Salvador García
Llanos
La Federación
de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA) ha dado a conocer esta
semana los resultados de una encuesta, elaborada por la firma 'Gfk', relativa a
la consideración que merece a los españoles el papel de los medios públicos
autonómicos y su impacto. La metodología de confección es importante -antes de
entrar en detalles y valorar conclusiones-, pues se trata de un sondeo hecho
entre mil personas, a escala estatal -parece que la estratificación territorial
no es muy consistente- con preguntas directas y personales, no telefónicas.
Algunos
resultados son llamativos y registran impresiones contrarias a las
predominantes en amplios sectores de profesionales y de la opinión pública.
Así, cuando tanta gente ha hablado de cierre de estos medios, resulta que un
73,4 % de los encuestados opina que los servicios audiovisuales públicos
autonómicos son necesarios. Otra cosa, que desconocemos, es que luego
consideren que la programación es mediocre, de cobertura deficiente o de sesgos
en sus informativos y entretenimientos; pero que estiman necesaria la
disponibilidad de canales autonómicos de radio y televisión, lo son en gran
mayoría.
Otro
porcentaje elevado, el 82,5, respondió que los servicios audiovisuales públicos
de las comunidades autónomas promueven e impulsan la cultura y las diferentes
lenguas del territorio español. En concreto, las televisiones son las que más
colaboran en la promoción de los rasgos y características culturales de zonas y
comarcas.
El presidente
de la FORTA, Andreu Manresa, recalca que el estudio refleja el crecimiento de
la atención de los ciudadanos a las ofertas de los canales autonómicos, “con
formatos y tendencias -dice- en constante evolución. Pero el interés por los
contenidos cercanos que afectan al día a día de la gente, sigue más vigente que
nunca”. Se apoya la Federación en el número de producciones audiovisuales
registrado el pasado año, doscientas ochenta, un indicador claro de esas
expectativas. Cierto que luego habrán de despejar las dudas que suscita la
negociación con las plataformas digitales a la hora de calibrar los costes de
emisión pues en algunos casos el canal propietario suele verse obligado a
retirar el contenido audiovisual de sus propias plataformas. La gestión y
explotación de derechos es una asignatura sujeta a cierta controversia, pues
los costes económicos de los contenidos han de verse compensados por la mayor
difusión de una serie o de un conjunto de programas, garantizándose el
cumplimiento del servicio público que inspira las prestaciones de un medio de
comunicación autonómico.
Bien. Si
cambia la percepción que se tenía de la consideración de las emisoras
audiovisuales autonómicas ya podrán esmerarse sus responsables, en el nuevo
ciclo político que se avecina, en ofrecer una programación de calidad, con
productos fiables, creíbles, interesantes y que respondan a unos patrones de
solvencia mediática y competitiva que no contribuyan a la tendenciosidad ni a
la vulgarización, sambenitos que arrastran. Procede en algunos casos aclarar
estructura organizativa, modernizar la gestión y transparentarla. Ya lo saben:
una buena parte de la ciudadanía dice que estos medios son necesarios.
Aprovechen la brisa.
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