Javier Lima Estévez. Historiador
Hay seres cuya presencia nunca desaparece. Eso
ocurre con el polifacético realejero D. José Siverio Pérez, que nace el 29 de
noviembre del año 1928 en el municipio de Los Realejos. Conocido por todos como
“don José” o “padre Siverio”, su figura es clave ante numerosas facetas del
ámbito religioso y cultural de la segunda mitad del siglo XX. A la labor como
sacerdote por espacio de 67 años se une el trabajo en la radio como director y
organizador de diversas propuestas, la recordada participación en la última
sesión del Concilio Vaticano II y, un importante compromiso en el ámbito del
patrimonio y el arte; huellas todas ellas que constituyen muestras de sus múltiples
iniciativas con testimonios tangibles en la pintura y la escultura que,
indudablemente, forman parte de su trayectoria.
Su pérdida se produjo el 4 de
junio del presente año, pocos días después de un diálogo con nosotros que hasta
el final siempre se mantuvo con total lucidez, claridad y rigor. Ante esa situación
y, como testimonio del recuerdo a su persona, familiares, amigos y admiradores
de su trayectoria se reunieron durante la tarde/noche del sábado 30 de
noviembre junto al busto que, desde el año 2002, se sitúa en la plaza
parroquial de Realejo Bajo; frente a la Iglesia de Nuestra Señora de la
Concepción por la que tanto trabajó a través de la Junta que presidió para su
reconstrucción tras el fatídico incendio de 1978.
Tras colocarse unas flores y
dejar constancia del momento con imágenes fotográficas, los allí presentes no
dudaron en intercambiar numerosas impresiones respecto a la vida y obra de D.
José. Sus recuerdos, su forma de ser y actuar quedan como testimonios de una
biografía que ya forma parte de la Historia de Los Realejos. No le
olvidamos.
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