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sábado, 26 de agosto de 2017

SAN AGUSTÍN Y EL AMOR AL PRÓJIMO

Agustín Armas Hernández

A DIOS NO SE LE ENCUENTRA CAMINANDO SINO AMANDO

Leía Agustín por segunda vez la Biblia pues la primera le pasó lo que a muchos mortales: que, al no tener el espíritu de Dios, no vio ni entendió nada. Hasta tal punto fue así, que llega a comentar entre sus amistades y amigos, que lo leído —las Sagradas Escrituras— era un lenguaje para ignorantes. ¡Pero amigos! ahí estaba San Ambrosio deslumbrándole con sus sermones y homilías, además de la constante Santa Mónica (madre de San Agustín) que, con plegarias y lágrimas, hicieron posible, que el hasta entonces inquieto agnóstico se transformara de tal manera, que llegó a ser el más célebre santo doctor de la Iglesia Católica universal.  Al leer por segunda vez —como decía yo al principio— la Sagradas Escrituras expresó con gran admiración — ¡Aquí está la verdad de la vida! —. Pues bien, San Agustín se convirtió hace ya XVI siglos, y algunos años más esto es, en 1.631, el 386 D.C. y se bautizó el 24 de abril del 387. Pasó por el mundo dejando huella — espiritual se entiende— de un valor incalculable. Inspirador —por medio de sus libros— de tantos y tantos teólogos y misioneros, que arriesgando sus vidas extienden día tras día por todo el orbe la palabra del Divino Hacedor. ¿Y de algunas personas qué? ¿Qué va a ser de los humanos que pasan por este valle de lágrimas sin inmutarse ni meterse en algún que otro berenjenal; ¿de quienes sólo se levantan por la mañana a trabajar, comer, y otra vez a la cama? Es obvio que ellos los anteriormente aludidos y también los que hacen algo más positivo tendrán su lugar después de finiquitada esta vida.

¡No dijo Jesús: «en la casa de mi Padre hay muchas moradas, voy a preparar la vuestra» ?, la de sus apóstoles. Por lo tanto, cada uno tendrá la morada que merece después de esta vida. Una breve introducción inspiradora sobre la conversión de San Agustín para meternos en el meollo de nuestra cuestión. ¿Fueron suficientes para la conversión del santo las lágrimas de Santa Mónica su madre, y los sermones de San Ambrosio?, no, queridos colegas «como dirían o dicen los jóvenes avanzados de hoy en día». El inquieto Agustín necesitó, todavía de la intervención directa de Dios. 
«Toma, toma y lee», le decía aquella voz angélica, indicándole concretamente lo que tenía que leer. Abrió la Biblia, leyó a San Pablo y prorrumpió en un mar de lágrimas. Según la leyenda un niño en la playa —mientras paseaba nuestro santo por la misma— y después de abrir un hoyo en la arena cogía con una concha agua del mar y la vertía en el hoyo, así una y otra vez. Agustín que le observaba a distancia un poco intrigado se acerca y le pregunta, niño ¿qué estás haciendo? se vuelve este, y con una fuerte y penetrante mirada en los ojos, le contesta señalando al mar: «quiero meter toda esa agua en este hoyo», contesta Agustín: «esto es imposible», el ángel replica: «mucho más difícil es que tu llegues a entender el misterio de la Santísima Trinidad». 
Pues... despiertos o durmientes habitantes de este globo, llamado Tierra: San Agustín buscaba la luz y la consiguió. Sin embargo, la mayoría de los hombres están en tinieblas y no se molestas —aunque sufran—, en buscar la luz. Cientos de años antes de la aparición del santo que nos ocupa y por mediación de Moisés, se nos dieron unas leyes, los mandamientos de la Ley, de Dios. Reglas por las cuales los hombres tenemos que regirnos, aquí abajo, ¿y también arriba? • A San Agustín se le representa con un libro y con un corazón en la mano, pues sobresalió por su sabiduría y amor. El doble amor a Dios y al Prójimo: Un amigo teólogo y parapsicólogo me dice que San Agustín, nacido el 13 de noviembre de 354 está „marcado por Escorpio y también por Libra, su signo dominante: de ahí su profundidad (Escorpio) y su carácter amoroso y su dominio de la palabra (Libra). Dudó mucho (Libra) antes de convertirse; y después, penetró en los misterios cristianos (Escorpio). Por mi nombre de pila y estar unido a la Fraternidad Agustiniana, cumplo aquí mi deber con este gran doctor y buscador de la verdad.

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