Lorenzo
de Ara
Ya
escucho a parte, gran parte de la izquierda, advertir que no sería bueno para
el país que el gobierno de Mariano Rajoy elevara la alerta al nivel máximo, o
sea, abriendo la puerta para que el ejército, junto a la Guardia Civil y la
Policía Nacional, ocupe los lugares de mayor concentración ciudadana.
Se
alarman los angelitos de la izquierda parlanchina. Se atemorizan porque el
nivel 5 hace viable que nuestras Fuerzas Armadas salgan de los cuarteles para
defender la libertad y la vida. También la de ellos.
Es
la izquierda que ama a todo bicho viviente. Lo de bicho viviente en esta guerra
que sufrimos, es un término que emplearé a partir de ahora para referirme
siempre a nuestros enemigos.
¡Porque
son bichos!
La
izquierda no quiere oír hablar de cerrar garajes o mezquitas, como ustedes
prefieran, donde los grupos salafistas propagan el odio y abrazan seguramente
al bicho que toma la decisión de ejecutar a inocentes.
La
izquierda, pero también buena parte de la derecha cobarde y asquerosa que hay
en España, dice no a esa medida excepcional. Basta con la inteligencia y, sobre
todo, basta con la cultura del diálogo.
Para
eso la izquierda y los mariposones de la derecha son únicos en España. El
blablablá con el enemigo es la mejor fórmula para terminar follando con ellos.
Tras
el atentado en Barcelona, nos informamos que la región española es de las que
más salafistas o yihadistas alberga de toda Europa. ¿Bolardos? ¿Para qué?
¿Macetones? ¿Para qué? ¿Militares y más Guardia Civil, perfectamente armados y
dispuestos a disparar cuando un hijo de puta quiere llevarse por delante la
vida de un solo inocente? Vamos, hombre, por Dios, no sea usted un fascista. Ni
hablar.
Aquí
la izquierda, la democrática izquierda, la madre superiora de la moral impoluta,
es la que dicta las normas.
Para
ella todo terrorista es bueno, o por lo menos merece una segunda oportunidad.
¡El
capitalismo es el culpable!
Y
yo, solito, acuso a esa izquierda y a los otros de no hacer nada. Porque esta
guerra hay que ganarla sí o sí. Bombardeando en los países de origen.
Clausurando y metiendo en cárceles a los bichos. Toca limpiar. No solo en
España. También en Europa.
La
Alianza de Civilizaciones fue un rotundo fracaso.
¿Por
qué no aprendemos de una puta vez?
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