Lorenzo de Ara
Tengo la suerte, nunca la desgracia, de leer a más mujeres
que a hombres en la prensa española. También catalana. Gracias a esta última,
descubrí hace tiempo a Flavia Company, escritora argentina que colabora en La
Vanguardia. A mí, no sé a ustedes, esta señora me parece de lo mejor que hay en
el panorama. Y punto. La columna que firma hoy está de puta madre. Tiene la
lectura dominical dos nombres para pasar unos minutos realmente estupendos.
La
ya citada narradora hispanoamericana, y al siempre estridente pero genial Jaime
Bayly, que no sé si sigue siendo sólo estadounidense o ha vuelto a
reconciliarse con su país natural, Perú. Bayly es muy popular por sus
apariciones en televisión. El macho escribe unos relatos en ABC, también los
domingos, que provocan mucho dolor en el que siente devoción por la literatura.
¿Por qué? Sencillamente porque le abre los ojos a la cruda realidad.
“¡Eres un
inútil y debes dedicarte a otra cosa!” Te grita desde el magistral texto.
Flavia es así. Te incendia. Te consume. Te pone en el
disparadero. Los ojos navegan por un océano de palabras que se abrazan, no se
juntan (que es lo que hay en la cochina prensa tinerfeña, por ejemplo.
La mujer ya tiene su sitio en el columnismo de España. Las
firmas masculinas más consagradas, Arturo Pérez Reverte, Mario Vargas Llosa,
Javier Marías, Gabriel Albiac, Arcadi Espada, Manuel Jabois, David Gistau, Juan
Manuel de Prada, Ignacio Escolar. Pedro G. Cuartango, Rafa Latorre, Luis Miguel
Fuentes, Manuel Vicent, Julio Llamazares, Rubén Amón, José Antonio Zarzalejos,
Javier Caraballo, Javier Cercas, entre otras, pero ningún tinerfeño, por ser
muy zotes, mediocres y atrabiliarios (extravagantes), están contentos de hallar
en las compañeras de oficio unas cumbres par nada borrascosas y sí difíciles de
escalar, ya algunas de esas cumbres se muestran inaccesibles, dada la calidad
narrativa que proyectan.
Flavia Company, Roso Belmonte, Emilia Landaluce, Elvira
Lindo, Lucía Méndez, Carmen Posadas, Rosa Montero, Carmen Rigalt, Leila
Gerriero, Victoria Prego, Ángela Vallvey, Sol Aguirre, Karina Sainz Borgo, etc.
Hasta Pilar Rahola (sí, ella, que nos odia y está a favor de la locura
secesionista). ¡Grandes!
Me rindo ante estas mujeres que escriben y narran historias
insuperables. Son únicas. Brillan con luz propia. Hacen que el periodismo en
español no se sea una planicie tediosa.
Mujeres con las palabras limpia. Aunque duelan. Desnudas,
directas, tiernas, feroces, sabias, pretorianas, amazonas con la pluma como
arma que destruye la ruindad y sobre todo la honda y tenebrosa mediocridad.
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