Rosario Valcárcel Quintana
Más de un
hombre bueno ha acabado en el arroyo por culpa de una mujer, Henry Chinaski
Desde el
nacimiento de la literatura el tema de las brujas nos ha fascinado. Prueba de
ello es que en los cuentos de nuestra infancia, a menudo, son ellas las
protagonistas.
Así también
la Inquisición y los medios de tortura, siempre ha llamado la atención de los
escritores de ayer y de hoy, quizás porque a pesar de haber sido abolido en
todos los países durante los siglos XVIII y XIX, a pesar de haber sido
condenado por la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 y prohibido por
sus Constituciones, está vigente aún en muchos países.
Ruben
Mettini en su última novela “Invocación a las tinieblas” también se ha
visto tentado por el pecado y las desgracias y ha abordado el tema de la
Inquisición y sus torturas, la temática de la brujería que llegó a ser
herejía y por lo tanto perseguida por la Iglesia.
Ha abordado
la injusticia, la maldad, el destino, la libertad, la presencia del demonio,
el castigo divino y la magia. Hechos en donde se mueven curadoras, misas
negras, filtros mágicos y muñecos de cera clavados con agujas con un telón de
fondo cruel, muy cruel. Ha recreado la figura de la mujer del siglo XVII, (No
podemos olvidar que en la realidad el noventa por ciento de las víctimas fueron
mujeres) destructora y malvada, débil y carnal, casi siempre inocente.
De mujeres
llamadas brujas que hacían aquelarres en parajes solitarios, que bailaban
danzas endemoniadas y recitaban sortilegios incomprensibles. De mujeres
curanderas que se les expropió de un patrimonio, de un conocimiento de remedios
curativos en relación a las hierbas. De una sociedad sumida en el miedo y la
intolerancia.
Nos ha
presentado a Madelón Mariot una mujer con gran empuje, valerosa, inteligente,
no conformista, independiente, liberada sexualmente y hasta en algún momento
rebelde y provocadora.
Mettini
nos muestra una novela histórica que surge de un apunte real del
Dietario del Consejo de Ciento de Barcelona. Y recrea con agilidad y belleza
descripciones geográficas, escenas teatrales callejeras, diferentes tipos
sociales, buenos y malos con diferentes creencias religiosas, pero siempre
mortales. Toda una variedad de lo humano: desde religiosos que se exceden en su
rol hasta bandoleros, pasando por los enemigos de la Humanidad: “Los familiares
de la Inquisición”…
-Fue tu
abuela ¿verdad? Murió ahorcada por comulgar con las creencias hugonotes.
Intervino
el fiscal:
-¿Dices que
la sientes viva… en tu alma?
-Y es la
verdad. No miento.
El padre
Guillermo salió en su defensa:
Esta joven
no padece de posesión. Lo que pretende decir es que, en su imaginación, cree
ver a su abuela muerta.
El fiscal
insistió:
-¿Cómo te
atreves a decir que una mujer como tú posee alma?
-Es como si
ella, dentro de mi pecho me lo dijera.
-¿Pretendes
afirmar que las mujeres tienen alma e inteligencia como los hombres? –El fiscal
pronunció cada palabra como una acusación…
Sabe Mettini
deleitarnos con una prosa sobre lo femenino, del amor y el deseo a través
de la presencia de Madelón Mariot, que determina la acción de la protagonista.
Y es precisamente a través de tres generaciones de mujeres donde se observa
tímidamente el mundo de lo erótico, el mundo de la sexualidad femenina y sus
sentimientos.
El mundo de
las emociones en la bella historia de amor de Madelón y Martín porque nuestro
narrador omnisciente conoce el universo de la mujer, el tono amoroso. Y lo
describe sin caer en la facilidad, ni en la vulgaridad.
Una novela que se presentó en el Museo Domingo
Rivero dentro del encuentro internacional que ha organizado LA NACE: Nueva
asociación canaria para la edición.
Una novela
que juega con el amor, la vida y la muerte, pero también con el sexo y el
odio. Que juega igual que en Los Miserables de Víctor Hugo, con el pensamiento
tenebroso del porvenir, con el azar, las casualidades y las coincidencias.
Importante registro para las secuencias y las sorpresas que la obra nos va mostrando.
Ruben
Mettini es un argentino-español, licenciado en Economía y Filología románica,
profesor de catalán, traductor. Un hombre de una gran personalidad. Nos
convence porque es capaz de narrar los hechos con una gran riqueza léxica,
respetando nombres propios de personajes y muchos topónimos que aparecen
en la novela.
La
gestación de "INVOCACIÓN A LAS TINIEBLAS, Inquisición, brujería y
bandoleros en Barcelona" ha sido lenta, le ha llevado al autor unos años
de ideas y lecturas y constituye un análisis profundo y bien documentado
sobre la imagen de la mujer del siglo XVII, sobre la Inquisición en
Cataluña, sobre la mito manía, el histerismo, la demonización, los odios y la
religión existente. Un Proceso, el de Madelón Mariot acusada por la Inquisisión
de brujería.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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