardines ubicados en diferencias espacios
del Valle. A ello se unen explicaciones sobre el pasado prehispánico, la imagen
del Teide, el oficio del calado, las características en el suministro del agua,
la producción del vino, la forma de vida del campesinado, las diversiones existentes,
el suministro de comida, las particularidades en la vegetación, la diversidad
de productos que se cultivan y las características del clima definen las
páginas a lo largo de la primera parte. La segunda parte de la guía incluye
treinta y siete puntos con propuestas de espacios a recorrer a lo largo de La
Orotava, Los Realejos, Santa Úrsula, Güímar, San Juan de la Rambla, Icod de los
Vinos o por el propio municipio portuense.
Se trata, en definitiva, de un documento que constituye un
aporte de gran valor para conocer el estado y la presencia de la comunidad británica
en el Valle de La Orotava en el tránsito de los siglos XIX al XX, significando,
su estudio, un acercamiento para una mejor comprensión del tema desde la visión
escrita por un ciudadano inglés que residió en la isla hasta su muerte, dejando,
como mejor testimonio de su gratitud, la guía The Vale of Orotava.
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