Jerónimo David Álvarez García
La
España de la Restauración consolidó las ideologías políticas nacionales y
nacionalistas, experimentó los primeros procesos electorales modernos y vio
emerger las actividades sindicales. Mientras, se difundía la obra de los
escritores realistas de profunda conciencia social, entre ellos el canario
Benito Pérez Galdós. En Canarias, los empresarios europeos, ávidos de
experiencias y posibilidades de un territorio aún por explotar, consolidaban su
hegemonía económica, lo cual contrastaba con la emigración canario-americana.
En tanto, se abrían las puertas de los primeros
establecimientos hoteleros en el Valle de la Orotava.[1]
Islas nativas de artistas e intelectuales que marcaron su vida social y
cultural del pasado siglo.[2]
Los
Realejos[3]
recibía en la década de los ochenta la visita de Adolphe Coquet, quien legó sendos
dibujos de la Casona de Castro y la Hacienda de Los Príncipes,
junto a varias vistas costeras.[4]
El arquitecto y viajero galo dejó testimonio de su paso por "el Realejo
de Arriba [que] se distingue por su campanario, que se ve desde lejos y
por el hermoso drago que destaca su silueta sobre el fondo de las montañas. Es
una ciudad pequeña en donde también las pendientes de las calles desafían las
leyes del equilibrio." La situación económica quedaba reflejada en la
siguiente sentencia: "el Realejo no ofrece a nuestros estómagos sino
recursos limitados." Esto no impidió su sorpresa ante la imagen que
percibió en su ascensión al Teide, "pues a nuestros pies, en el fondo
del valle, se distinguen claramente los campos de Los Realejos; grandes
estanques brillan como espejos bajo los rayos del sol; las atarjeas, parecidas
a delgados hilos de plata, distribuyen sus aguas en el campo, surcando por
completo de grandes muros de piedras volcánicas arrancadas del suelo y
dispuestas en montones más o menos anchos con el fin de dejar un espacio
fácilmente cultivable". Más idílica sería la descripción de Castro:
"Es una quinta bonita, complemente rodeada de palmeras y cuyos jardines,
regados por las fuentes que manan de los bosques vecinos siguen las mil vueltas
de las cavidades en las que están de alguna manera suspendidos".[5]
El
Realejo Alto decimonónico adquirió identidad propia, definió sus límites
jurisdiccionales dentro del valle y consolidó un sistema socio-político y
económico en el que una aristocracia propietaria y absentista fue desplazada en
favor de una burguesía agraria y originaria. Este proceso social que comenzó a
finales del Antiguo Régimen, propició una nueva élite dominante (que bebía de
las nuevas ideas liberales), compuesta por rentistas, medianos propietarios,
eclesiásticos, comerciantes, administradores de bienes o profesionales
(médicos, juristas, etc).[6]
Esta estructura socio-económica, independiente políticamente, se enmarcaba en
continuas querellas por la nulidad de comicios irregulares,[7]
límites de terrenos agrícolas o la conflictividad por la posesión y uso de las
aguas. En este último caso se aprecia el interés de la burguesía agraria por
erigirse como propietaria de las sobras de agua del extinto Convento
Agustino de San Juan Bautista.[8]
Estos grupos ascendentes quedan representados por los nombres[9]
de don Gaspar Arocha y Casanueva, el bachiller don José Leal y Leal o el
maestro de Instrucción Primaria don Domingo Suarez Albelo.[10]
El poder económico era detentado por los electores censitarios, siendo los "mayores
contribuyentes" para el año indicado, según se desprende de la
documentación consultada:[11]
Don Elíseo González Espínola[12]
con una cuota que ascendía a 568,79
pesetas y don Cándido Chaves de la Guardia cuya tributación superaba las
386 pesetas. Esta relación la completaban los siguientes propietarios y
profesionales: don Antonio Acevedo, don Matías Castro y Guzmán, don Agustín
Chaves Albelo, don Agustín Estrada Fernández, don Agustín Espinosa y Estrada,
don Agustín González Corvo, don Agustín González Chaves, don Domingo y don
Francisco García Oramas, don Tomás de Grijalva[13],
don Agustín y don Gonzalo Luis de la Guardia, don Gabriel de León González, don
Andrés de Mesa Delgado, don Agustín Molina, don Isidro Oramas y Chaves,[14]
don Juan Pérez-Valladares González, don Francisco Pérez Morales, don Pedro
Rodríguez de la Sierra, don José Yanes Sanabria,[15]
don Pedro Yanes Nuño o don Benito Vasconcelos.[16]
La
Parroquia de Santiago Apóstol, cuya templo amenazaba ruina,[17]
se encontraba regentada por don Ángel Fernando Barreda Hernández.[18]
Este párroco, al igual que otros sacerdotes de la diócesis, solicitó
formalmente al obispado la solemne coronación de Ntra. Sra de Candelaria en
nombre propio y en el de sus feligreses.[19]
Como contribución a la confección de la corona mariana, entregaría 10 pesetas, 6 perlas que pesaban
ocho granos,[20]
“una esmeraldita" y dos topacios.[21]
La
convulsa vida política del municipio durante el año en estudio, venía precedida
por las circunstancias referidas y por la denuncia presentada en 1886 ante el Gobierno
Civil contra don Isidro Oramas por incompatibilidad. Este es denunciado por
desempeñar a un tiempo los cargos de recaudador municipal y alcalde.[22]
Este extracto de una publicación satírica, recrea la atmósfera de crispación
que se respiraba en esa época: "Ha llegado a la colmena el rumor de que
el cuadrilátero leonino de la Comisión Provincial ha acordado, en virtud de
denuncia de un sujeto muy apreciable, (...) la destitución de los concejales
del Ayuntamiento del Realejo-Alto, que son tinerfeños sin mancha de fusionismo.
Así se hace, valientes. Pero lo grave del asunto parece ser que el denunciador
debe unos cuartos al Pósito y además no ha rendido las cuentas municipales
correspondientes a los cinco o seis años en que fue a1calde, por lo cual el
Ayuntamiento legítimo lo tenía apremiado. Pues lo mejor que hizo el hombre. No
faltaba más sino que los fusionistas tuvieran que rendir cuentas como cualquier
mortal. ¿Con qué rendición de cuentas dijiste?, pues toma denuncia por
incapacidad y allá te las hayas (...). Cómo bien obedecen las órdenes del amo y
señor (que a su paso por este mundo se ocupó en recibir firmas para las
carpetas fusionistas). Reciban los concejales destituidos un zumbido de afecto
y simpatía."[23]
Dejando a un lado la crónica
partidista, nos adentramos en la protesta que el consistorio realejero formula junto a ochenta
municipios de Canarias ante La Dirección General de Rentas Estancadas. El motivo,
las frecuentes peticiones de las listas oficiales de números premiados en los
sorteos de la Lotería Nacional que se dirigían a ese centro por los
particulares. El público carecía de medios eficientes para la comprobación de
los billetes jugados y, aunque en algunos periódicos se publicaban listas,
éstas no ofrecían seguridad, haciendo necesario consultar las listas oficiales.
Por ello, se acuerda que se remita a las Municipalidades la relación oficial de
números premiados, estando los alcaldes obligados a exhibirlos en los tableros
de edictos de las Casas Consistoriales.[24]
Las autoridades electorales
acuerdan que continúe la jurisdicción dividida en dos colegios para las
próximas elecciones municipales, como lo había sido hasta ese momento, con esta
norma se impedía la supresión del de la Cruz Santa, facilitándose a los
electores el derecho al voto. Así, se decide no aprobar las listas electorales
recién formuladas, revocando en su consecuencia el acuerdo tomado recientemente
en sesión ordinaria. Las irregularidades quedan manifiestas en esta nota de un
periódico insular: "tan bien paradas quedan la ley y la razón en el
documento que acabamos de transcribir, como maltrecho resulta el Señor Espínola
cuyo prestigio en el pueblo de su vecindad ha recibido un rudo golpe desde el
momento que los mismos concejales que él designó para formar el Ayuntamiento
interino, han suscrito y acordado el voto de censura que entraña la
proposición."[25]
Mas
estas disputas no dan tregua a la clase política realejera, como se desprende
del siguiente texto: "En el Realejo-Alto, donde como hemos
dicho, impera por obra y gracia de Contreras, un Ayuntamiento interino por no
decir intruso, presidido por don Elíseo González Espínola, tuvo lugar el
escrutinio de la elección de Concejales con asistencia de una pareja de la
Guardia Provincial. La nota más saliente del acto fue que la mayoría de la
Junta de escrutinio, siguiendo las instrucciones de su jefe D. Elíseo acordó
computar al mismo candidato los votos que obtuvo en los dos colegios
electorales en que se halla dividido el indicado pueblo. Tenemos, pues, en el
Realejo, un Concejal por acumulación. Presentadas las reclamaciones oportunas,
veremos si prevalece una elección hecha contra lo dispuesto en la ley, como
detallamos en nuestro número anterior, y veremos también si se consagra como
buena la doctrina de acumulación inventada por Espínola y consortes".[26]
Finalmente,
a primero de julio se constituiría la nueva Corporación que representaba al
pueblo del Realejo Alto.[27]
Regida por el alcalde don Elíseo González Espínola, la integraban los
siguientes ediles: don Elíseo Toste Pérez, don Miguel Chaves y Albelo, don
Manuel Rodríguez García (caballero síndico personero), don José M.
Morales Pérez, don José González y González, don Juan González Pérez, don
Prudencio García González, don Juan Yanes García, don Felipe Siverio Hernández
y don Felipe González Casanova.[28]
Según consta en la siguiente acta municipal, los nuevos concejales formularon
solemne protesta de no ser responsables de los actos u omisiones de los
consistorios que les habían precedido en la administración del municipio. En
esa sesión serían nombrados alcaldes pedáneos (o de barrio), don
Santiago García Pacheco por el pago de Las Rosas,[29]
don Agustín Hernández González por la Cruz Santa y don Andrés Pérez Hernández
por la Carrera y Gorvorana. Sería designado Depositario del Pósito[30]
don Pedro Rodríguez de la Sierra,[31]
la Secretaría Municipal la ostentaría don Domingo Espinosa de los
Monteros y Mesa[32]
y fue nombrado médico municipal don Manuel Pestano y Guzmán,[33]
quien amenazaría con su renuncia si no se mejoraban las condiciones en su
contrato con el pueblo. En la siguiente sesión plenaria se informa a los ediles
que el ejercicio anterior había cerrado con un déficit de 7.618,86 pesetas
Aportamos un nuevo
ejemplo del ambiente periodístico y político que se respiraba por esas fechas: "Nuestro
apreciable colega lagunense El Reformista, después de copiar el suelto en que
dimos cuenta de que la Comisión Provincial que forman los orientales de don
Juan y los acanariados de estas tierras, aprobó las por muchos conceptos
escandalosas o ilegales elecciones de Ayuntamiento fabricadas por el Sr.
Espínola y consortes en el Realejo-Alto (...)".[34]
Los nombramientos municipales se
suceden; el "25 del mismo mes, en que se nombró Fiscal municipal de
Realejo-Alto a don Francisco Yanes Pérez, por haberse hecho constar, su virtud
de reclamación, que el electo don José García de Chaves, no reunía las
condiciones legales necesarias, para desempeñar el cargo."[35]
Con la llegada del verano es formulado el reglamento por la Junta
Local de Sanidad por el que se regiría el médico del pueblo para la
asistencia de enfermos pobres. La remuneración anual ascendería a 750 pesetas y
el facultativo residiría habitualmente en el casco del municipio, pudiendo
abandonar la localidad durante cuatro horas cada día natural, con autorización
preceptiva y dejando sustituto cualificado. Debería asistir gratuitamente a las
familias pobres y su contrato con la vecindad tendría una duración de cuatro
años. Se aconsejaba aplicar una minuta máxima por consulta de 1,25 pesetas "en
atención al estado precario de localidad". Unos días más tarde, al no
llegar a un acuerdo con el médico municipal, "don Elíseo González
Espínola Alcalde Constitucional del Realejo Alto, hago saber que declaro
vacante la plaza facultativo de municipal de medicina y cirugía para la
asistencia de los enfermos pobres de este distrito.[36]
Reflejo
de la precaria economía, es la declaración formulada por el consistorio sobre
la recaudación municipal, esta había sido inferior a lo previsto por estar
obligado ese cuerpo a socorrer con partidas a vecinos pobres. También nos
informan las actas la positiva acogida[37]
de la solicitud dirigida al Ministro de Fomento en la que se solicitaba
la ubicación en el Valle de la Orotava de una escuela de agricultura, en vista
de la variedad de micro climas y el jardín de aclimatación existentes.
Al
causar baja don Elíseo González Espínola recae la alcaldía accidental en don
Miguel Chaves y Albelo.[38]
A su llegada debió gestionar el oficio remitido por el Ayuntamiento de Realejo
Bajo, en el que se formulaba queja por "las inmundicias y materias
putrefactas", que contaminaban el agua de consumo procedentes de la
carnicería del pueblo y por el lavado de la ropa en las atarjeas, exigiendo
impedir tal abuso.[39]
Desde tiempo atrás, los alcaldes realejeros se habían visto obligados a imponer
multas "que harán efectivos en el papel de multas municipales en el
término del tercero día" por adulterar el agua de consumo con
elementos externos o la intrusión de ganado particular en zonas próximas al Barranco
de la Lora por donde discurría el agua del abasto público.[40]
En
la sesión ordinaria celebrada el 16 de octubre de 1887 se desarrolló el
proceso por el "descubierto en contra del ex-recaudador don Isidro
Oramas y Chávez, consistente en cuarenta mil trescientas doce pesetas, veinte y
nueve céntimos, a juicio de la Comisión que suscribe". Don Miguel
Chaves Albelo y don Manuel Rodríguez García, nombrados para dictaminar sobre
las cuentas producidas por el ex-recaudador, presentaron el pliego de censura a
ellas. Informada la Corporación del contenido después de examinar los
antecedentes que se citaban, acordó confirmar dicha reprobación.[41]
Los datos estadísticos se elaboraban a
partir de las fuentes parroquiales, siendo don Ángel Barreda el que oficia al
alcalde las cifras que obraban en su poder correspondientes a 1886, de estas se
desprende la "relación de matrimonios celebrados en esta iglesia en el
año próximo pasado".[42]
Enero........... 2 Febrero.......
1
Marzo ......... 3 Abril.......... 1
Mayo .......... 2 Junio
......... 4
Julio ............ 3 Agosto ....... 1
Septiembre .. 5 Octubre
...... 0
Noviembre .. 9 Diciembre .. 2
El total de
matrimonios religiosos ascendió ese año a treinta y tres, de esta enumeración
cabe destacar que se unieron dos viudos entre sí y un viudo con una soltera. De
la situación profesional de los cónyuges se desprende que dos eran
propietarios, seis labradores, dos artesanos, dos comerciantes y el resto
jornaleros, mientras que la edad de matrimonio osciló entre los 17 y 49 años
contabilizando los mayores de 30 años más del 57% de los contrayentes.[43]
El censo de población de 1880 estimaba para el Realejo Alto 3.673 vecinos,
cinco años después la cifra se ralentizaba a 3.738 habitantes.[44]
La emigración americana contribuyó al aminoramiento del crecimiento
poblacional, bien por motivos económicos o por otras causas, como las fugas
de los hombres jóvenes citados para el reclutamiento. Este supuesto queda
patente en el siguiente llamamiento oficial: "Don Miguel Chávez y
Albelo, Alcalde accidental del pueblo del Realejo-alto, partido judicial de la
Orotava. Por el presente hago saber, que no habiéndose presentado al oportuno
llamamiento los mozos del reemplazo ausentes en la Isla de Cuba, según parte
oficial del Excmo. Sr. Gobernador General de la misma, el Ayuntamiento de mi
Presidencia en cumplimiento de orden del Sr. Gobernador Civil de esta provincia
ha acordado proceder a instruir los correspondientes expedientes de prófugos
que a continuación se relacionan (...) citando, llamándolos y emplazándolos,
para que comparezcan ante esta alcaldía dentro del término improrrogable de
tres meses".[45]
La conclusión de este capítulo obliga a
retomar la idea expuesta al comienzo. La burguesía agraria del Realejo Alto
inició a finales del siglo XVIII un proceso de consolidación social, política y
económica, desplazando a la aristocracia foránea, el cual se afianzó durante el
siglo hoy analizado.
Con nuestro agradecimiento a todos por
su estimable ayuda, especialmente a don Álvaro Hernández Díaz.
Fotografías.
1. Vista del Realejo Alto desde El
Calvario. Alfred Diston. Colección Particular.
2. Iglesia de Santiago y
plaza. Archivo Municipal de Los Realejos. Obsérvese a la izquierda, el
canal del Agua del Convento que di
[1]En 1885 se registró la primera empresa turística canaria, "La
Compañía de Hoteles y Sanatorium del Valle de la Orotava", propietaria
del Orotava Grand Hotel (Hotel Martianez). En los siguientes años
surgieron la Casa Zamora, Hotel Buenavista, Marquesa y Hotel Taoro (1890).
González Lemus, Nicolás, Del Hotel Martianez al Hotel Taoro.
[2]Brito, Oswaldo, La encrucijada internacional y Paz
Sánchez y Quintero Sánchez La Historia de Canarias pp 89-104
[3]Para una introducción a la evolución económica y
socio-política del municipio véase Los Realejos, una síntesis histórica
[4] Coquet,
Adolphe, Una excursión a las Islas Canarias, pp 44-49.
[5] Íbidem, 45 y 48.
[6]Desarróllese esta idea en Arbelo García, Adolfo, La
burguesía agraria del Valle de La Orotava (1750-1823), también remitimos a
este volumen para consultar algunas de las genealogías aportadas.
[7]La Constitución de 1869 decretó el sufragio universal de
varones, pero la Restauración rectificó este principio con fórmulas de sufragio
restringido en función de la renta y el nivel cultural. Las leyes electorales
de 1890 y 1908 restituyeron y ratificaron respectivamente, el primitivo derecho
con mínimas restricciones.
[8]Esta conflictividad se producía desde tiempos del Convento,
con la Desamortización las aguas dejaron de pertenecer al clero, siendo
adquiridas a principios de siglo por capitales privados. Arbelo García, Adolfo,
Op. Cit, pp. 184-199.
[9]Boletín
Oficial Provincia de Canarias. "Listas definitivas de electores para
diputados a Cortes de 1887". Comisión I.
del Censo Electoral de distrito de Sta Cruz Tfe. Archivo Histórico Municipal de
Los Realejos en adelante A.H.M.R
[10]En
el Padrón de Habitantes de 1889 consta como Secretario Municipal,
mientras don Temístocles Díaz Fernández, vecino de la Calle del Sol, nº 5 es
inscrito como Maestro de Instrucción Primaria.
[11]Negociado
de elecciones. Ayuntamiento del Realejo Alto, año 1880. Lista de electores para
compromisarios que han de elegir los Senadores. A.H.M.R.
[12]Hijo de don Pedro González Regalado y doña Rosa Espínola de
Abreu. Su tío-abuelo don Gregorio Pedro Espínola, alcalde de Realejo Alto a comienzo de siglo,
sufragaba la función y procesión del Señor de la Columna el Miércoles Santo
desde finales del s. XVIII hasta 1812. Don Elíseo fue un emblemático
representante de la burguesía agraria, casó con doña Candelaria Zárate Morales,
residiendo en la calle La Alhóndiga junto a sus tres hijos y su servidumbre
[13]Hijo
de don Miguel Grijalva (alcalde de Realejo Alto a comienzos de siglo) y de doña
Tomasa de Brito Gordejuela y Mesa. Su esposa "doña Victoria Ventoso y
Cullen de Pérez, solicita un solar en el cementerio de este pueblo (antiguo
cementerio de la plaza) para construir un sepulcro donde depositar los
restos de su esposo", según consta en el expediente homónimo,
custodiado en el A.H.M.R.
[14]Propietario y miembro de la burguesía agraria realejera,
vecino de la Calle del Medio, nº 14. Su actividad en la política municipal se
desarrolló durante más de cuatro décadas.
[15]Nombrado
Síndico Personero en el mandato de 1877. Este cargo era, según la época,
designado por la corporación y/o vecinos para salvaguardar los intereses
municipales.
[16]Secretario
del Juzgado Municipal y vecino de la Calle del Medio.
[17]Para
contrastar esta idea léase el interesante relato de Olivia Stone en "El
planeta Tenerife" p. 333.
[18]D.
Ángel Fdo. Barrera Hernández (1850-1918) fue párroco de Santiago de Realejo
Alto (1878-1918) su regencia ha sido la más prolongada de la parroquia en los
últimos 250 años. Propietario de terrenos agrícolas en el Patronato residía en
la casa parroquial, sita en la plaza, con su doméstica doña María Carballo Luis. El Padrón
de Habitantes de 1889 también aporta la identidad de otro sacerdote,
D. Gregorio González Bencomo vecino de la C/del Medio, 22
[19]Boletín
Oficial del Obispado de Tenerife, núm 62 de 12.10.1886
[20]En
las piedras preciosas, cuarta parte de un quilate. RAE.
[21]Boletín
Oficial del Obispado ... núm 64 de 28.12.1886
[22]Expediente
instruido para informar de una solicitud de don Elíseo González... Expedientes
varios1837-1900 A.H.M.R
[23]El
Abejón, 19.02.1887.
[24]Boletín
Oficial de Canarias, 23.03.1887
[25]La
Opinión, p 1. 26.04.1887
[26]La
Opinión, p 2. 15.05.1887
[27]Libro
de Actas del Ayuntamiento del Realejo Alto.13/1.A 1.1.3.
(01.07.1887-28.06.1888) A.H.M.R.
[28]Los
concejales que no sabían firmar, rubricaban con una cruz bajo su nombre,
previamente escrito por el Secretario.
[29]La
jurisdicción de este pago abarcaba la zona de medianías del municipio (Desde
los límites con La Orotava incluía Palo
Blanco, Las Llanadas, etc...)
[30]Instituto de carácter municipal y de muy antiguo origen,
destinado a mantener acopio de granos y prestarlos en condiciones módicas a los
campesinos y vecinos durante los meses de menos abundancia.
[31]Miembro de la burguesía local, residía en la Calle del
Medio, 21 con su hijo don Agustín Rodríguez de la Sierra y su sirvienta doña
Juliana Estévez.
[32]Destacado personaje de la burguesía que consta en el censo
como administrador de bienes y agricultor. Casado con doña Eloisa Romero
y Castro residían en la Calle San Benito nº 3, junto a su hija y su sirvienta.
[33]Su hija doña María Pestano Olivera, camarera de Ntra. Sra.
de los Remedios y vecina de la plaza, falleció el 02.08.1949. Su cargo lo
asumió su doncella doña Lola, posteriormente doña Rosario Padrón González,
sucediéndola su sobrina doña Carmela Barroso Padrón y actualmente doña María de
la Rosa Sánchez, a quien agradecemos junto a don José Gregorio Hernández
González la información necesaria para redactar este punto.
[34]La
Opinión, p, 3. 15.07.1887
[35]Boletín
Oficial de Canarias, 22.07.1887
[36]Boletín
Oficial de Canarias, 17.08.1887
[37]Libro de Actas del Ayuntamiento de Realejo Alto.13/1.A
1.1.3(01.07.1887-28.06.1888) A.H.M.R. Acta de 23.10.1887
[38]Propietario y vecino de la Calle del Medio, casó con Dña
Cosmelina Pérez-Zamora. Asumió la alcaldía el 06.11.1887
[39]Este tipo de actos y quejas fueron comunes desde tiempos
pretéritos entre propietarios del agua, autoridades y vecinos de los dos
Realejos, lo cual ha reportado una extensa documentación. Para desarrollar los
conflictos del agua en Los Realejos, véase Arbelo García, Adolfo en La
Laguna, 500 años de Historia, pp. 207-238.
[41]La
Opinión, p. 4. 15.11.1887
[42]Este
expediente de 10.12.1887 firmado por el párroco y remitido al alcalde se halla
clasificado en Documentación Histórica sin clasificar. A.H.M.R
[43]La
demografía histórica desvela como diversos factores, entre ellos el retraso en
la edad del matrimonio, el celibato definitivo y/o temporal, el ratio de
masculinidad, la emigración principalmente masculina o los rudimentarios
métodos anticonceptivos, conllevaron a la reducción paulatina de los
nacimientos en Europa, desde finales del s. XVIII al tiempo que se estabilizaba
la mortalidad. Livi-Bacci, Massimo, Historia Mínima de la Población Mundial.
[44]Padrón
Municipal del Realejo Alto.1881-1885.
A.H.M.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario