Evaristo Fuentes Melián
Ahora el infierno griego no es
el estadio de futbol del Panathinaikos, tal como se ha dicho en partidos de la
Champions, ahora el infierno lo están sufriendo los habitantes de ese bello
país incluidas sus numerosas islas paradisiacas. Se insiste en que los griegos
nos deben a cada español no sé cuántos miles de euros. Pero individuos— por poner un par de malos ejemplos-- como
‘Untalgarin’, los Pujol padre e hijos (¿y también los nietos?) con tantos
millones de euros, per cápita, evadidos y colocados en paraísos fiscales libres
de impuestos, nos deben mucho más a los
españolitos de a pie que lo que nos deben los pobres del pueblo griego. Los
pocos pero muy poderosos mangantes (perdón: magnates) de la evasión fiscal
tendrían que estar sometidos a un control internacional que fiscalice sus
patrimonios y rentas de capital, para que paguen a la hacienda pública los
impuestos inherentes a una declaración veraz de sus rentas astronómicas. Pero
nadie, ni del Banco Mundial, ni del Fondo Monetario Internacional, ni del Banco
Central Europeo, se ocupa de tomar en serio las medidas necesarias y
convenientes para esta fiscalización.
Si no hay otra solución,
dejemos a los pobres griegos que se despachen y se administren solos. Una cosa
buena tendría tal escisión: se quitarían de en medio la impávida mala uva, de
típico profesor hueso, de quienes cada día salen en la tele dándoles consejos y
advertencias amenazantes de exclusión; entre los que se cuentan algunos jefes
de gobierno rico desde el atril de Bruselas y los mandamases del BM, del FMI, del BCE…
Nota final: cincuenta mil
nuevos multimillonarios españoles han acrecentado su fortuna este último año de
crisis. Son pocos (el 0,1 por ciento) con respecto a la población total de
España, pero atesoran cantidades exorbitantes. Por favor...
Espectador
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