Víctor
Juan Pérez y Pérez
Este
año Las fiestas de Ntra. Sra. de Las Nieves de La Zamora-Grimona, se llaman
fiestas de Zamora.
Las
fiestas llegan a este barrio, cuyo nombre en la etiqueta de este texto lo lleva
puesto. Las vivencias que cuento en ello; sea una luz de Las Nieves que vuelvan
a iluminar a la vecindad, los buenos sentimientos.
Como
D. Domingo el de la Hoya decía. “La ecuanimidad es una virtud difícil de
alcanzar,” intentar acercarme a ella sería un logro, más aun, refiriéndome a
estas fiestas, donde un baile a la Virgen, motiva un divorcio existente entre
lo religioso y lo popular. Ya me adelanto a decir, que es una contradicción
engalanar las calles de papeles de colores en honor a Ntra. Sra. de Las Nieves,
si no hay celebración de la solemne misa en la plaza y las habituales procesiones.
Y
es que me causa estupor siendo en su momento protagonista de la raíz en
cuestión, que puedo decir y digo, que no todas las costumbres son buenas
tradiciones.
Después
de cuatro fiestas habidas, llegaron las del ochenta y nueve del siglo que pasó;
en procesión va la imagen por las calles del barrio, al son de los tambores la
llevan los cargadores con mucha alegría y fervor.
Tantas
las invitaciones vecinales a su paso recibidas de buen vino y algún que otro
ron; que, al llegar a la plaza mayor, grita el más entonado que estaba.
¡Oliva,
Un pasodoble por favor, que vamos a bailar a esta Señora con mucho respeto y
amor!
Así
sonó el Islas Canarias y de esta manera empezó una costumbre que la llaman
tradición; el perdón del cura del momento les fue otorgado, así como la
comprensión del clero y vecinos de buena voluntad, ante la intoxicación
etílica: llámese (borrachera) del personal.
Esto
sirvió para que, en los años venideros, el baile a La Virgen con sus
controversias vecinales, fuese el espectáculo más asiduo y atrayente de las
fiestas del lugar. Un año sí y otro también, al llegar la procesión del domingo
y a la del lunes a su plaza mayor, al son del pasodoble “islas Canarias” en
versión sabandeña, o pachanguera, bailan a la imagen de Las Nieves los infieles
devotos con gran devoción.
Como
dijo D. Quijote a Sancho: “con la Iglesia hemos topado” y son en estas fiestas
del 2017 ante tantos enfrentamientos personales, insultos y mala reputación
vecinal de años atrás, a una sin razón acumulados, cuando a petición
sacerdotal, llegó la orden del obispado y mandó a parar.
No
habrá procesiones ni misa solemne en la plaza mayor, por seguir la comisión
correspondiente con sus intransigencias; es decir con continuar el bailoteo a
La Señora Madre de Dios.
Un
programa festivo llegó a mis manos, queriendo transmitir alegrías. ¡Cuánta
tristeza el sentir de los hijos de este rincón realejero!, no ver en su portada
enmarcando la Imagen de Ntra. Sra. de Las Nieves con el Niño en sus brazos, la
habitual foto del barrio de La Zamora.
No
te bajarán del camerino para ponerte en Tu trono y Tu Imagen pureza y alma
inmensamente representada, no paseará por las calles llevando Tu advocación
Mariana. Desde azoteas, ventanas y balcones, no te dirán silenciosos piropos
como la más bella y guapa, con tu manto azul cual rosa llevas en tu mano
izquierda y las más lindas flores que te engalanaban.
Que
estas próximas rogativas callen sombras de maldades, pensamientos cerrados,
silencien las rencillas y devaneos vecinales.
Por
los entrañables recuerdos festivos de amistad, alegrías y ausencias obligadas, ¡Oh,
Santa María de Las Nieves!, haz volver a este lugar, la convivencia vecinal
perdida y violines de la paz vuelvan a acompañar al canto del Ave María, en la
llegada a Tu Santuario, como Virgen Inmaculada y Divina.
Autor:
Víctor Juan Pérez
Observación:
Se le informan al grupo de vecinos de este barrio, que aún siguen imponiendo
esta costumbre de bailar a la Imagen de Ntra. Sra. de Las Nieves al finalizar
su procesión. Que, por orden de la autoridad eclesiástica, quedan suspendidos
los actos religiosos en las fiestas en Honor a la Virgen de Las Nieves.
Aunque
en otros lugares se realizan manifestaciones de cariños y devoción a las
imágenes en sus procesiones, con balanceos, paseos en el mar o algún que otros
cantos profanos, no alcanza el sacrilegio acto de bailar a La Virgen con un
pasodoble español, aun siendo el “islas Canarias”. Inadmisible aceptar como
buena tradición y respeto a la imagen, lo que es una mala costumbre y no solo
porque haya tenido sus raíces en una intoxicación etílica. Es por ello, que
cuando haya garantías de que dicho acto queda anulado, se autorizará en los
próximos años a que los actos religiosos vuelvan a realizarse con normalidad
juntos a los populares en dichas fiestas.
Que
Dios bendiga a todos los vecino-as de La Zamora.
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