Agustín Armas Hernández
La
Eucaristía por el alma del que fuera durante muchos años Alcalde de Puerto de
la Cruz, Sr. D. Marcos Brito Gutiérrez, fue concelebrada, por su Excia.
Revma. Obispo de Tenerife Bernardo
Álvarez Afonso, y catorce sacerdotes más, de la Diócesis Nivariense.
El templo
parroquial de la Peña de Francia se encontraba lleno hasta el coro. Cientos de
personas venidas de todos los pueblos y ciudades de la isla se acercaron hasta
la principal iglesia local, conmovidos por la triste noticia de la muerte del
alcalde del Puerto de la Cruz, que nadie esperaba. Distinguidas personalidades
de la vida política, militar y religiosa de las Islas Canarias allí estaban
presentes. Querían participar en los actos litúrgicos, rezar una oración por su
alma y dar el último adiós, al que fuera, durante muchos años, principal regidor
de la hoy ciudad turística de Canarias. El féretro, con el cuerpo del Alcalde
fallecido, fue acompañado desde el Ayuntamiento hasta la Iglesia de la Peña de
Francia por muchísima gente y, también, por la banda de música local.
Un gran
número de coches, y furgones, con bonitas coronas de flores les seguían. La llegada del cortejo fúnebre a la iglesia
fue muy emotiva. A la puerta del templo esperaban, además de dos sacerdotes,
infinidad de personas, que por no caber dentro de la iglesia, o porque así, de
pie, querían recibirlo, irrumpieron en un largo y caluroso aplauso. Si
emocionante fue la llegada al templo, mucho más fue la salida del mismo, con
aplausos mucho más prolongados como despedida hacia el cementerio en donde se
le daría sepultura. ¡Indescriptible!
Descanse en la paz del Señor
Jesús, el que tanto quiso e hizo por el Puerto de la Cruz y sus habitantes.
Posdata: al concluir la
liturgia religiosa, el cura oficiante aconsejó a los asistentes a la ceremonia,
que no fueran al cementerio a despedir al difunto, que lo hicieran en la propia
Iglesia, puesto que la familia quería enterrarlo en la intimidad.
No pudo ser, en la explanada
del cementerio de San Carlos esperaban a D. Marcos Brito Gutiérrez cientos de
personas para darle su último a Dios o un hasta luego.
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