Hans Kamella
Por la mañana
temprana salió nuestro vuelo de la “Ciudad más bonita do Mundo”, Rio de Janeiro,
rumbo a la ciudad Foz do Iguaçu en la frontera con Paraguay. Sobrevolamos la
incomparable Bahía de Guanábana con el Pan de Azúcar, el Corcovado con su
gigantesca estatua de Cristo Redentor y las playas famosas de Copacabana y Panamá.
Después de una escala en la metrópolis Sao
Paulo nos esperan todavía una hora y media de vuelo hasta nuestra meta, las
Cataratas de Iguazú. Cuando el avión se acerca a la zona podemos contemplar una
enorme nube de vapor flotando en el aire encima del verde de la selva semi tropical
brasileña. Antes de aterrizar el avión hace una vuelta alrededor de las
cataratas. Impresionante ver una de las siete maravillas naturales del mundo
desde el aire en toda su grandeza.
En las orillas del majestuoso Rio Paraná se
encuentra la ciudad de Foz do Iguazú, una ciudad multicultural y centro para
numerosas actividades turísticas. La ciudad está conectada con la Ciudad del
Este en Paraguay con el puente de la amistad y con el Puente Internacional
Tancredo Neves con el Puerto de Iguazú en la Argentina. Cerca de la ciudad, en
la confluencia de los Ríos Iguazú y Paraná está ubicado el Hito Tres Fronteras.
Desde este lugar se pueden observar los tres países, y en cada uno de ellos
existe un obelisco pintado con los colores nacionales de Paraguay, Argentina y
Brasil. El hotel Bogari fue para los siguientes días nuestro hogar. Por la
noche nos ofrecieron uno de los mejores buffets frios que yo he visto. En el
centro de la mesa lucia el pez más grande del Paraná, el Surubi, con más de 50
kilos y una longitud de más de 1.50 metros. ¡Delicioso!
Por la noche
hicimos una excursión a la Ciudad de Este en Paraguay. Esta ciudad es la
tercera zona más grande de comercio libre en el mundo, solamente superada por
Miamo y Hongkong. Las calles están llenas de pequeños mercadillos donde se
pueden encontrar mercancías de todo el mundo. También artículos falsificados
para los turistas. Nosotros fuimos a comer a un cabaret-restaurante cerca del
casino adonde fue el resto del grupo. El locutor pregunto a cada uno de los
asistentes de donde vienen. La mayoría eran argentinos y brasileños que
vinieron a esta ciudad para jugar en el casino y a comprar en las tiendas de
libre comercio. Cuando el locutor se enteró que venimos de España toco la
orquesta “Aviva España. Este momento fue muy emocionante. La comida era
excelente, el solomillo estaba tan suave que no era necesario usar el cuchillo.
Un buen vino chileno de Concha y Toro regaba el manjar.
En la mañana
del siguiente día regrese de nuevo al Paraguay para comprar un par de botellas
de caña y yerba mate. En la vuelta para Brasil convencí los guardas de frontera
paraguayos certificar mi estancia en el país con sellos en mi pasaporte.
Después de cruzar el puente la aduana brasileña hizo un control estricto a los
viajeros. El único que podía salir sin control fue yo. El pasaporte alemán hace
milagros. Al norte de estas dos ciudades se han construido la segunda represa
hidroeléctrica más grande del mundo. Esta represa produce 19% de la energía
eléctrica que consume Brasil. Una obra gigantesca, el lago artificial tiene una
longitud de más de 200 km.
Las cataratas de Iguazú se localizan dentro de
los parques nacionales en Brasil y Argentina. Estas cataratas están formadas
por 275 saltos con una anchura de 2700metros, la mayoría en el lado argentino,
junto con los saltos de Victoria los más grandes del mundo. Una nube de espuma
y agua en polvo se levanta varios cientos de metros con un arco de iris enorme,
acompañado de un ruido relumbrante anuncia los saltos. La “Garganta del Diablo”,
el salto más alto de 80m, aparece con toda su grandeza. Entramos por una senda
a la sombra de la selva húmeda. Empezamos ver nuevos saltos que caen por varias
terrazas hasta el rio. Al final de la senda, una plataforma metálica se
presenta elevada sobre el agua que cae a pocos metros del mirador. Detrás de
una cortina de niebla podemos contemplar la gran masa de agua cayendo al vacío.
Un espectáculo grandioso. Un kilómetro rio arriba, al borde de la selva,
cruzamos en una lancha el majestuoso Iguazú para llegar a la parte brasileña de
las cataratas.
En el “Hotel
das Cataratas” tomamos un refresco, caipiriña, antes de salir a una aventura
única. Queremos ir con un bote de remos hasta un risco a dos metros de la
“Garganta de Diablo”. La primera etapa nos lleva a unos pequeños islotes que
teníamos cruzar con la ayuda de tablas. Un segundo bote nos espera para
ejecutar el tramo más peligroso de la excursión. Por fin alcanzamos el pequeño
risco. El suelo se estremece por la fuerza de las aguas, un ruido infernal hace
es casi imposible hablar. Uno se siente el deseo dejarse caer en la espuma
blanca del salto. Un deseo peligroso, pero también una experiencia extraordinaria.
La vieja leyenda de Naipe y Tarobá, sobre el origen de las cataratas, de los
indios guaraní empieza tomar vida. “Los indios Caingangues, que habitaban en
las orillas del rio Iguazú creían que el mundo estaba gobernado por el Dios
M´BOI que tenía el cuerpo de una serpiente. El cacique de esta tribu, llamado Gobi,
tenía una hija, Naipí, tan bonita que las aguas del rio paraban cuando la joven
miraba a ellas.
Debido a su
belleza la joven fue consagrada al Dios M´BOI y condenada a ser sacrificado.
Entre los Caingangues vivía un joven guerrero, llamado Tarobá, quien adoro la
joven Naipí. El día cuando la fiesta del sacrificio fue anunciada, la bella
india encanto el cacique y mientras los guerreros bailaban,Tarobó fugo con la
linda Naipí en una canoa rio abajo.
Cuando M´BOI
se enteró de la fuga de Naipí y Tarobá, se enfureció, entro en las entrañas de
la tierra y, moviendo su cuerpo, producía una enorme grieta que formo una
gigantesca catarata. Envuelto en las aguas inmensas la canoa de los indios
fugitivos cayó desde una gran altura y desapareció para siempre.
Dice la
leyenda que NaipÍ fue transformada en una de las rocas centrales de las
cataratas, castigado permanente por las aguas revueltas, y Tarobá fue
convertido en una palmera situada al borde del abismo y inclinada sobre la
garganta del rio.
Debajo de este
árbol esta la entrada a la cueva donde el monstruo vengativo vigila,
eternamente, a sus dos víctimas.
Después de
esta bella aventura necesitábamos algunas caipirinhas mas en el fabuloso hotel
de las Cataratas, construido en el estilo colonial. Disfrutando la incomparable
vista a las cataratas y un poco triste decimos adiós a esta maravilla del
mundo.
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