Teresa
González
Alas blancas
en la encumbrada esfera
impactada por
el beso de madera
del bate
cuarto de la infancia…
Humareda de
preseas en los alumnos surcos
relamieron la
poesía en las quince primaveras
Estrellas
enredaste
vida en sus
cabellos
y de las
espinas no blindaste
su ingenuo
corazón…
Un vestido
acorazado
en el camino
se ha calzado
y la
conciencia ha preguntado:
─¿Eran necesarias las heridas?
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