Carmen Felipe Martell
Dulce
espera
Coqueta,
caminaba lentamente en línea recta. A ratos se detenía como si dudara y, con
picardía, miraba atrás de reojo.
¿La
estaría siguiendo aún? Él era fuerte y valiente, le observaba desde hacía
tiempo y hoy, por fin, se había decidido a darle pistas. En la reunión de esta
mañana, le había sonreído sin ambages, abiertamente. Pero luego, al salir, optó
por no mirarle para encender su curiosidad. Cuando comenzó a alejarse del
grupo, supo que la seguiría. Pasó bajo aquellas ramas, bordeó aquel extraño
lago marrón-rojizo y entró en el túnel de brillante y transparente boca.
De
pronto, el túnel se movió como tocado por un terremoto. Ella cayó y algo dulce
y oscuro la envolvió; y tuvo miedo.
Algo
más tarde, él la encontró flotando en el fondo de una botella casi vacía de
Coca Cola.
¡Pobre
hormiguita enamorada!
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