Carmen Felipe Martell
¡ADIÓS, QUERIDO PRIMO! LLEVA
NUESTRO AMOR HASTA EL CIELO
Y el futuro nos regaló un pasado.
La fría tecnología trajo calor a
nuestros corazones.
José Luis Castañeda, José Luis el
de tía Basilia, no era mucho más que un nombre; eso sí, vinculado a otros
nombres queridos que ya solo vivían en nuestro recuerdo.
Y un verano, por fin te vimos: “¡Igualito
a Tía Basilia!”, comentábamos divertidos.
Y entonces empezamos a quererte.
Buscando vínculos, comenzamos a
tender puentes: “¡Es hermano de Morelos!”, apuntaba uno; “¡qué guapo Morelos!”,
recordábamos las mayores.
Y así van pasando los años,
mientras vienes y te vas uniéndote a tu pasado, uniéndonos a nuestro pasado.
Y apareciste con más frecuencia
gracias a la magia del Facebook. Tú mantenías vivos nuestros lazos con América;
nos ayudaste a colocar Santo Domingo en el mapa familiar. Nos llevaste de la
mano por Las Terrenas y Santiago; conocimos a tus hijos, acunamos a tus nietos
y hasta compartimos alguna de tus pantagruélicas comidas, recuerdo sin duda de
las maravillosas dotes culinarias con las que, de niños, nos regalaban el
paladar tu madre, “abuelita-tía Basilia”, y su hermana, “abuela Juana”. Y te
seguimos queriendo.
Y ahora te marchas lejos, para
disfrutar tú solo de los riquísimos dulces de la una y de los aromáticos guisos
de la otra. Y correrás como un loco a abrazar a tu adorado primo Francisco,
Papá, que te acogerá con los brazos abiertos y esa dulce e infantil sonrisa
suya que tanto añoramos.
Y ahora tocará añorarte y echarte
de menos también a ti.
Cuando
llegues allí, no olvides darles nuestro abrazo
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