José Peraza
Hernández
En el Nobiliario de Canarias III de
Juan Regulo Pérez (Casa de Hoyo-Solórzano) encontramos algunas notas
importantes de lugar primitivo donde estuvo la primera ermita de San Pedro y
que por el interés, reproducimos. Con las presentes líneas queremos dejar
constancia el interés, reproducimos. Con las presentes líneas queremos dejar
constancia de este legado histórico de la Ermita de San Pedro, que durante muchos años
estaba abandonada.
Y mientras otros a “bombo y platillo”
defendían a Rambla de Castro, fue un realejo que desde que notó el abandono de
esta ermita, publicó varios artículos en el Periódico EL DIA, y en “JORNADA”,
siendo director de ambos el nunca olvidado don José Rodríguez Ramírez, que además
tiene un calle con su nombre en este municipio de Los Realejos, por su tenaz
empeño de defender los interés de los tinerfeños y de todos los canarios en
general.
El autor de este relato publicó en
diario “JORNADA”, un artículo, que no cayo nada grato al párroco de aquel
entones, corría el año de 1991. Pero este hombre, no paró de escribir el mal
estado que se encontraba esta ermita.
En una ocasión y tras los comentarios vertidos
en dicho periódico, la visitaron algunas personas de Bellas Artes para
contemplar sus ruinas, y no le dieron importancia, pero este realejero, no se
cansó de hacer mención a su mal estado, y fue entonces, cuando las autoridades
locales, tomaron la decisión de prestarle atención a estas paredes, que estaban
a punto de irse al suelo.
Este hombre me cuenta, que fue el Gobierno
de Canarias junto con el Ayuntamiento de Los Realejos, quien tomó la decisión
de ponerle remedio a la Ermita
de San Pedro.
El Gobierno de Canarias a través de su
Conserjería de Viviendas y Aguas, ayudó a terminar con el mal estado de ruinas
que ofrecía este lugar sagrado, y al parecer, ofrecieron ocho millones de las
antiguas pesetas, para su restauración. Con ese dinero y la colaboración
ciudadana, como no podía ser de otra manera, se restauro la Ermita de San Pedro.
Y yo me pregunto. ¿Alguien le ha
agradecido a este realejero y que no hace falta nombrarlo por su nombre, todo
lo que luchó para que la Ermita
de San Pedro fuera restaurada? Creo que nadie. Ni siquiera cuado terminados los
trabajos de restauración que corrieron de la mano de la Empresa “Víctor Rodríguez”
de Tegueste, se invitaron a que estuviera presente.
Incluso le dijeron algunos cercanos
vecinos, de aquel lugar, lo que sigue: “nosotros tenemos la Ermita de San Vicente muy
bien cuidada; venta Vd. y sus vecinos a levantar la de San Pedro”.
También esta persona reconoció que la AA.VV. “Landres” de San
Vicente, se movió en este asunto, siendo presidente de la misma el Sr. Palmero,
porque todo hay que decirlo. Menos el párroco que el citado año en que se
encontraba en ruinas, don Ramón Padilla, no “movió una piedra” sin embargo don
Juan Manuel Batista Núñez, se interesó en ese asunto, así como en la
restauración de la Ermita
de Tigaiga, cuyo proyecto del arquitecto don Sebastián Matías, no fue del agrado de algunos “intelectuales”
Un relato, para enmarcar.
Datos
históricos
“Juan
Ruiz, que tomó por esposa a María del Álamo, hija de Melchor del Álamo y de
catalina Barroso, su mujer, según aparece en su testamento del citado Melchor,
de fecha 29 de noviembre de 1568, Ante el propio Juan Vizcaíno y de su consorte
Catalina Barroso, de 28 de enero de 1591, ante Marcos Rodríguez, ambos en Los
Realejos. Este Juan Ruiz, escribe el cronista Núñez de la Peña en sus geanologías
manuscritas, hizo dotación de tres doblas para los reparos de la Ermita de Apóstol San Pedro
que su padre fabricó junto a su hacienda del Barranco de Ruiz, dando sitio así
para ello y obteniendo licencia para que pudiera decir misa, según escritura
del año 1578 ante Marcos Ruiz.
En una
gran avenida de agua a causa de las lluvias, el Barranco se llevo la Ermita y, a falta de ella,
el Capitán Don Pedro de Castro Navarro, fabricó otra bajo la misma advocación,
arriba en su hacienda, en el camino que iba de Los Realejos a La Rambla , (conocido como
camino real). -El autor de la imagen de San Pedro, apunta este comentarista del
cual no boy a dar su nombre, es por el momento desconocido. Esperemos que los
entendidos en arte, algún lo den a conocer-.
Don
Diego Benítez de Lugo Grimaldi Westerling, caso en la Ermita de San Pedro en La Rambla , término del Realejo
de Abajo el día 1 de marzo de 1631 con Doña Ana Gregoria de Vergara Anzola y
Meneses, hija del Maestro de Campo, don
Pedro de Vergara y de doña Isabel del Hoyo y Abarca Meneses.
La
nueva Ermita construida junto al viejo Camino Real, que conducía desde Los
Realejos a La Rambla
fue inaugurada para la boda del comentado Diego Benítez de Lugo Grimaldi
Westerling con doña Ana Gregoria de
Vergara Alzola en el citado año de 1631” .
Este documento da fe de la importancia
de la Ermita
de San Pedro, por la cual todos tenemos debemos de luchar y salvarla del pésimo estado de ruinas en que
se encuentra, dado los siglos que la amparan y el interés artístico de su techo
y paredes e interiores.
Por tanto, es menester que por esta
buena causa todos arrimemos el hombro ya que el pueblo ha notado profundamente
su mal estado, y no negaran su importante colaboración económica, junto a los
organismos oficiales, quienes además, deben de intentar que nuestro legado
histórico, no se vaya al suelo por la decidía.
De la misma forma luchó en los mismos
diarios ya citados por restaurar los cuatro lienzos del convento franciscano franciscanos
que se encuentras en Tigaiga, ellos son San Pedro Alcántara, San Bernardino de
Siena, San Luís Obispo y San Buenaventura. El más valioso de ellos, es sin duda
el de la Inmaculada Concepción del Siglo XVII, de autor desconocido. Y de la
misma forma, se restauraron el cuadro de la Virgen de la Rosa y el de San Pedro, antes del incendio de la
iglesia matriz de La
Concepción del Realejo de Abajo.
Por lo tanto, a esta persona no hay
que “decorarla o hacerle un monumento” pero debe los buenos vecinos el tiempo
gastado en defender nuestro patrimonio, como los Lavaderos de Tigaiga, en total
abandono o los desaparecidos entre, otros los de “La Coronela ”, o el horno de
bóveda al subir “las vueltas de Tigaiga” hacia Icod el Alto.
Entre otras muchas cosas que en este
municipio van desapareciendo sin que nuestras autoridades hagan algo, por
recuperarlas
Salvarlas, está en nuestras manos.
NOTA: En el Libro “LOS REALEJOS DE
AYER Y DE HOY”. Editado por el Excmo. Ayuntamiento de Los Realejos, encontraran
todo clase de detalles, que nos habla con toda claridad, lo sucedido en la
histórica Ermita de San Pedro, por imagen en las que podemos ver algunas fotos
que lo muestran casi todo.
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