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sábado, 24 de octubre de 2015

ANIMAL LUMINOSO


Juan Calero Rodríguez

Quiero lanzar mi cuerpo
contra la pista de aterrizaje del paraíso soñado.
Quiero lanzar mi cuerpo
contra la pista de aterrizaje del paraíso soñado.

Permítanme decir unas palabras sobre este poemario, de Víctor Yanes. Este Animal luminoso que despierta y abre los párpados, quien dice estar ‘obsesionado con la vida’. Este animal que se extraña del chorro de luz que penetra por sus ojos, desde que nace el día. Puede ser usted o yo, o mas bien, debiéramos ser todos.

Lo dejé todo por no querer ser, un día y otro,
el mismo por las mañanas,
por un impulso de reinvención de uno mismo
que terminó por desterrarme
a un vulgar apartamento sin vistas.’

Éste mundo que habita y que no es su mundo, o mejor dicho, no es el mundo que le desea a su entorno, a su familia, a su país, a la humanidad entera.

A veces nadie me pregunta, nadie se acerca,
nadie pide mi opinión.
Tengo un sueño, un vibrante sueño,
el sueño de ser el dueño de la ruta.

Esta rutina en la que habita, se rebela, trata de evitar los errores cometidos por todos sus antepasados.

Me creció la nariz como a pinocho,
pero tenía más miedo a saber la verdad de la existencia humana
que a parecer un feo e ingenuo fabricante de fantasías en serie.

Me creció la nariz como a pinocho,
pero tenía más miedo a saber la verdad de la existencia humana
que a parecer un feo e ingenuo fabricante de fantasías en serie.
Este animal, es la réplica de un seísmo, saca sus ‘garras afiladas’ y alcanza al fin la madurez de la clarividencia después de una jornada donde todo es fatuo. Nos invita a salir a la calle a ver llover, pero verlo de verdad, a mojarnos la mente; no dejar caer la lluvia y escondernos como siempre, por miedo al aguacero que deseamos, y nunca cae.

‘Adoro la paz como la manipulación de los sueños,
como un muñeco de plastilina, como la cobardía,
como la nítida conciencia de saber
que yo tengo un capricho,
el pez de un río contaminado o
un trozo de hueso de animal entre mis dientes’.

Este es un poeta que nos convida a cambiar nuestra visión del futuro y nosotros dentro de él. A remendar la crisis de ideas donde nos sintamos útiles, pleno en la vida. No es un poeta de decir te amo y me amas y enredar palabras entre las suyas y las nuestras, no.

Tomando uno de sus versos:

‘La pasión es un arrebato aunque desaparezca, el pecho firme y la voz aclarada.’

Una obra de arte debe narrar el significado mágico de las cosas, ser ante todo poética; algo que no aparece en su forma exterior. El sentido común y la lógica la perjudican. Por eso, Víctor, nos deja su ‘puño cerrado en la intimidad’.

‘Me defino como un animal que ruge
un animal bien educado que ruge y muerde,
se alimenta, llora, se derrumba,
abraza y busca cobijo’

Como dijera David Ackert ‘Los artistas son seres que han probado el néctar de la vida en ese momento detenido en el tiempo, cuando entregaron su espíritu creativo y tocaron el corazón de alguien más.’ El probar ese néctar de la magia los grandes males de una mente aterrada, los acerca a esa perfección que nadie puede estar.

De uno de los poemas de este libro:

‘Siento no tener ganas de tapar otra vez los agujeros de mi tristeza’

Hoy en día, en que la obra poética y la sociedad parecen cada vez mas divididas, hoy cuando se escribe mas ‘poesía’ por las redes sociales, ahora cuando cualquiera dice ser poeta. Cuando surge un verdadero poeta, ‘esos nadies que no dejan de escribir’, se diluye entre tantos falsos que desconocen y confunden el romanticismo con el modernismo, entre tantas otras barbaridades. Y al final nos quedamos sin saber a qué autor pertenece lo leído, o si lo hemos leído en otras voces.

‘el intelectual no ama el placer, ama su pensamiento, ama la dictadura de su pensamiento y en los casos mas patológicos, ama la mentira, ama su rol de impostor, al que se ata porque teme morir solo, tristemente solo.’

Ahora toca dar a conocer quién es Víctor Yanes. Nació en Tenerife en 1974. Actualmente vive en El Paso, La Palma y cursa estudios de Psicología en la UNED.  Comienza a escribir en 1992, a la edad de 18 años. Impulsado, en un primer momento, por cierto apetito de amor romántico, como todos. Lo malo es que sobre algunos pasan los años y no cambian su repertorio. No así Víctor Yanes, que pronto comienza a consolidar su inquietud por la poesía, por la lectura y la creación de sus propios versos, que avanzan dentro de sí mismo, dentro de su apetito  por comunicar una intensa sensación emocional, algo que dentro empuja y empuja, golpea casi.

Le gusta hablar, en la soledad de su círculo íntimo, de su profundo carácter existencial y de su relación con el mundo que le rodea; los amores, los amigos, la familia.

Su poesía ha sido escuchada en programas de Radio Nacional de España, y ha colaborado en revistas como la extinta Liberación, Togas y Letras o El Brinco. Además se ha embarcado en proyectos culturales como el festival de arte y literatura Las Tres Orillas o el programa de radio La hora de los invisibles. Actualmente colabora, semanalmente con la revista digital Canarias Difunde Cultura.

Este no es el primer poemario que publica nuestro joven poeta. Anteriormente nos regaló cuando él era otro, Cuando yo era otro, después de salir por la puerta falsa de su infancia, donde también nos sacó su ‘animal luminoso’ a hablar en voz alta.


Tomado de sus propias palabras ‘Nadie podrá domesticarme, por naturaleza no me gustan las normas’ Esa es la esencia de este animal.

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