Evaristo Fuentes Melián
LA FOTO DE ISAAC VALENCIA EN
EL CAMELLO DE LA ROMERIA DE 1958, Y SU CONTEXTO…
ISAAC VALENCIA estudiaba en el
curso 1957-1958 el Selectivo en la Escuela o Colegio Politécnico de
Aparejadores, en un vetusto edificio de la vetusta calle de San Agustín
lagunera. Isaac (Saso para los amigos)
fue a recibir clases de Matemáticas
Analítica y Descriptiva, una muy difícil asignatura, en ‘el largo y cálido
verano’ del 58, tal como reza el título de una película memorable de aquella
época. Muy caluroso verano de Santa Cruz, que era “un autentico horno” al decir
de la gente del Norte tinerfeño con su benefactora panza de burro.
Pues bien: las clases
particulares las recibió Isaac en una esquina de la Rambla de Pulido—que
entonces era con dos filas de casas terreras de una planta casi todas ellas--
en la vivienda particular del inolvidable
don Serafín Junquera de la Piñera, un profesor titulado, Capitán de la Marina Mercante, que ya por
entonces era un vejete cachondo mental, y al describir las curvas de las
ordenadas de la Analítica Descriptiva, las comparaba con las tetas y el culo
(con perdón) de la impresionante y entonces joven actriz Sophia Loren. Saso y
yo, con aquellos tan alegres sistemas pedagógicos de don Serafín, aprobamos
fácilmente en septiembre 58 esa asignatura.
En cuanto a la garrafa de vino
que lleva en el camello de marras, Romería del mismo año 58, Saso nunca fue un
hombre bebedor en exceso durante los años de su primera juventud. Pero posteriormente, el cargo tan importante
de alcalde de La Orotava, le obligó un par de veces a aceptar un trago, pero
nunca llegó a borracho, nunca pasó de estar ligeramente piripi. Y es que tenía
que asistir, en su política de acercamiento a los barrios periféricos, a sus
fiestas típicas de magos y folklore, y allí los vecinos, pequeños agricultores
de la vid, viñateros y hasta pisadores de la uva en el lagar del distrito, le
ofrecían y se veía obligado a probar un
buchito del vino de la tierra. A eso, aunque uno sea un abstemio convencido y
con ulcera duodenal, un alcalde que se precie no se puede negar, el vecino
vinícola no le votaría si no prueba su vino; muy al contrario, si se niega,
podría botarle (con B larga)--- y que pareciera
un accidente--- al primer andurrial o barranquera de los alrededores.
Felicidades a Isaac Valencia,
por saber conducir el camello manejándolo (como si fuera un chofer con manejo o
un conductor con volante) con la garrafa en sus manos.
Espectador
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