José Peraza Hernández
Hay historias que no se conocen debido a los
años, por que hubo poca trascendencia, o que un día pasamos por ese lugar, y
observas que hay rotulo que nombra a una mujer. Te preguntas, ¿y está quien es
o quien fue? Miras a tu alrededor, y no tienes esa información inmediata. A
partir de aquí, procedemos a darle luz del porque fue inaugurado esté Instituto
con el nombre de DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO.
Siempre es importante dar luz a las historias, para
saber y conocer ese antes y un después, al destapar ese “silencio, casi
olvidado”.
Dicho esto, procedemos a indagar y darle luz a
ese silencio. De está manera, procedemos a seguir paso a paso, y llegar al esa
Ilustre mujer portuense. DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO, nace en la ciudad marinera de
este Puerto de La Cruz.
1898 – 1997, de familia trabajadora, años y tiempos duros en esa época, donde
hubo hambre, miserias y enfermedades, donde costaba para salir adelante, luego
una Guerra Civil. Las cosas evidente de la vida, que se dicen muy rápido.
DOÑA MARÍA PÉREZ TRUJILLO, según he podio
indagar, y bucear, donde empecé a interesarme por su historia.
En primer lugar, está historia se encontraba
apalancada, pero un buen día, me hizo despertar una nota de un hombre, que no
conocía, solo de oída. Esté amigo, es don Celestino González Herreros, quien me
envió un artículo que hablaba de nuestra protagonista que nos ocupa hoy. Don
Celestino González, fue alumno de ella, quien habla de lo agradecido que se
encuentra, y que aun, la sigue recordando, que tiene que agradecerle todo lo
que aprendió de ella.
En segundo lugar, por todos, por los de aquí, por
los del más allá, porque se deben saber y conocer la historia de su barrio, o
de su calle. No cabe ninguna duda que, hoy son otros tiempos, y mucho más
mejorados en todos los sentidos.
La gran idea, y sorprendente, de ponerle nombre
a este Instituto, fue de la
Asociación de Mujeres portuense, la que lleva su mismo nombre
MARÍA PÉREZ TRUJILLO. Está iniciativa fue solicitada por la misma al Excmo.
Ayuntamiento de este municipio marinero de Puerto de La Cruz , un 20 de enero de 1997,
donde luego, un 21 de febrero del mismo año, se da paso a sesión de información
y posteriormente trasladarlo a la sesión plenaria.
Está fue aprobada un 14 de marzo de 1997. Y
consta en el Boletín Oficial de Canarias, al expediente nº 36-97.
Este es el nacimiento de está historia, y
continuamos paso a paso, con todo aquello que vamos valorando y haciendo un
seguimiento profundo de la misión de darle vida y más luz, a está ilustra
mujer, donde no encontrado por ninguna parte una negativa. Fue una mujer ejemplar
y encantadora, mujer que ayudaba a dar todo por nada. Esta fue DOÑA MARÍA PÉREZ
TRUJILLO.
EL INSTITUTO DE HOY
Se encuentra enclavado y situado en el mismo
corazón de está Vera, donde es un barrio periférico de este mencionado
municipio de Puerto de la Cruz
en la isla de Tenerife. Su marcación exacta se remite a tres municipios que forman
el Valle de La Orotava ,
donde el nombre de La Vera ,
es compartido con La Vera
de La Orotava ,
La Vera del Puerto
de la Cruz y La Vera Los Realejos, siendo
el 80% de sus habitantes residentes en el Municipio del Puerto de la
Cruz. Su población asciende a 4496
habitantes.
EL BARRIO Y SU TRASFORMACIÓN
Desde los años de antaño, el barrio ha sido agrícola
tradicionalmente. La primera noticia de su existencia data de la primera mitad
del siglo XVIII. Se haya emplazada sobre una antigua dehesa, donde las
viviendas están ocupadas por jornaleros y pequeños propietarios agrícolas, se cultivaba
los trabajos de siembra del plátano, tomate, papas como millo y otros frutales
de la tierra.
Este lugar era de paso, de un largo de un camino
que discurre próximo y junto al cauce del barranco de San Felipe, también
conocido por el barranco de la
Raya , nace en la cumbre y desemboca junto al Castillo San
Felipe.
A primera mitad de siglo se produce una
importante exaltación que forma un Caserío, en la segunda mitad, empieza la sintonía
económica y significativa desarrollo de aceleración del proceso urbanizador en
el mismo.
Al final de la evolución del caserío en este siglo
XIX, fue destino final de los solares, del los derribos efectuados durante la
primera mitad, la que fue creación de huertas para el cultivo, el incremento de
edificación, fue sobre todo, concentrado en la misma periferia agrícola y rural del municipio, así
permaneció estable todo el núcleo populoso y urbanístico.
En los años 60, el barrio de La Vera desempeñó funciones
agrícolas de todo tipo. A mediados de la misma, se inició en dicho barrio una adscrita
al Puerto de la Cruz ,
donde se llevo una decisión muy fuerte, con un programa de construcción de
viviendas sociales, donde transcurrió hasta la misma década de los ochenta.
El proceso de configuración socio-cultural en la
zona fue de dos formaciones sociales y muy diferentes: una parte poblacional tradicional,
de origen al ramo rural, donde fue sometido a un intenso proceso de
urbanización, así donde su fuerte proporción de población de variable
procedencia.
A raíz de aquí, hubo un cambió en la búsqueda de
trabajo en el sector turístico en está ciudad marinera de Puerto de la Cruz , cuya situación
económica era la exigida para acceder a las viviendas sociales.
CURRICULÚM
Y TRAYECTORIA DE:
Doña María
Pérez Trujillo:
(Puerto de la Cruz ,
1898-1979) se formó con José Curbelo Benjamín J. Machado. Durante algunas
temporadas, por motivos familiares, residió en Lanzarote, Barcelona y Alicante.
Definitivamente afincada en su ciudad natal,
impartió clases en sus domicilios de las calles Doctor Ingram, Blanco y José
Arroyo. La austeridad y el rigor fueron las tónicas predominantes en el
ejercicio de su magisterio apreciado por varias generaciones de portuenses. Su voluntad
de ampliar conocimientos posibilitó acercándose al mundo de la música y la
filatelia, materias sobre las que también dirigió enseñanzas de distintos
niveles. Pese a sus condicionamientos físicos llegó a interpretar al piano con
gran soltura.
Mediados los años treinta, fue promotora del
ropero infantil ``Pablo Iglesias’’. Otra se sus iniciativas, en colaboración
con Ricarda Marrero, fue la cesión de la escuela para que ensayara un grupo
teatral que ofreció varias representaciones en el desaparecido teatro ‘Topham’
y algunos de cuyos componentes viv
A lo largo de varias décadas enseñó a un
alumnado de toda condición social. Siempre sensible y preocupada por una
adecuada formación básica, procuro orientar a numerosos padres en el
aprovechamientote quienes accedían a escalas superficies de enseñanza.
El homenaje popular que la familia Martín
Fernández promovió en Caracas (Venezuela) en 1974 puede interpretarse como la
culminación de la trayectoria que, en favor de la docencia y de la formación
humanista, protagonizo durante su vida María
Pérez Trujillo, la inolvidable
‘maestra’.
UNA RICA
PERSONALIDAD
Su vida fue un ejemplo de abnegación y
sacrificio. Hoy en día, se la sigue recordando por su tenacidad, virtud sobre
la que sustentó la superación de sus condicionamientos físicos.
Mujer inteligente, dotada de una gran capacidad
de trabajo, hizo de la docencia un ejercicio ejemplar. Son varias las
generaciones de portuenses quienes aprendieron con ella su formación básica y
aún la que les permitió acceder a otros niveles de enseñanza. Su magisterio
combino el rigor de una buena profesora con la ternura y el aperturismo de una
mujer, de una amiga y de una madre.
Miembro de una familia de profundas raíces
socialistas, predico siempre con el ejemplo y no le importo enseñar sin
contraprestaciones económicas inmediatas. Tuvo siempre para sus alumnos una
palabra de aliento y de estímulo.
Quizá por eso, años después de abandonar
aquellas aulas que eran como una segunda casa, la visitaban tan sólo para
recordar las vivencias y la anécdota. De una época inolvidable. Sus
convicciones religiosas fortalecieron su carácter su bondad.
María
Pérez Trujillo
en una etapa difícil de la historia de España, se mantuvo siempre fiel a sus
principios de ecuanidad y de justicia social. Tuvo la entereza suficiente como
para superar no pocas adversidades y se granjeó el afecto de la práctica
totalidad de la población portuense.
Hecha a si misma, con voluntad de hierro,
exquisita en el trato, sensible a todo la que significara progreso y avance de
la libertad por la que trabajo en silencio como la hacen quienes sueñan con
ella-, la vida de María Pérez Trujillo fue un ejemplo de fortaleza.
Aún se recuerda el cálido, masivo y entusiasta
homenaje que recibió en Caracas, hasta donde viajó pese a su avanzada edad.
Con la misma humildad de la que hizo gala
durante su actividad docente, soporto la enfermedad que acabó con su vida en
febrero de 1979.
Su entrega, su afán, su voluntad de trabajo
constituyen un paradigma para la mujer que hoy sigue aspirando a la igualdad y
a la plena integración factores por lo que María
Pérez Trujillo, a su modo, luchó durante toda una vida.
AGRADECIMIENTO:
Gracias de corazón a todas aquellas personas que
aportaron su granito de arena, para que, después de tantos años, pudiéramos darles
nuevamente luz, clara y transparente a está historia.
Me gustaría dejar esta nota; por si alguna
persona, alumno, o de la misma asociación, tuviese una foto donde estuviese doña
María Pérez Trujillo, junto a sus alumnos. Cosa que agradecería, de todo
corazón, ya que, de esta manera, enriquecería más está historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario