Jerónimo David Álvarez García
Publicado en La Prensa-
EL DÍA , 25 de octubre de 2015
Tras las anteriores
publicaciones,[1]
se nos antoja la aportación de una relación comentada de alcaldes de Realejo
Alto, personajes que influyeron en sus sociedades y aún permanecen en el
recuerdo o subconsciente colectivo de los vecinos. Así también, se presentan
varias anécdotas acaecidas en el municipio que han perdurado por tradición
oral, juzgamos oportuna su recopilación.[2]
El concepto de Realejo[3]
nos retrotrae a la Conquista. La presencia de naturales de Gáldar, se asociará
con la advocación a Santiago en la parroquia, siendo esta uno de los primeros
lugares de culto cristiano.[4]
El pago a las ayudas materiales y personales para el asedio, sería el reparto
de tierras y aguas; estos propietarios se caracterizarían por su absentismo. El
sistema económico que define esa distribución quedó definido en “Las
Haciendas”, dignas representantes del paisaje urbano y la geografía
física-económica de los futuros Realejos. La concentración en pocas manos de
los medios de producción y sus frutos, como cereales, vid o caña serán una
constante hasta finales del siglo XVIII. Es entonces cuando toma el relevo
político y económico la incipiente burguesía agraria local,[5]
pues la independencia jurídica de ambos Realejos frente a La Orotava, en favor
de La Laguna, databa de 1651. La presión sobre las dehesas y la usurpación de
los montes o los conflictos por el agua, (célebre pleito del Agua del Convento
Agustino), definen este marco.[6]
La emigración, especialmente masculina, producirá desviaciones en los censos,
esa migración contribuiría a la consolidación de la burguesía citada, pues sus
remesas sirvieron para la adquisición de bienes muebles, inmuebles y medios de
producción. El anhelo identitario favorecería la erección de conventos, ermitas
y capillas, la noción de fiesta en torno a santos protectores como San Benito o
San Isidro y la devoción a la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Remedios han
acompañado desde muy temprano al municipio definiendo su idiosincrasia. El
desarrollo intelectual ligado a instituciones de enseñanza y espacios de la
cultura, también conformarían su panorama social.[7]
Así, hasta su trazado delimitado por “la orografía
(...) surcada de barrancos y pequeñas longueras determinó su urbanismo. En el
Realejo Alto, desde la llanura donde se erigió la iglesia y se extendía la
plaza irradiarían las tres calles principales. En el oeste y encaramada en una
ladera del barranco de Godínez, la calle del Agua, dicho cauce prestaría su
ladera opuesta a la Calle del Medio (de ahí su nombre, al situarse entre dos
calles, al igual que ocurría en Realejo Bajo). Esta tomaba parte de la ladera
oeste del barranco del Tornero o Cagaceite (nombre debido al exiguo caudal de
agua que conducía), por último, sobre la vertiente opuesta la calle del Sol.
Las edificaciones en la cima de las barranqueras tuvieron su razón en el
aprovechamiento del terreno para cultivo y en precaución a las crecidas de los
barrancos.[8]
Al adentrarnos en esta relación de alcaldes,[9]
partimos de la renuncia de Nicolás González Abreu[10]
fechada en 4 de junio de 1926, asumiendo el cargo Agustín Rodríguez de
la Sierra García (12.06.1926-12.02.1930).[11]
De su regencia se reseñará la adquisición de “Historia de Canarias” de
Mariano Utrera Cabezas y la presentación del proyecto de Jesús María Perdigón[12]
para el busto de Viera y Clavijo. La obra ascendió a 5.000 pesetas (costeado
con el superávit del presupuesto), no obstante, se solicitó ayuda al Cabildo
para el pedestal y el arreglo de la plaza. Con el fin de la década el
presupuesto municipal ascendía a 72.692,54 pesetas, se precisó instalar un
depósito de gasolina y Francisco Montes de Oca García, Cronista Oficial de
Canarias y Académico de la Real de la Historia y Bellas Artes de San Fernando,
realizó el escudo de Realejo Alto.
Pablo García y García (22.03.1930-01.05.1931).[13]
De esta alcaldía se destacará las obras de canalización y reforma del Agua del Convento. Administró un presupuesto
superior a las 97.000 pesetas y se confirma su labor en la creación de escuelas
en el casco y barrios populosos.
Manuel Espinosa y Chaves (26.04.1931-10.12.1933).[14]
Primer alcalde que fue de la Segunda República, se recalcará su empeño en
el abono de facturas de medicamentos a vecinos pobres y niños. La aplicación de
su política laicista, conllevó que el Consistorio no participase en la “Fiesta
de Remedios”[15]
autorizando únicamente las cantinas y el cobro de sillas para sufragarla. El
homenaje a Viera y Clavijo en colaboración con el Museo Canario de Las Palmas,
en el bicentenario de su nacimiento, sería todo un acontecimiento. La
secularización del Cementerio de San Agustín y los trámites para la apertura de
la biblioteca,“donde la juventud pueda leer diariamente”, definieron su
regencia. El elevado número de enfermos pobres de Realejo Bajo, admitidos en el
Hospital Casa de Socorro, le obligó a notificar a su Ayuntamiento,
reclamando una contribución.
Manuel Hernández Pérez (13.12.1933-19.02.1936).[16]
Durante su administración se prohibieron las reuniones, “por negativa al pago del agua que se consume en el
local donde está instalada la Agrupación Socialista, para evitar perjuicios al
erario público”. Ordenó retirar de la azotea de las Casas
Consistoriales, la antena de radio colocada por esa sociedad mediante un “palo
antiestético”, (ese grupo había dirigido el movimiento huelguista local).
Presidió el solemne funeral por las víctimas de la Revolución de Asturias en la
Parroquia de Santiago, al que asistieron autoridades municipales y numerosa
feligresía. Este periodo aporta la noticia feliz de la adjudicación por 680.000
pesetas, del primer tramo de la carretera de La Guancha.
Manuel Espinosa y Chaves es restituido en la alcaldía
por unos meses, hasta la designación por el Gobierno Civil de Francisco Morales
Molina (17.03.1936-21.07.1936).[17]
Su presidencia se adhirió a la propuesta del alcalde de Buenavista, contra
la colocación por el general Franco, de una ametralladora en Puerto de la Cruz
durante la manifestación del Primero de Mayo, solicitando al Gobierno Civil su
inmediata destitución. Aunando la enérgica protesta de 3 de mayo de 1936,
contra Francisco Franco por el consistorio realejero, que declaró su profundo
malestar por su presencia en la Comandancia General de Canarias, (fue mal
recibido y amonestado por varios ayuntamientos de las islas al ocupar el
cargo). Algunos autores y fuentes orales aventuran que fue declarado “persona
non grata”, por el Realejo Alto: no existe documentación oficial que lo
avale. La última disposición de este alcalde, fue oficiar a una vecina ”para
que levante un muro entre el camino y el estanque que tiene en el Toscal, para
evitar el peligro que ofrece a los niños que pasan por dicho camino”.
Manuel Hernández Pérez (21.07.1936-25.05.1940).Consta
en acta la “Procesión General”
realizada en acción de gracias, con motivo del fin de la contienda
civil, así como del funeral oficiado en la iglesia por José Antonio Primo de
Rivera.[18]
En 1939 la plantilla del ayuntamiento ascendía a 21 trabajadores y su alcaldía
costeó medicamentos y becas a vecinos, mientras el practicante Ramiro Rosado
Iglesias, exigió los atrasos adeudados.
Alejandro
González Fernández, accidental (20.03.1950-25.8.1950).[29]
Bajo su presidencia se participó el óbito del secretario municipal Carreño
Ghirlanda. Promovió la creación de escuelas unitarias y mixtas en el casco y
los barrios y mejoró la gestión del servicio de telégrafos. Reclamó la renta y
rescisión del contrato por alquiler, del terreno destinado a campo de deportes
del Frente de Juventudes.
Nicolás González del Carmen (25.08.1950-20.05.1953).[30]
Gestionó las reparaciones en el Cementerio de San Agustín, las Casas
Consistoriales y el acondicionamiento de la plaza de Palo Blanco. Aprobó el
reglamento de la Casa de Socorro, autorizó el derribo de las capillas de la
plaza y proyectó la construcción de unas
salas en el ala norte del templo para su servicio. Al clausurarse el cementerio
viejo creó una parcela para enterramientos civiles en el Cementerio de San
Agustín (situada en la esquina sudoeste con entrada independiente). Sufragó los
gastos del deslinde con La Orotava y representó un rol preponderante, que no
exclusivo, en la unificación de los dos Realejos.[31]
Cristóbal Borges Hernández, accidental (08.07.1953-08.03.1954).[32]
Contribuyó con el “Hospital de Niños Fundación Dr. Guigou”. Autorizó la
construcción de la ermita de La Montaña,
renovó el alquiler escolar de San Agustín y supervisó el informe del
agua pública del Convento.
Domingo Luis Abreu (17.03.1954-08.02.1955).[33]
Último alcalde de Realejo Alto, ejecutó propuestas para el alumbrado
público, erigió un nuevo muro de contención en el cementerio, derribado por las
lluvias torrenciales, y contribuyó económicamente con las fiestas de Santiago y
Nuestra Señora del Carmen. Saldó las facturas por la compra de juguetes a niños
pobres en la Epifanía y estudió el proyecto de ampliación de la casa
consistorial.
Con
la unificación de ambos Realejos, Domingo Luis Estrada (1955-1967) ostentaría
la alcaldía de Los Realejos.[34]
Le sucedieron Evelio Jiménez Fregel (1967-1974), Elpidio Hernández Toste
(1974-1979), Santiago Luis García (1979-1984) primer alcalde de la Democracia, Jesús Manuel
Hernández García (1985-1987), José Vicente González Hernández (1987-2003),
Oswaldo Amaro Luis (2003-2011) y Manuel
Domínguez González (2011 hasta el día presente).
Llegados a este punto sólo resta prevenir al lector: Los
juicios peyorativos sobre los alcaldes y demás personajes aquí traídos, nunca
han estado en nuestro empeño investigador y divulgativo.
Fotos.
1. Antigua vista del casco de Realejo
Alto. A.H.M.R.
2. Don Pablo García y García, alcalde y
juez municipal de Realejo Alto. José Peraza Hernández
3. Don Manuel Hernández Pérez, alcalde
republicano de Realejo Alto. Celia Hernández Rodríguez.
4.
Don Francisco Morales Molina, último alcalde republicano de Realejo Alto. Inés
Morales Vinuesa.
5. Don Miguel Cedrés Borges, alcalde de
Realejo Alto (1940-1950). Duvi Cedrés García.
6. Don Domingo Luis Estrada, primer
alcalde de Los Realejos (1955-1967). A.H.M.R.
[1] Remitimos a
Álvarez García, Jerónimo David en “Aproximación a la vida cotidiana de Realejo
Alto hacia 1889”, La Prensa, EL DÍA, 18.01.2015 y los números precedentes de
esta serie.
[2] Diversos
autores han profundizado en el anecdotario de Realejo Alto o sus capítulos
antropológicos, aconsejamos la consulta de la obra de Álvaro Hernández Díaz,
Carmen Nieves Luis García, José María Mesa Martín, José Hernández y Jonás
Hernández o Isidro Pérez Brito entre otros.
[3] Sitio donde
esta acampado un ejército. RAE.
[4] Advertimos
sobre el equívoco que considera a la parroquia la primera de la isla, como ha
transmitido la tradición oral y la historiografía decimonónica romántica. Un
análisis de la implantación cristiana en Tenerife debe incluir, por descontado
a Santiago de Realejo Alto, la Concepción lagunera, el desembarco en Añazo y los primeros cultos y fábricas que allí pudieron ser y la
colocación de la primigenia efigie de Ntra. Sra. de Candelaria en las playas de
Chimisay, por frailes procedentes de Gran Canaria.
[5] Arbelo
García, Adolfo, La burguesía agraria del Valle de La Orotava (1750-1823).
[6]
Arbelo García, Adolfo La Laguna, 500 años de Historia, pp. 207-238. Los
continuos y numerosos pleitos entre Realejo Alto y propietarios del agua del
Adelantado, han propiciado amplias fuentes y bibliografía. Anecdóticamente, se
citará la misiva enviada al alcalde de Realejo Alto, por el clérigo Ignacio
Llarena y Franchy, rematador del Agua del Convento en el siglo XIX, en la cual
acusaba al regidor de no impedir los robos de agua perpetrados por sus vecinos,
ya que él mismo participaba de esa usurpación (cfr. Archivo Histórico Municipal
de Los Realejos, en adelante A.H.M.R).
[7] Hernández
González, Manuel, “Contexto geográfico, histórico y devocional,” en AA.VV. Vitis Florigera
[8] Álvarez García, Jerónimo David en “Extracto del Padrón
General de Vecindad del Realejo Alto en 1915. Calle el Sol.” Programa de
Fiestas de la Calle del Sol, Los
Realejos, 2014.
[9] En nuestro
interés por la divulgación de la relación de alcaldes habidos en los últimos
noventa años, sólo se ha destacado acuerdos con cierta transcendencia política
y social. Como el lector podrá adivinar, los principales temas vertidos en las
actas municipales concernían a la administración cotidiana del pueblo. Sería
altamente ilustrativo poder acceder en breve plazo, a la publicación de la
relación similar de Realejo Bajo.
[11] Agustín
Rodríguez de la Sierra García casó con Eduvigis Suárez Arocha, ocupó la
alcaldía de Realejo Alto en varios mandatos durante el primer cuarto de siglo,
e intentó renunciar a ellos en otras tantas ocasiones. Fue un claro exponente
de su familia y por ende de la gran burguesía agraria local, cuyas actividades
ocuparon la vida política, económica y social del municipio. Su nieto, el profesor Pedro Rodríguez de la Sierra Febles
casaría con Libertad Galán Pérez.
[12] Los Perdigón
fueron una célebre familia de escultores y restauradores naturales de La
Orotava. Además de esta obra, varias imágenes religiosas de las parroquias
realejeras, conocieron su gubia.
[13] Pablo García y García (1886-1940), nació en Realejo
Alto y casó con Erminia González. Además de alcalde en diversas ocasiones, fue juez municipal y promotor de la construcción del
Cementerio de San Agustín. La Historia querría que el primer inhumado en este
recinto fuera su hijo, el niño Agustín García González fallecido
accidentalmente, de ahí el nombre impuesto a esta necrópolis, (su sepultura restaurada y pintada de azul se erige en la
entrada izquierda). Si el lector deseara profundizar en la historia de los
camposantos del municipio, remitimos a Álvarez García, Jerónimo David, “Apuntes
a la Historia de los tres cementerios de Realejo Alto”, La Prensa-EL DÍA,
17.12.2011.
[14] Vecino de San
Agustín, falleció en el Puerto de la Cruz en 1976.
[15] Según consta
en las pertinentes actas municipales, Ntra. Sra. de los Remedios es patrona de
Realejo Alto, su octava constituía la principal festividad municipal hasta la
unificación de las Fiestas de Mayo. Dentro de los conflictos religiosos, se
citará a don Carlos Delgado y Delgado, párroco de Santiago (1928-1948) que
amenazado de muerte, se disfrazó y huyó de la Casa Parroquial “saltando los
tejados”. Su enérgico carácter agravó las desavenencias con los alcaldes por la
tenencia de los sillones municipales en la iglesia, la solicitud de un concejal
prohibiendo los repiques de campanas durante los plenos, los gritos proferidos
durante las procesiones o la multa que le impuso el Gobierno Civil. Se ampliará
la información referente a la Segunda República en el municipio en Álvarez
García, Jerónimo David, “Reseña Histórica de las Alcaldías Republicanas del
Realejo Alto (1931-1936)”, en La Prensa-EL DÍA, 13.10.2012.
[16] Conocido
popularmente como Manuel Dios, casó con Celia Rodríguez Guanche, vecinos de la
Calle del Medio 11, según consta en el Padrón General de Vecindad del Realejo
Alto en 1915, A.H.M.R. Falleció en 1958 a los 78 años.
[17]
Francisco Morales Molina fue hijo de José Morales Pérez e Inés Molina
Reyes, vecino de la calle El Sol, casó con Maruca Vinuesa. Falleció en 1986 a
los 89 años.
[18] La actual
Avenida de Los Remedios, ostentó hasta los años noventa el título de Primo de
Rivera, en recuerdo a la visita efectuada a Realejo Alto en 1928, por su padre
el general y primer ministro Miguel Primo de Rivera.
[19] Agradecemos
a Águeda Domínguez Luis la documentación necesaria para profundizar en su
biografía, seleccionada a raíz del trabajo (inédito) realizado por esta autora,
sobre la Familia Cedrés Borges.
[20] Miguel Cedrés
Borges, nació en 1910 en la calle del Medio, hijo de Domingo Cedrés González y
Benigna Borges Pérez, casó con Efidencia García León. Tras su alcaldía emigró a
Venezuela dedicándose al comercio, regresó a Los Realejos tras su jubilación y
falleció en Santa Úrsula en 2003, a los 93 años.
[21] Situada en
las escaleras de acceso a la plaza Viera y Clavijo hasta los años noventa, en
su lápida se inscribieron los realejeros del Bando Nacional fallecidos durante
la Guerra Civil. Este monumento fue trasladado al Cementerio de San Agustín
donde se erige actualmente y cuyo reutilizado mármol reza: “A todos los Caídos durante La Guerra Civil Española.
1936-1939”.
[22]
Los acuerdos referidos de las actas, se han extraído de los Libros
3º,4º, 5º, 6º,7º, 8º, 9º, 10º, 11º y 12º de Actas de Pleno del Ilustre
Ayuntamiento de Realejo Alto, Libro 13º de Actas de Pleno de Ayuntamiento de
Los Realejos y Libro 1º de Actas de la Comisión Municipal Permanente
(1950-1955) de Ayuntamiento de Realejo Alto. A.H.M.R. Las biografías han
sido recabadas de los volúmenes pertinentes, custodiados en el Juzgado
Municipal de Los Realejos y con la colaboración inestimable de los
descendientes de los protagonistas.
[23] Actual calle
El Sol, mantuvo esta denominación hasta principios de los años noventa.
[24] Hija de Eliseo
González Espínola, terrateniente y alcalde que fue de Realejo Alto y María
Candelaria Bonifacia de Zárate y Morales. Este mandatario realejero protagonizó
diversas polémicas con los párrocos y colectores de la Parroquia de Santiago.
Recordaremos los continuos pleitos con la parroquia por la administración,
titularidad y cobró de las tasas de sepultura del cementerio de la plaza. A
esto se añade la polémica suscitada en 1869, por la tenencia del dinero
destinado a reparar el Calvario de San Benito, que custodiaba el sacerdote don
Domingo Mora y León. Tras múltiples gestiones, el sacerdote devolvió las
cantidades retenidas, lo cual sirvió para adquirir el actual reloj de la torre
de la iglesia, pues el Calvario había sido reparado, previamente con remesas de
emigrantes realejeros. Según consta en la documentación catalogada en el
A.H.M.R y publicada en “Boletín Informativo de Los Realejos, p.21. Junio
1993.”
[25] Luis Carreño
Ghirlanda fue secretario en propiedad del Ilustre Ayuntamiento de Realejo Alto
desde 19.03.1926, bajo la alcaldía de Nicolás González Abreu, hasta su trágico
fallecimiento acaecido en 05.03.1950. En los folios 27v y 28r del Libro 10º de Actas de Ilustre Ayuntamiento de Realejo Alto,
consta el pésame del Consistorio a su familia.
[26] En el acta
municipal correspondiente se aprecia subrayadas
estas dos últimas palabras.
[27]
Esta obra conllevó el derribo de las capillas situadas frente a la
iglesia, la posterior ampliación de la fachada del templo y el desmantelamiento
del cementerio de la plaza, configurando la actual fisonomía de la plaza Viera
y Clavijo. Un macabro suceso acaeció cuando La
Corporación alquiló un camión para el traslado de restos humanos desde la plaza
al osario de El Mocán. Los jóvenes contratados cargaron en él los restos, el
vehículo subió la calle del Medio mientras los mozos encaramados en el volquete
gritaban ofreciendo caballas al público, mostrando los huesos a las
despavoridas vecinas que esperaban con platos y bañaderas, en las puertas de
sus casas. Fueron detenidos y expulsados de su trabajo.
[28] La primitiva
calle del Medio también ha ostentado a lo largo de su historia los nombres de
Alfonso XIII, La República, General Franco, Blas Pérez y desde los años noventa
del Medio Arriba.
[29]
Vecino de La Cruz Santa.
[30] Nicolás
González del Carmen, casó con Matilde García-Estrada y falleció en Puerto de la
Cruz, en 2011a los 99 años.
[31] Durante este
mandato comienza la regencia de don Ramón García Pérez (1952-1968) en la
Parroquia de Santiago. Personaje también enérgico del cual avanzamos tres
anécdotas. Primeramente, su negativa a celebrar la procesión de Ntra. Sra. de
los Remedios al tiempo que se celebraba un baile en el Círculo Viera y Clavijo;
esto conllevó que la airada feligresía le increpara en el exterior de la Casa
Parroquial, procesionando la devota imagen sin el permiso del sacerdote. Los
fuegos artificiales proyectados en la Procesión de la Cruz, también
serían motivo para el abandono de la misma por parte del clérigo, al sufrir una
quemadura en su cabeza. Un “Lunes de Remedios”
prohibiría la procesión de Ntra. Sra. de los Remedios hasta Las Puertas del
Lomo, nuevamente, los feligreses desobedeciéndole portaron el trono hasta ese
lugar y abandonaron al párroco, que acompañado por la banda de música aguardó
en la calle de El Sol su regreso.
[32] Cristóbal Borges, conocido como Cristóbal el del Bosque,
casó con Candelaria Rodríguez Díaz y falleció en 1986 a los 75 años.
[33] Domingo Luis Abreu era natural de Palo Blanco y vecino de
la Calle de El Sol, casó con Leonila García Hernández y fue padre de Santiago Luis García, primer
alcalde de la Democracia en Los Realejos. Falleció en 1995 a los 86 años.
[34] Para profundizar sobre la Unificación de Los Realejos
véase, AA.VV, Los Realejos, cinco décadas y Méndez Hernández, Juan en Los
Realejos; dos pueblos y un sólo corazón.
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